Rubalcaba y «La verdad sospechosa»
El vicepresidente primero confunde «La venganza de Don Mendo» con «La verdad sospechosa», obra de Ruiz de Alarcón cuyo título resulta un sarcasmo en plena polémica por el «caso Faisán»
JAIME GONZÁLEZ
«Los muertos que vos matáis gozan de buena salud», respondió hoy el vicepresidente primero y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, la severa sentencia del PP de que el «caso Faisán» será su «tumba política» . Rubalcaba pudo quedarse ahí, en la mera réplica, ... pero en su afán por adornarse atribuyó la frase a la obra de Pedro Muñoz Seca «La venganza de Don Mendo», cuando en su sentido literal el dueño de la célebre cita, y a quien corresponden los derechos de autor, es el dramaturgo francés Pierre Corneille, que en su obra «Le menteur», de 1644 , escribe en boca de un tal Cliton: «Les gens que vous tuez se portent assez bien» (las personas que vos matáis tienen bastante buena salud).
Ahora bien, y para que conste en acta, Corneille elaboró la frase inspirándose en una cita de la comedia de Juan Ruiz de Alarcón «La verdad sospechosa», escrita 14 años antes. El desliz de Rubalcaba es curioso, porque la frase de marras, que Teresa Fernández de la Vega atribuyó en su día a «Don Juan Tenorio», de José Zorilla , y algún otro conspicuo citador a Tirso de Molina, en «El burlador de Sevilla», tiene padre y no es precisamente Pedro Muñoz Seca.
Que Rubalcaba hubiera atribuido la frase a «La verdad sospechosa», habría tenido un pase, pero el ministro de Interior debió pensar que, tratándose del «caso Faisán», el título de «La verdad sospechosa» no era el más apropiado . Así que para no meterse en honduras tiró por «La venganza...», que es un plato que se sirve frío y no como el faisán, que es guiso que se cuece a fuego lento y sale duro si no se tiene paciencia en la cocina.
Recomiendan los expertos combatir con un libro la ansiedad de los fogones. A Rubalcaba le serenaría el ánimo leer «Le menteur» en versión original: «Les gens que vous tuez se portent assez bien...». Tal vez se daría cuenta de que, aunque pueda haber «muertos que gozan de buena salud», también hay «verdades sospechosas».
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