Fiesta en la que Hermoso aseguró ser víctima de «presiones» y «coacciones» por parte de Rivera, una versión que ahora queda en entredicho pues, en dichos mensajes, que han sido filtrados por el diario 'Marca', no se percibe ninguna referencia a Rubiales ni a que la jugadora colabore con la RFEF para normalizar la situación.
Según las pruebas aportadas, el primer contacto entre Hermoso y Rivera se produce en Madrid y esta le pide que intente incluir en el viaje a una amiga suya, Ana Ecube, que fue una de los testigos que acusó a Rivera de presionar a la internacional. «¡Haz tu magia, va! Es muy amiga mía», le escribe Hermoso. Poco después, Rivera le confirma que Ecube podrá viajar a Ibiza con las jugadoras. «Está dentro, o eso creo», le responde.
Es entonces cuando, según la declaración de Hermoso, comienzas las coacciones por parte de Rivero y de Miguel García Caba, director de Integridad. El testimonio de Hermoso asegura que ambos le intentaron convencer para que grabase un vídeo en el que debía de quitarle hierro al beso de Rubiales. También Albert Luque, director deportivo de la Federación.
Es por eso que, según Rivera, esa situación no concuerda con los mensajes que Hermoso le manda el día siguiente, el 23 de agosto. Ahí le pregunta al director de marketing que si puede llevar a seis amigos a la discoteca Usuhaia. Rivera le dice que sí, además de quejarse ligeramente de lo difícil que está siendo gestionar la expedición en Ibiza. «Ya, ja ja. Es una locura», le contesta Hermoso.
El último contacto se produce el 24 de agosto, y este es el mensaje íntegro de Hermoso a Rivero: «¡Buenos días Rubén! ¿Podemos recoger las cosas de la habitación esta tarde? ¿Para ir a ducharnos e ir al aeropuerto?», además de bromear sobre si el chófer, que no aparece, estará de «resaca».
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