El castigo de la FIFA al Chelsea preocupa a Hazard

No es fácil la decisión del magnate ruso, dueño del Chelsea. Debe dirimir si prefiere mantener a Hazard y el nivel de calidad del ataque hasta junio de 2020, sin obtener un euro por él, o venderle el próximo verano y percibir cien millones. El delantero presiona desde hace dos temporadas para venir al Real Madrid y se siente perjudicado por una sanción de la que no es culpable.

«El Duque» sabe que el club blanco le pretende y juega con esa carta de fuerza. No pondrá ninguna traba económica para ser madridista. Solo pide un contrato por cinco campañas, hasta los 33 años, que le será otorgado sin problema. Volverá a exponer su deseo a Roman Abramovich para que le dejen hacer por fin lo que le negaron durante un bienio: pertenecer al Real Madrid. Courtois le ha informado de la idiosincrasia del club madrileño y no quiere ver roto su sueño.

A su favor juega que el Chelsea se temía lo peor desde hace tiempo y contrató a Pulisic el 2 de enero por 64 millones, nada más abrirse el mercado de invierno, por si la suspensión de la FIFA se aplicaba ese mismo día. El delantero estadounidense quedó cedido en el Borussia Dortmund, su equipo de procedencia, hasta junio y será jugador del Chelsea la próxima temporada.

El problema para Abramovich es que la sanción afecta al futuro de Higuaín y Kovacic, que juegan cedidos en su equipo, y puede inmiscuir a Morata. El centrocampista croata regresará al Real Madrid en junio y entonces se decidirá si se queda o si es traspasado. Higuaín está cedido por la Juventus con una opción de compra muy baja , 18 millones, y el Chelsea puede pedir la suspensión cautelar de la sanción en el caso del argentino y extender su cesión por otro año.

La situación de Morata es la más compleja. Cedido por el Chelsea al Atlético hasta junio de 2020, justo cuando acabaría el castigo de la FIFA, el conjunto rojiblanco puede ficharle en propiedad si paga 66 millones. Pero el club inglés firmó una cláusula en la cesión que expresaba que podría recuperarle en julio por una cantidad cercana a los 20 millones de euros. Es lo que preocupa actualmente al Atlético y a Morata.