«No hay dinero para acabar el año en la sanidad pública, que está enferma»

—Como antídoto a una economía enferma, solicitó al Gobierno de España responsabilidad. ¿Ha puesto así la pelota en el tejado del Estado?

—No, simplemente la responsabilidad es conjunta. Y lo cierto es que después de la invitación que le hemos hecho al Gobierno, tiene que responder.

—La petición es un pacto de Estado para garantizar la viabilidad del sistema público de salud. ¿No debería el Estado haber tomado el mando?

—Efectivamente, y no ha sido así. Nosotros llevamos la iniciativa. Y ahora esperamos que en las próximas semanas seamos convocados, porque no hay dinero para acabar el año en la sanidad pública, que está muy enferma.

—¿Hacen agua los servicios sanitarios?

—Tenemos que buscar la forma de mantenerlos, de pagar lo que debemos, y de no gastar más de lo que tenemos. Llevamos años con un presupuesto inferior al gasto real.

—Sabe que durante mucho tiempo se gestionó con alegría, y que el Gobierno de España no acometió las reformas estructurales necesarias.

—Comparto el enunciado, y hago responsables a todos, también a los presidentes autonómicos. Y, tomando posesión hace dos años, no me voy a autoexcluir. Pero es verdad que Galicia sigue pagando a sus proveedores. Y decir que la problemática de la sanidad es responsabilidad de la mala gestión exclusiva de los presidentes autonómicos es negar la realidad. Es una mezcla de que gestionamos épocas de bonanza económica con demasiadas alegrías, ciertamente, y de que el Gobierno ha mirado para otro lado durante los últimos siete años.

—Prácticamente nunca se ha puesto el tema sobre la mesa, pese a que supone el 40 por ciento del gasto.

—Nadie, nadie... Y es lo que necesitamos, hablarlo. La sanidad no solo es un gasto, es también una inversión, pero toda inversión debe tener unos límites presupuestarios. Y lo cierto es que de sanidad no hay liderazgo.

—¿Considera que el Gobierno no lidera la sanidad de su país?

—Claro. Y por eso está enferma.

—Propone que el actual presidente siga el ejemplo de las inyecciones de liquidez de González y Aznar.

—Los dos sabían que la sanidad formaba parte de sus obligaciones.

—¿Insinúa que Zapatero no se ha percatado de este detalle?

—Digo que no sabemos si alguien se habrá dado cuenta, todavía, en el Gobierno de España, de que es competencia exclusiva del Estado.

—¿Este planteamiento, el de abrir los ojos, será trasladado, con toda su carga, al Consejo de Política Fiscal y Financiera y a la Conferencia de Presidentes?

—Desde Galicia lo reclamamos desde hace tiempo. No es un problema del PP o del PSOE, sino de los españoles.

—¿Las esperanzas están puestas en ese Consejo?

—Espero que sea muy importante. Esta ocasión histórica de que los presidentes autonómicos le hayamos ofrecido al Gobierno hablar, valorar y decidir, no tiene muchos antecedentes en esta etapa democrática.

—¿Dónde está el pero?

—El Consejo puede ser una opción para resolver los problemas del gobierno del PSOE a costa de las comunidades, o de resolver los problemas de España entre todos.

—¿Cuál sería, hablando en términos médicos, la radiografía final en caso de seguir mirando hacia otro lado?

—Pues estamos conociendo el efecto.

—¿En la agenda para esa viabilidad, podría aparecer el copago?

—No sabemos qué va a plantear el Gobierno. En Galicia hemos hecho medidas de gestión que han sido recurridas ante el Tribunal Constitucional.

—¿Se denuncia el ahorro?

—Es la primera vez que se denuncia a una comunidad por ahorrar.

—¿Qué medidas alternativas tiene el Gobierno?

—Las que traiga, las discutiremos y, si es posible, las aprobaremos entre todos. El liderazgo del sistema es del Gobierno, y gobernar es indelegable.

—Se concentra en el mensaje duro.

—Demos un ejemplo de responsabilidad a todos, y entre todos vamos a decir a los propietarios, es decir, a todos los españoles; que hay viabilidad, y que no se pondrán en riesgo las listas de espera ni las infraestructuras sanitarias que nos faltan; y que no llegaremos tampoco al colapso financiero.

—¿Dispuestos a hacer los deberes y a que el Gobierno haga los suyos?

—Es lo que buscamos. Si entre todos somos capaces de hacer algo bueno por el país, estaremos orgullosos. El desenlace menos halagüeño sería el de un presidente que nos llevó a esta situación económica, al colapso de las cuentas públicas con especial incidencia en el Sistema Nacional de Salud, y que antepuso las urgencias del PSOE a las de España. A mí me gustaría que el presidente, en los meses que le quedan, sea útil para la nación.

—Si no es así. ¿Anticipo electoral?

—Cuando un gobierno no funciona, lo que hay que hacer es votar y cambiarlo, participar y cambiar. No hay mayor indignación que un voto.

—Parece un mensaje para el movimiento del 15-M.

—Ese movimiento que nació inicialmente con simpatía, si perturba la actividad ordinaria, la entrada y salida de los edificios públicos, las plazas más importantes de las ciudades desde el punto de vista económico y turístico... Pues tiene el riesgo de no tener impacto en la sociedad.

—Usted está «indignado» con que no gobierne la lista más votada.

—Eso es lo normal en las democracias consolidadas. Las subastas comenzaron de una forma muy abrupta con la llegada de este gobierno al poder. Antes era muy excepcional que gobernasen los que perdían.

—Una quiniela final. Mariano Rajoy anunció que contará en caso de triunfo con los mejores para formar gobierno, y que no descarta presidentes autonómicos. Su nombre suena...

—No, no, no. Mariano Rajoy me consta que va a contar con los mejores, ya sean del PP o no. Tendrá toda la capacidad para hacer un gobierno. Yo pertenezco a otro gobierno, y no puede uno ser tan soberbio para aceptar algo que nunca le han ofrecido.

—¿Que es para usted ser ministro de España?

—Un honor para cualquier político.