El Estado catalán, una república imposible

En una legislatura bautizada como de «desconexión» , las «estructuras de estado» son un elemento clave del plan de ruptura. La pretensión, dejar Cataluña lista para la separación de España, dotándola de todos aquellos elementos imprescindibles para su funcionamiento autónomo.

Destacan la Hacienda y la Seguridad Social propias, elementos en parte ya esbozados la pasada legislatura, pero que se pretenden desarrollar esta legislatura mediante las a su vez llamadas «leyes de desconexión», entre las que se incluye también la de Transitoriedad jurídica.

Aunque la Hacienda y la Seguridad Social son las dos piezas consideradas imprescindibles, la idea de las «estructuras de estado» viene desarrollándose desde el inicio del proceso soberanista, en 2012 . El desarrollo e impulso de toda la acción exterior de la Generalitat, con su red de embajadas, entra de hecho en esta categoría.

De manera exhaustiva, y durante meses, un grupo de expertos reunidos bajo el paraguas del llamado Consejo Asesor para la Transición Nacional elaboró una docena larga de informes -recogidos luego en el llamado «Libro blanco»- sobre los temas más diversos para proceder a la desconexión y el funcionamiento de la nueva república.