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Real Madrid

Valverde se sale de la camiseta

El uruguayo es imprescindible para Zidane, que le ha alineado en los nueve partidos. Es el artillero blanco de la Liga, tres goles, empatado con Benzema, que el «Pajarito» ha marcado en seis disparos. Es un puntal del nuevo pasillo de seguridad

Tomás González-Martín

El 24 de diciembre de 2007 fue el primer día importante en la carrera de Federico Valverde. Solo tenía nueve años. Su padre trabajaba en el casino y su madre, Doris, tenía un puesto ambulante en Montevideo y vendía juguetes en la Avenida 8 de octubre aquel día de Nochebuena. Allí fueron a verla los dirigentes del 7 Estrellas, un club de cantera muy prestigioso de Uruguay, y eso es decir mucho en un país que es un vergel constante de futbolistas para el mundo. Los directivos habían escuchado que «hay un pibe que la rompe en Exploradores», otro equipo de chavales al que Fede llegó tras jugar en el equipo de su barrio, el Estudiantes de la Unión.

Corre 10,8 kilómetros por partido. Es uno de los jugadores que más metros hace en el Real Madrid y su disciplina táctica implica que sea uno de los gladiadores de confianza de Zidane

Los hombres del 7 Estrellas, que jugaba en la zona de Piedras Blancas y obtenía campeonatos por doquier, invitaron a la mamá de Fede a la fiesta de fin de año de 2007 y la convencieron para que el niño fichara con ellos. Meses más tarde, el Peñarol le captó y la familia decidió militar en el gran club aurinegro, donde vivió una evolución imparable.

Fue Doris la que habló en 2016 con Juan Pedro Damiani, presidente de Peñarol, para que le dejara marcharse al Real Madrid. Ella fue determinante en una operación complicada, porque Damiani no quería venderle, que significaba un salto definitivo para el porvenir de la familia. El traspaso costó cinco millones. Hoy, el «Pajarito», 22 años, es imprescindible para Zidane .

Capacidad máxima en el capítulo táctico y físico: ejerce de medio centro y sube al ataque como interior derecha para presionar y centrar o disparar

Valverde ha vuelto a ser titular fijo en el Real Madrid. Corre un promedio de 10,8 kilómetros por partido y con ese desgaste, arriba y abajo, es capaz de llegar al área y hacer goles con precisión. Ha conseguido tres tantos en los seis disparos a portería realizados esta temporada, un porcentaje de acierto del cincuenta por ciento que tiene maravillado a su entrenador, que exige a los centrocampistas que tiren a puerta y busquen el gol.

El uruguayo se ha consagrado por fin en el once madridista . Zidane ha contado con él en los nueve partidos disputados en este curso. Fue titular en siete y en los otros dos encuentros le dio entrada en el segundo tiempo para repartir esfuerzos. Actualmente es uno de los baluartes de su esquema, una condición que perdió en el tramo final de la campaña pasada, rematada con el título liguero.

Hasta la extenuación

«Me costó volver, uno lo tiene que reconocer y ser autocrítico », explicó con sincera autocrítica Valverde al analizar la razón de aquella pérdida del puesto. «No hice las cosas como debe hacerlas un futbolista profesional del Real Madrid», aseguró el uruguayo tras vencer 2-3 en el Villamarín y anotar el primero de sus tres tantos de esta Liga. El suramericano se refería a su etapa en el confinamiento. Padre de una niña, su aportación tras el parón de la competición, en efecto, fue menor. Aunque disputó 44 encuentros, no acabó como titular. En la campaña actual ha vuelto a ser el motor del Real Madrid. Su partido en el Camp Nou le confirmó en el centro del campo como el pulmón del conjunto blanco.

« Se sale de la camiseta», señalaba un profesional del club ante ABC para resaltar su potencia. Valverde se asemeja en su energía a José Antonio Camacho, que cuando llegó a la primera plantilla del Real Madrid «se salía del chándal», en tal medida que el cuello de aquella prenda azul, clásica de los años setenta y ochenta, le tapaba la nariz. Hoy, el «Pajarito» cumple todas las virtudes del ADN de los uruguayos. Su entrega hasta la extenuación y su competitividad son máximas.

Zinedine ha probado al jugador en diversas posiciones, para confirmar que donde mejor rinde es como interior derecha, con libertad para subir hasta el área y centrar o disparar. Su capacidad física le permite ejercer de segundo pivote destructivo, junto a Casemiro, y de centrocampista ofensivo, con la misión táctica de ejecutar la presión desde arriba. Hoy forma parte de la nueva columna vertebral de Zidane, remozada con el uruguayo y con Mendy.

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