Pedro Sánchez prepara la investidura más cara de la democracia

Del total de 350 diputados que componen la Cámara, un total de 313 pertenecen a provincias distintas de Madrid y tendrán que desplazarse para la investidura. Unos viajes que serán costeados por el Congreso puesto que así lo estipula el régimen económico de sus señorías. Las empresas de viajes admiten que no es fácil encontrar billetes asequibles en estas fechas y con tan poco margen temporal. «Las plazas que más quedan tanto en los aviones como en los trenes rápidos son más caras de lo habitual, por las fechas», admiten en varias agencias. A ello se añade el deseo lógico de la mayoría de sus señorías de pasar la noche del día 5 de enero y el Día de Reyes con su familia. «Casi todos regresarán a su provincia después de la primera votación y regresarán a Madrid para la segunda. No van a quedarse salvo que no encuentren billetes», explican fuentes parlamentarias.

Además, la celebración del debate en fin de semana obligará a la Cámara a compensar con un «plus» a buena parte de su personal. La plantilla del Congreso está obligada a acudir a su puesto siempre que sea llamada, pero cuando la convocatoria se produce fuera de su jornada de trabajo su labor se convierte en un servicio «extraordinario» y, como tal, tiene prevista una compensación para la mayoría de equipos. El cuerpo de ujieres cobra ya un complemento asociado a la posible convocatoria de sesiones fuera de su jornada por lo que no percibirá ningún «extra», pero la dirección de comunicación del Congreso explica que el resto de funcionarios tendrá la opción de ser compensado con una retribución dineraria o con tiempo de permiso. Las distintas direcciones de la Cámara analizarán entre hoy y mañana cuál es el personal que necesitan movilizar de cara a la investidura, pero fuentes parlamentarias admiten que no será un porcentaje pequeño. «Se intentará llamar a la gente imprescindible pero es una sesión de investidura, no es un debate cualquiera. No puede haber problemas de ningún tipo», subrayan.

Hasta la fecha ningún presidente del Gobierno había situado su debate de investidura en día festivo. Solo hay dos precedentes de celebración en sábado pero ninguno se extendió al domingo y nunca en fechas navideñas. El primero fue la elección de José María Aznar en el año 1996, que concluyó el sábado 4 de mayo. El segundo tuvo lugar veinte años después: la reelección de Mariano Rajoy el 29 de octubre de 2016. El tiempo extraordinario fue, además, limitado ya que no superó las cuatro horas en ninguno de los dos casos. La investidura de Sánchez, sin embargo, copará probablemente unas doce horas del sábado y, al menos, medio día del domingo.