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FÚTBOL/ASCENSO DEL RAYO VALLECANO

Ascensos históricos: De la leyenda del Matagigantes al germen del EuroRayo

El conjunto vallecano consiguió ayer su sexto ascenso a Primera División desde la fundación del club en 1924

Ascensos históricos: De la leyenda del Matagigantes al germen del EuroRayo

LUIS MIGUEL L. FARRACES

76/77 Primer ascenso para el «Matagigantes»

Aquella temporada prometía ser histórica para el club ya desde el inicio. Y es que 1976 era el año del retorno del Rayo Vallecano a su barrio después de un exilio de seis años en Chamberí, en el Estadio Vallehermoso. Un exilio forzoso debido a las pésimas condiciones del viejo Campo de Fútbol de Vallecas, cuyo estado llegó a provocar incluso la dimisión del presidente, Pedro Roiz Cossío, ante la imposibilidad de garantizar la seguridad de los aficionados.

El Rayo inauguró en mayo de 1976 el Nuevo Estadio de Vallecas. Pero, después de cuatro años sin pisar el barrio, la masa social del club había disminuido de manera notable. Pese a todo, un puñado de incondicionales logró crear una atmósfera lo suficientemente potente para que aquella temporada el Rayo no perdiese ni un solo partido en casa .

Con «un fútbol más práctico que bonito», según palabras del entonces entrenador Javier García Verdugo, el Rayo consiguió el primer ascenso a Primera de su historia pese a no ser uno de los favoritos a comienzos de temporada. Aquel equipo combinó la juventud de un grupo de canteranos con los galones de los veteranos Felines y Potele , dos pesos pesados de la historia del rayismo. Pero se tuvo que sufrir hasta la última jornada cuando un empate a uno en casa frente al Getafe convirtió por primera vez a Vallecas en un barrio de Primera .

La temporada siguiente, con un grupo muy parecido, el Rayo consiguió completar una temporada más que digna en Primera División. Y es que no solo consiguió el objetivo de la permanencia, sino que se hizo con el apelativo de Matagigantes , un calificativo algo manido a día de hoy pero que estrenaron los franjirrojos por aquel entonces. No en vano el Rayo logró derrotar en Vallecas a Real Madrid, Barcelona, Atlético, Valencia, Athletic y Sevilla. Toda una gesta.

88/89 Gloria para el Rayo de Maradona

El segundo ascenso de la historia del Rayo tuvo asimismo a Felines como protagonista. Ya no era aquel capitán, insignia durante 15 temporadas del centro del campo vallecano. Ahora era el entrenador de un equipo que combinaba en su plantilla jugadores de muy diversa índole. Por un lado, Hugo Maradona, hermanísimo de Diego Armando daba el toque de exotismo al plantel franjirrojo. Del otro, debutaba como titular en el carril derecho un jovencísimo canterano, Jesús Diego Cota , a la sazón gran capitán y testigo de los siguientes cuatro ascensos del conjunto rayista . La franjirroja fue la única camiseta que defendió a lo largo de toda su carrera deportiva.

Aquella temporada el Rayo consiguió el ascenso directo en el último partido de Liga , frente al Deportivo de La Coruña. Fue una temporada complicada, en el que las opciones de un equipo de barrio parecían no convencer al gran público. «Hemos tenido que sufrir mucho, luchas ocontra equipos que tienen grandes presupuestos y plantillas superpoderosas. Nos han denostado, pero al final estamos en Primera por méritos propios, cosa que no han hecho otros.», resumía después del último partido Felines.

91/92 Vuelta a Primera de la mano de Camacho y Superman

Aquel año de 1991 fue el de la llegada como salvador de José María Ruiz Mateos. La vieja Agrupación Deportiva amenazaba con la quiebra desde hacía años y el empresario jerezano, deseoso de centrar la mayor cantidad de flashes posibles para la causa de Rumasa, desembarcó en Vallecas dispuesto a hacerse cargo de la deuda del club. Pero para conseguir del Rayo la atención mediática que necesitaba era vital devolverlo a Primera cuanto antes.

Y no fue facil. Las urgencias del nuevo presidente llevaron a destituir al entrenador, Gerardo Ríos, en la jornada 22 cuando el Rayo marchaba sexto a un punto de los puestos de promoción. Como sustituto de Ríos llegó un jovencísimo José Antonio Camacho , sin experiencia como primer entrenador pero que acabaría demostrando que los banquillos le tenían reservado una prometedora carrera. Allí daría órdenes a un excompañero de vestuario en el Real Madrid, Ricardo Gallego, que disfrutaba de sus últimos partidos como futbolista en la escuadra vallecana. Junto a él Juan Ramón Comas, el guardameta nigeriano Wilfred y Pedro Riesco fueron los primeros espadas.

El Rayo Vallecano consiguió el ascenso directo tras acabar segundo, por detrás del Celta de Vigo. La gesta bien le valió al eurodiputado Ruiz-Mateos una foto en toda la prensa sacado a hombros de Vallecas . Las crónicas dicen que en los vestuarios los jugadores coreaban «Ni Felipe, ni Boyer ¡Su-per-man!» Camacho, más comedido, dedicó el ascenso a su excompañero Juanito, fallecido apenas un mes antes.

94/95 Onésimo y Guilherme dan el espectáculo

Recién descendido de Primera, el Rayo de 1994 tenía como claro objetivo inicial la vuelta a la élite. Para ello la directiva realizó la friolera de 15 fichajes en verano. El más importante fue el del delantero brasileño Guilherme, de 19 años, que venía a sustituir al veterano Hugo Sánchez en la delantera rayista. Junto a él compartía titularidad en la punta de ataque uno de los delanteros españoles con más talento de la época: Onésimo, el rey del regate .

De la mano de Francisco García Gómez 'Paquito' en el banquillo, y una de las mejores duplas atacantes de la historia del Rayo, la 94/95 fue una temporada de paso por Segunda en la que los vallecanos. consiguieron el ascenso matemáticamente a tres jornadas del final de la temporada.

98/99: El germen del mejor Rayo de la historia

El de 1998 fue, sin lugar a dudas, uno de los años más importantes en la historia del rayismo. No solo porque se celebrara el 75 aniversario del club , sino porque aquel Rayo de Juande Ramos fue el germen de un plantel inolvidable para todos los vallecanos.

Y es que la plantilla de aquella 98/99 tenía ya la columna vertebral del mejor Rayo Vallecano de la historia. Aquel que en los siguientes dos años llegará a ser líder de Primera Divisón durante cuatro jornadas y alcazará nada más y nada menos que a cuartos de final de la Copa de la UEFA .

Pero para llegar hasta esas cotas, impensables aún en el 98, era necesario retornar a Primera. Aquel año por fin se reconoció el talento de un joven Míchel , que asumió la titularidad en el centro del campo. Mami Quevedo, Jon Pérez Bolo y Luis Cembranos, posiblemente el delantero más talentoso desde Onésimo, llegaron a un Rayo del que serían columna vertebral en las gestas de dos años más tarde.

La temporada, pese a todo, no fue fácil. El Rayo acabó la temporada en puestos de promoción y pugnaría con el Extremadura de Rafa Benítez por retornar a Primera. Pero los de Almendralejo apenas inquietaron al conjuto rayista, que venció por 2-0 tanto en la ida como en la vuelta para volver a la élite del fútbol nacional. Veinte mil personas acudieron aquella noche a la Fuente de la Asamblea para ser testigos de la formación del mejor equipo que haya visto el barrio jamás.

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