La soledad o no de Jorge Vilda

Esa soledad la vimos escenificada perfectamente tras el partido de Holanda. España acababa de meterse en semifinales, una gesta jamás antes conquistada. Las jugadoras trepaban por las gradas para besar a sus familiares, se abrazaban entre ellas, lloraban, saltaban, gritaban... Pura explosión de alegría, como no podía ser de otra forma. Al único que se le vio contento, pero sorprendentemente solo, fue al entrenador. Vilda no sabía bien qué hacer, las jugadoras parecían preferir celebrarlo entre ellas que con él. Las imágenes, pocas, porque sorprendentemente no enfocaban al entrenador, llamaron poderosamente la atención de todos los aficionados y la situación se volvió viral en redes.

Jorge Vilda, ¿se siente apoyado? ¿por qué está tan solo? ¿es fruto del imaginario colectivo o tiene causas que justifican esa imagen? Vilda, ¿amado y odiado a partes iguales por sus jugadoras? Es evidente y justo reconocer que es uno de los responsables máximos de que, por ahora, España esté entre las cuatro selecciones de fútbol femenino mejores del mundo. Pero muchas veces, el entrenador amigo, tiene que imponerse a estrellas que quieren brillar solas olvidando casi por completo la esencia misma del fútbol: que es un deporte de equipo. Aquí no destacan los egos, aquí triunfa el grupo. Y esa es una labor que Vilda trabaja a diario sin descanso. No vale perdonar todo a las más brillantes con tal de que entreguen resultados sobresalientes. Esas actitudes no llevan a nada, si acaso, a desmembrar al equipo y conducirlo al fracaso. Quizá uno de los éxitos de Vilda, como están demostrando los resultados, es el hecho de luchar cada día por hacer equipo, dentro y fuera del campo. El equipo debe comerse los individualismos. Y quizá eso no guste a todas.

La historia nos demuestra una y otra vez que los tiempos fáciles crean hombres débiles y que, por el contrario, los tiempos difíciles crean hombres fuertes. Y es muy difícil encontrar momentos más difíciles que los que ha vivido Vilda con este grupo. Ha logrado que un país apasionado por el fútbol (masculino) como es España, siga día tras día las andanzas, éxitos, penas y alegrías de 23 mujeres futbolistas. Hay que recordar que la mejor manera de recibir confianza es comenzar por darla.

Seguramente Jorge Vilda se sentía invisible al finalizar el partido contra Holanda, una invisibilidad que volverá como un relámpago fulminante si vuelve, confiemos en que no, la derrota. Pero Jorge ha tenido que aprender a vivir sin miedo y rodearse de un consejo de sabios de suma confianza, leales, expertos y fieles, para que apuntalen su labor. Entre todos comparten retos, aportan ideas y sacan lo mejor de él como entrenador y gestor. Son un círculo, sin principio ni fin, en el que todos los puntos están a la misma distancia del centro.

Sea como fuere, esas decisiones que ha tomado, seguramente nada fáciles, de momento le han permitido hacer historia en el fútbol femenino español. Así que, aún a riesgo de generar controversia, aún a riesgo de que las chicas acaten pero cuestionen sus decisiones, Vilda es hoy el gran triunfador el Mundial que está haciendo España en Australia y Nueva Zelanda.

«Un triunfador es aquel que se levanta y busca las circunstancias que desea y si no las encuentra, las fabrica», George Bernard Shaw.