Es fútbol y es femenino
El estado mental de la selección femenina
«Otra vez ese lugar común y abstracto para justificar una derrota. ¿Y de quién sería la culpa? ¿Tiene arreglo?«
A buenas horas: la selección no tiene solución
Jorge Vilda, en el centro del terremoto
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Iniciar sesiónTras el partido contra Japón, Jorge Vilda declaró: «El responsable soy yo». Y siguió con tópicos y más tópicos: «Sé que el equipo va a estar más unido que nunca», «está claro que la sensación no ha sido buena», «hemos salido mejor en la ... segunda, lo hemos intentado...». Pero de entre todas esas frases que el entrenador pronunció tras la alarmante derrota de la selección contra Japón, hay una que llama poderosamente mi atención: «Ellas estaban muy motivadas. A nivel mental han entrado bien al partido».
En rueda de prensa celebrada el pasado 30 de septiembre, Jorge Vilda contestaba a las preguntas de los periodistas sobre la eliminación de España en la Eurocopa y decía: «Son errores provocados por un estado mental que creo no era el óptimo para competir al máximo nivel en esta Eurocopa».
Otra vez el estado mental. Otra vez ese lugar común y abstracto para justificar una derrota. ¿Y de quién sería la culpa de esa inferioridad mental de la selección? ¿Tiene arreglo, es un problema real o una excusa inconcreta a la que agarrarse?
Cuando el motín de Las Rozas, las 15 futbolistas que se amotinaron justificaron individualmente por mail su renuncia a la selección de Vilda porque la situación les había afectado a su estado mental.
¿Se refieren el entrenador y las jugadoras al mismo estado mental? ¿Tiene que ver con esa nebulosa de lo que ocurre ahí dentro y que nadie ha sabido explicar?
El psicólogo que trabaja con la selección española, Javier López Vallejo, escribió un artículo titulado 'Reflexiones sobre psicología de fútbol', dónde decía lo siguiente: «Es difícil la gestión emocional por parte del entrenador. Debe tener autocontrol emocional, debe ser justo, que no prometa nada si no está 100% seguro de poder cumplirlo, que escuche de manera activa, que haga sentirse importante a todos los jugadores, que no juzgue, que trate a cada jugador en función de sus necesidades (...)».
Lo decía Valdano, «el fútbol es un estado de ánimo». Y el de la selección femenina, un estado mental que al parecer, no se sabe por qué, siempre está bajo. Cuando pierden, eso dicen.
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