Delitos de odio: español, soltero, desempleado y próximo a grupos neonazis o ultras del fútbol
Un estudio clasifica a estos individuos en tres tipologías: vengativa, buscadora de emociones y defensiva
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Iniciar sesiónLos odiadores profesionales existen. Los vemos cada día en las redes sociales, pero también actúan en la vida real y pasan a la acción. El delito de odio consiste en una infracción o acto penal motivado por prejuicios contra otras personas por el hecho de ... pertenecer a un determinado grupo social. Es un delito y el Código Penal lo castiga con entre uno y cuatro años de prisión . Pero, ¿quiénes son esas personas que deciden a quién hay que odiar? Según un estudio presentado ayer, el perfil es el de un hombre español, soltero o sin pareja, que convive con su familia, con un nivel educativo básico, sin trabajo remunerado o con escasos ingresos.
El 66,7% tiene entre 18 y 30 años de edad. En la medida que la edad aumenta, el porcentaje disminuye hasta desaparecer en el grupo de mayores de 60 años. Tan solo el 21% es independiente de su familia o vive en pareja. La mayoría, el 48,5%, tiene el graduado escolar y el 27.3% ni siquiera ha conseguido esa titulación de educación básica. Con relación a la situación laboral, el 33,3% cuenta con un trabajo por cuenta ajena o es autónomo. El resto, está desempleado o en otras situaciones.
El estudio lo ha llevado a cabo Instituciones Penitenciaras, en colaboración con investigadores de la Fundación para la Investigación Aplicada en Delincuencia y Seguridad (FIADYS) a partir de personas condenadas por delitos de odio, tanto las privadas de libertad como las condenadas a penas y medidas alternativas. Se presentó ayer en las jornadas 'La aplicación de la evidencia científica en el tratamiento penitenciario y en las medidas comunitarias' y lo desgranaron Javier López, de la Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio, y la profesora de la Universidad de Comillas Meritxel Pérez.
Violentos solo con desconocidos
El retrato criminológico responde a estos patrones: el 70% son consumidores de sustancias tóxicas, con una edad de inicio alrededor de los 15 años. Más de un tercio reconoce haber sufrido maltrato físico o psicológico por parte de sus padres u otros familiares. La mayoría se relaciona con un grupo de ideología de odio (neonazis, ultras de futbol…) . No cuenta con un historial delictivo previo de gravedad y es violento con personas ajenas a su núcleo familiar o de amigos.
El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, destacó en la conferencia inaugural de las jornadas organizadas por la Universidad de Comillas que «la experiencia práctica de los profesionales penitenciarios y el aporte científico de la Universidad son la mezcla ideal para afrontar los retos derivados de una nueva realidad criminógena». En las citadas jornadas se abordan los delitos de odio, pero también otras realidades criminales como el tratamiento de delitos contra la seguridad vial, la delincuencia económica o la radicalización violenta.
El perfil psicológico de los odiadores dibuja a una persona propensa a asumir riesgos, agresiva de forma reactiva y con mayor prejuicio sutil . Y con todos los datos mencionados el estudio concluye que existen tres tipos de perfiles delictivos:
– El buscador de emociones. Perfil mayoritario con prejuicios hacia minorías y colectivos vulnerables. Cometería agresiones en grupo. Es el de mejor pronóstico terapéutico ya que su prejuicio es bajo.
– El vengativo. Agresivo por supuesta ofensa hacia su persona o grupo. Tiene dificultad para identificar sentimientos.
– El defensivo . Protege el territorio de personas extranjeras a las que percibe como amenaza.
En estos dos últimos tipos, el prejuicio está más arraigado y es más intenso. Solo hace falta pasear un rato por las redes sociales y determinados foros para encontrarlos. Aunque no en todos los casos se comete el delito de odio que está castigado con pena de prisión de uno a cuatro años y que engloba un amplio abanico de discriminación o violencia por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad.
En Prisiones se desarrolla el programa 'Diversidad', encaminado precisamente a la igualdad de trato y no discriminación y frente a los delitos de odio. Se intenta desterrar el prejuicio con trabajos terapéuticos, psicológicos y activos: deporte, cultura, talleres en los que los presos de distintos colectivos se mezclen y convivan de cerca, algo casi obligatorio durante el cumplimiento de las penas.
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