El Barça humilla y deja en fuera de juego al Madrid

La primera mitad fue un cero a cero divertido. E igualado. Bueno, sí hubo un tanto, en el 31, pero lo anuló el VAR por fuera de juego de Mbappé. Tenía medio cuerpo por delante de Íñigo.

Como todos imaginamos durante la semana, la clave del partido estaría en esa línea adelantada de los Flick, casi pegada a la raya del centro del campo. Siete posiciones antirreglamentarias acumuló el Madrid antes del descanso. Seis de Mbappé, por cierto. En total, fueron doce, ocho del galo.

El encuentro comenzó con picardía por parte del Barça, que decidió invertir del orden de campo habitual del Madrid. Táctica habitual de Guardiola cuando el City visita el Bernabéu. Y con un fuera de juego de Mbappé, a los 80 segundos. Estuvo muy poco inteligente el francés en esas acciones. Solo tenía que echar un paso atrás antes de iniciar la carrera. Era cuestión de milímetros.

Las pulsaciones las subían Iñaki Peña y Lunin cuando el balón llegaba a los pies de ambos. La presión alta de Madrid y Barça exigía a dos porteros limitados en esa faceta. Claramente, mucho más el azulgrana, aunque el Madrid igualó esos errores con varias entregas fallidas en la salida de balón.

El Madrid, contrariamente a lo que se podía esperar, no se puso en bloque bajo, sino medio, y eso animó al Barça a buscarle las cosquillas a las espaldas de los centrales, pero no tenía la finura que sí tuvieron ante el Bayern. Además, Militao y Rudiger estaban muy encima de Lewandowski y muy atentos a las internadas de Raphinha y Fermín. El brasileño cabreó a Balde en una acción en la frontal del área que tenía mejor pase que disparo. Lanzamiento que acabó en la grada. Chupón de patio de colegio.

Solo hubo un tiro entre palos. De Pedri, despejado por los puños de Lunin. El de Mbappé, magistralmente finalizado por el francés con una picadita 'made in' Raul, se quedó fuera de las estadísticas al ser ilegal.

Quién no estaba en fuera de juego en el minuto 27 fue Vinicius. Balón al espacio de Camavinga, el brasileño le gana la carrera a Koundé, manda a por setas a Cubarsí con un recorte ya dentro del área y ante Peña, le pega mordida, al exterior de la red. Ese remate era propio del Vini de 2018, no del que va a recibir el Balón de Oro este lunes en París.

De los vestuarios salió el Barça con De Jong y sin Fermín. Seguramente, el día de menos de descanso obligó a Flick a darle aire al centro del campo culé, pero quienes no salieron del refrigerio fueron Militao y Rudiger. Los dos centrales blancos cortocircuitaron y se olvidaron de las vigilancias a Lewandowski. Paladas de sentencia de muerte.

En el 54, un pase de Casadó al delantero polaco lo habilitó Mendy, dormido a la hora de tirar la línea, y lo facilitó Militao, fuera de marca. En el mano a mano ante Lunin, golpeo con el interior al palo izquierdo. 0-1.

Dos minutos y 21 segundos después, un maravilloso centro de Balde lo cabeceó a la red Lewandowski con un giro de cuello espectacular. Militao y Rudiger presenciaron en butaca VIP el segundo del Barça.

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A falta de 35 minutos, el partido era una fotocopia al del Borussia. Dos goles de desventaja y un milagro por delante, pero este Barça de Flick es un equipo de trazo grueso. Hasta cuando no lograba dejar en fuera de a Mbappé, le salía también bien el eslabón más débil de la cadena. El francés se topó con dos paradas del canterano cuando la grada ya cantaba el gol.

También falló que no suele fallar Lewandowski, que tuvo el tercero, echando al palo un remate a puerta vacía, y el cuarto en un disparo a bocajarro por encima del larguero de Lunin.

El que no perdonó fue Lamine, en el 78. Ni Raphinha, en el 84. Otra vez balones al espacio y la línea defensiva del Madrid como cómplice. El Barça deja en fuera de juego y humilla al Madrid.