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La activista rechaza que la examinen los médicos enviados por el Gobierno

Cefalea crónica e intolerancia a la luz. Después de 21 días de huelga de hambre, Aminetu Haidar se debilita por horas amarrada a una manta y a la esperanza de volver a su tierra. Tras el esperpento de las últimas horas ayer recibió la visita ... de una ambulancia con su personal sanitario que solicitó permiso para hacerle un chequeo. La enviaba la Delegación del Gobierno en Canarias. Y Haidar, con su inquebrantable coraje -«mis convicciones no se venden», proclama-, la rechazó porque el médico que la está atendiendo desde el principio «ha asumido la tarea de velar por su salud», según explicó la Plataforma de Apoyo que la acompaña día y noche en el aeropuerto de Arrecife. Posteriormente, un juez se presentó con un médico forense para examinarla. «Mi voluntad es no alimentarme», reiteró la activista. Ante esta respuesta el juez le comunicó que quería comprobar si seguía en pleno uso de sus facultades mentales y le advirtió que podrían alimentarla a la fuerza. Poco después, la comitiva judicial se marchó.

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