Los mensajes envenenados de Jenni Hermoso

Para evidenciar que el caso se ha convertido en una carrera para ver quién es más astuto a la hora de jugar sus cartas, ayer, mientras Hermoso pedía por la mañana ser protegida de las filtraciones, por la tarde, el diario 'Marca' deslizaba los mensajes que la madrileña y el director de marketing de la Federación, Rubén Rivera, se intercambiaron durante la celebración del título continental en Ibiza, entre los días 22 y 24 de agosto.

En su declaración del pasado cinco de septiembre, Hermoso aseguraba que había sido víctima de «presiones» y «coacciones» por parte de Rivera, Albert Luque (director deportivo) y Miguel García Caba (director de integridad). Una versión que queda en entredicho una vez que se han desvelado los whatsaps entre ambos pues, según los documentos presentados por Rivera, la delantera le pide primero que incluya a su amiga Ana Ecube, que testificó contra Rivera, en el viaje a Ibiza («¡Haz tu magia, va! Es muy amiga mía») y luego, que organice una salida a una discoteca local para seis amigos o que si sabe dónde está el chófer, ya el 24 de agosto, que les debía llevar al aeropuerto para abandonar la isla («Estará de resaca», escribe Hermoso). Incluso le dice a Rivera entre risas que le comente a su mujer que se lleve bañador propio, pues Hermoso le había dicho que tenía uno de sobra pero no era así.

Noticia Relacionada

Jenni Hermoso rompe su silencio: «Fuimos campeonas porque era la única forma que nos quedaba para ser escuchadas, respetadas y valoradas»

ABC

La internacional española habló por primera vez en público tras el caso Rubiales en la ceremonia de investidura de nuevos miembros del Salón de la Fama del Fútbol de Pachuca (México)

Relato que retratan a Rivera, como dijo durante su comparecencia el martes, en un recadero. En esos mensajes filtrados sus interacciones con Hermoso en Ibiza fueron de carácter profesional y cordiales.

Antes de que el contenido de sus mensajes se filtrara, pero cuando ya sí lo había hecho el de su declaración ante el juez (exclusiva de Telecinco), Hermoso ya se había quejado y reclamado protección. La jugadora afirmó no sentirse «segura» y que, hasta que no parasen las filtraciones, se planteaba «no declarar ante la Audiencia Nacional», pues la presión mediática le estaba afectando a su salud.

«Hasta hace unos días pensábamos que este proceso ofrecía a Jenni un entorno seguro pero las continuas filtraciones y la falta de dichas garantías impiden que nuestra representada pueda llevar el proceso con normalidad», argumentó su agencia de representantes TMJ, que ha sido la encargada de defender «sus intereses» desde los albores del caso Rubiales.

Una teoría rematada con la primera gran aparición pública de Hermoso tras el beso de Rubiales. Fue ayer, en el discurso que pronunció la española tras ser nombrada miembro del Salón de la Fama del Pachuca mexicano, club en el que milita. «Aunque ha pasado poco tiempo, me sigo preguntando qué fue lo que hicimos esa noche. Ganamos un título, dimos la vuelta al mundo y nos convertimos en uno de los mejores equipos de la historia; pero en el fondo, logramos algo mucho más humano, más trascendental. No fuimos campeonas para alzar un trofeo que se queda en las vitrinas, recibir un bono de compensación o salir en miles de portadas que se arrugan con el tiempo: fuimos campeonas del mundo porque era la única forma que nos quedaba para ser escuchadas, respetadas y valoradas», esgrimió con firmeza, con la cara y el tono de la líder de un movimiento, de una revolución, que es prácticamente en lo que se ha convertido.