España, ante una Suiza de perfil y bloque bajo

Suiza, en el puesto 20 del ranking FIFA, se clasificó para este Mundial, tras ocho años de ausencia, con un toque sutil con la bota derecha de Fabienne Humm ante Gales, en la prórroga. Tras una victoria ante Filipinas (2-0), un gran empate ante Noruega (0-0) y otro empate ante la coanfitriona Nueva Zelanda están en octavos.

Un logro que parecía un milagro cuando, justo después de aquel partido de Humm ante Gales el pasado octubre, el seleccionador Nils Nielsen dejó el cargo. Quedaban seis meses para que comenzara el torneo y había que acostumbrarse a un nuevo libreto, una nueva visión del fútbol, un nuevo todo. Pero… «El primer día que llegó al vestuario nos dijo claramente qué quería y qué no. No había tiempo, debíamos conocerla rápido», explicaba Lia Walti, capitana de la selección. Pero la nueva seleccionadora ya tenía recorrido en esto del fútbol y fue muy fácil la aclimatación. Inka Grings había jugado dos Mundiales con Alemania, marcado 64 goles en 96 partidos, cinco de ellos, en las dos citas mundialistas.

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Propuso desde el inicio un juego agresivo, desde el ataque y la defensa. Y así lo lee la selección española. «Es un equipo muy físico, con calidad en las últimas líneas, muy buenos unos contra unos. Pero lo podemos contrarrestar con nuestra calidad. Si plantean un bloque bajo pueden ser férreas, pero tenemos herramientas para vencerlas», analiza Irene Guerrero. Entre sus estrellas, Ana Maria Crnogorcevic, jugadora del Barcelona y que conoce muy bien Irene Paredes: «Conociéndolas un poco se meterán atrás y aprovecharán los contraataques. Y entre las que pueden hacer daño está Ana, que es una atleta y con experiencia. Tengo muy buena relación con ella y algo nos hemos escrito estos días. En el Barcelona todos los ejercicios los suelo hacer con ella, porque nos picamos mucho y nos exigimos mucho la una a la otra. La definiría como una atleta, puede llegar de área a área todo el partido. Lleva 150 internacionalidades y eso habla de su experiencia. Es una tía que no va a bajar los brazos, que es una líder; es capaz de arrastrar al equipo y de cambiar el estado de ánimo del grupo».

Además, ha habido horas de visionado para el análisis del encuentro, -vídeos cortitos, sintetizados, al detalle y adaptados para el grupo o para cada jugadora en particular por Rubén Jiménez- y ha servido en dos direcciones: aprender de los errores propios -«lo que vives en el campo a veces no se corresponde con cómo te ves después», apunta Paredes- y aprender a gestionar un bloque bajo, es decir, una defensa cerrada atrás, que es la estrategia que tan bien le funcionó a Japón y que saben copiará la selección suiza.

«Sí, nos puede plantear algo parecido: que eche las líneas atrás, que nos cueste moverlas para encontrar el espacio entre líneas. Contra Japón no nos salió, no supimos encontrar esos espacios para hacer ocasiones. No se puede reprochar a la actitud, lo intentamos, no nos salieron las cosas, no sabíamos por dónde hacerles daño, no teníamos ningún espacio para hacerles daño. Es donde tenemos que trabajar más: el tener más amplitud y profundidad. En tener opciones para abrir espacios y hacer nuestro juego, que nos ha ido bien hasta el momento», analiza Jenni Hermoso. «Tenemos que estar preparadas para adaptarnos a todo lo que nos ofrezca el rival. Tenemos variantes de registros: jugar el balón o buscar el espacio. Jugar con ambos roles puede ser menos predecible», aporta Salma Paralluelo. Ona Batlle aporta la fórmula que quiere sacar España: «Creer en lo que somos. Tenemos un pedazo de selección. Confianza plena en todas mis compañeras. Hay mucha calidad, gente con experiencia y con juventud y esa garra y electricidad y esa combinación, con el dominio del balón que tenemos, podemos hacer disfrutar, disfrutar nosotras y ganar». El enfrentamiento entre ambas selecciones tendrá lugar el sábado 5 de Agosto a las 07:00h CET, hora peninsular española.