Junts pel Sí manejó en dos años más de 60 millones de euros de dinero público

Junts pel Sí fue la fórmula elegida por ERC y el partido de Mas y Puigdemont en busca del máximo beneficio electoral posible y para preparar y lanzar el golpe independentista. Ahora, los de Junqueras y los de Puigdemont compiten por separado, pero en los dos últimos años han ido de la mano y han compartido caja.

Esta «sociedad de gananciales» del independentismo se estrenó en las elecciones catalanas de septiembre de 2015. En aquella campaña manejó un total de 3,2 millones de euros, un gasto que recuperó mayoritariamente gracias a los 2,7 millones que ingresó por subvenciones electorales .

A partir de ahí, la cuenta común de ERC y la vieja Convergència fue engordando con un flujo mensual de más de un millón de euros de subvenciones parlamentarias. A Junts pel Sí, la aplicación de la ley electoral le primó en escaños y en dinero a percibir por los mismos: la coalición cosechó el 39,59% de los votos de aquellos comicios, pero ocupó la mitad del hemiciclo -62 de los 125 escaños que conforman el 'Parlament'-.

Eso se tradujo en unas subvenciones parlamentarias de 7 millones de euros anuales, ingresadas en el arca común de ERC y la vieja Convergència rebautizada como PDECat y que ahora concurre a las elecciones catalanas bajo la marca de Junts per Catalunya. En dos años, 14 millones de euros de subvenciones parlamentarias .

Además, esos 62 escaños ha supuesto un multimillonario reparto de fondos públicos en forma de sueldos. Han sido más de cuatro millones de euros anuales en nóminas y cotizaciones a la seguridad social de los diputados autonómicos , a los que habría que sumar las nóminas de los asesores.

Es decir, entre subvenciones electorales, parlamentarias y sueldos de diputados y asesores, más de 20 millones de euros ingresados directamente al calor de ese «matrimonio» de ERC y la vieja Convergència, ahora roto y con sus «cónyuges» compitiendo separado.

Además, al ocupar el Gobierno de la Generalitat, Junts pel Sí tuvo en su mano cientos de puestos de altos cargos y asesores que dependen del Ejecutivo autonómico. Por esta vía, acabaron recalando en afiliados y afines de Esquerra y del PDECat más de 30 millones de euros anuales en sueldos de políticos y personal de confianza acomodado en la Generalitat .

A ese dinero repartido en sueldos hay que sumarle las cotizaciones a la Seguridad Social que paga la Administración por esos altos cargos y asesores.