Ciudadanos ya se abre a negociar los Presupuestos sin la presencia del PP
Asume la mesa de gobiernos, pero no tolerará privilegios al separatismo
Arrimadas cree que la participación de Casado diezmaría el peso de Podemos
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Iniciar sesiónEl aviso de la ministra portavoz, María Jesús Montero , de que el pacto de gobierno con Unidas Podemos tendrá que «adaptarse» por la crisis del coronavirus sacudió, con una ola de satisfacción, la sede nacional de Ciudadanos ( ... Cs). Aunque desde el Ejecutivo se matizó después que el reajuste se efectuará sobre el volumen del gasto público, y no sobre la política fiscal, los liberales se aferran esperanzados a lo que puede significar una grieta abierta en la muralla de la coalición.
En el seno de Cs cunde la sensación de que están erosionando más la unidad del Gobierno con su mano tendida que si se resguardasen en un «no es no» como el del PP y Vox en las dos últimas prórrogas del estado de alarma . Esas fricciones no se dan solo entre el PSOE y Podemos , sino en el espacio mismo de Unidas Podemos, donde Pablo Iglesias se vio obligado a intervenir y a abogar por la mayoría de la investidura, tras sendas declaraciones de Yolanda Díaz (Galicia en Común) y de Alberto Garzón (IU) admitiendo sentirse «cómodos» con la idea de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) junto a Inés Arrimadas .
La histórica animadversión con Podemos se mantiene, pero Cs se plantea cambiar su estrategia e intentar limitar su relevancia en el Gobierno ofreciendo una alternativa al PSOE. Fuentes del Comité Permanente de Cs sostienen que darán a los socialistas, hasta el final, la opción de aprobar unas cuentas desde el centro y con la búsqueda del mayor consenso posible. Pero lograrlo conjugando a Cs con Podemos es sumamente complicado . El famoso pacto del abrazo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera en 2016, de hecho, se rompió por la negativa de Iglesias –absorto en el «sorpasso»– a facilitar una alianza entre ambos.
«Llámeme malpensado, pero Podemos es una sucursal chavista en toda regla»
Albert Rivera
en2016
Y por si fuera poco, se añade a la ecuación el factor ERC . Cs asimila que tarde o temprano se reunirá la llamada «mesa de gobiernos» , pero aun así está dispuesto a seguir hablando con el Gobierno . La línea roja no es la mesa en sí, sino los acuerdos que puedan salir de ella. Llegará un momento en el que Sánchez tendrá que decidir si accede o no al chantaje separatista, y será entonces, si la mesa fracasa, cuando los liberales podrán entrar en escena. Igual que Gabriel Rufián –que el martes dijo que ERC y Cs son «incompatibles»– , en Cs contemplan como cosa de ciencia-ficción estar en el «sí» con los republicanos. Para eso, inciden, ERC debería dejar de ser ERC y no exigir privilegios para Cataluña.
En el entorno de Arrimadas admiten la complejidad que les supone una operación así sin la participación del PP. De hecho, están convencidos de que un paso sincero de Pablo Casado hacia una colaboración presupuestaria presionaría a Sánchez, atado de pies y manos por sus constantes apelaciones públicas a la unidad. «Sería como llevar la vía 221 a la práctica», resume un importante dirigente de Cs, en conversación con ABC.
Una mirada a Europa
Ese es el escenario ideal que se baraja en el número 253 de la madrileña calle de Alcalá: unas cuentas pactadas con el beneplácito de socialistas, populares y liberales. Algo similar a lo que está promoviendo en Europa la delegación de Cs encabezada por Luis Garicano . Eso sí, por primera vez, en Cs han dejado de trasladar en privado que es «indispensable» la presencia de los populares, y ahora solo la ven «preferible». Aunque confían en que Casado busque el consenso si el Gobierno presenta un proyecto «sensato» –y dicen estar seguros de que así lo haría el líder de la oposición–, también subrayan que ellos serán «útiles» y harán lo mejor para España con independencia de la posición de los demás.
«No podemos darle apoyo al Gobierno del insomnio. Las tesis de ERC las replica Podemos»
Inés Arrimadas
en 2019
«Nosotros no hemos pensando nada más que en el bienestar de los españoles», apuntó ayer Edmundo Bal en Antena 3. Fuentes de la dirección de Cs defienden que su nuevo documento estratégico indicaba ya la apertura a hablar «a derecha e izquierda», aunque reconocen que esto se ha «visibilizado» más rápido por el Covid-19 . De facto, el nuevo rumbo es una enmienda a la totalidad al fijado por Rivera, que se negó siquiera a contestar el teléfono a Sánchez el verano pasado, cuando sumaban 180 escaños.
De momento, Cs guarda prudencia y no da nada por sentado, consciente de que todo va a depender de las cartas que reparta Europa. Son claves los dos próximos Consejos y será después cuando haya que empezar a moverse. Los liberales ven fundamental en este contexto que no haya subidas generalizadas de impuestos , porque podrían desincentivar la inversión y la contratación. Salvaguardar el empleo , insisten, debe ser el objetivo número uno de los PGE. El deseo de Cs es que esas políticas «surrealistas» de Podemos a las que aludía Melisa Rodríguez el lunes sean relegadas una vez la Unión Europea ponga los deberes. Le guste o no al Ejecutivo, un rescate duro obligaría a aplicar recortes, por lo que es preciso, primero, negociar bien en Bruselas.
«Si en los PGE hay políticas surrealistas de Podemos, será muy difícil contar con Cs»
Melisa Rodríguez
el lunes
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