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José Carlos Carabias

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Solo el uno por ciento del terreno que ocupa Arabia Saudí es cultivable. Una superficie de más de dos millones de kilómetros cuadrados es básicamente desierto sin apenas agua. Sus 34 millones de habitantes se concentran entre la capital, Riad, y alguna de las populosas ... localidades bañadas por los dos mares (Rojo y Arábigo). Jeddah, sede este fin de semana de la segunda prueba del Mundial de F1, es una de ellas. Potentes rascacielos se alzan en el distrito financiero que alberga el circuito urbano más rápido, peligroso y polémico. Una pista sin igual en el calendario, diseñada por la factoría Tilke, y que el año pasado en su debut dejó imágenes y datos escalofriantes: cinco coches de seguridad en la carrera, 27 adelantamientos en sus larguísimas rectas, múltiples accidentes durante el fin de semana, y una velocidad máxima de 336 kilómetros por hora lograda por Kimi Raikkonen con el Alfa Romeo. Son las calles peligrosas de Arabia Saudí, más después de que ayer un ataque con misiles por parte de los rebeldes hutíes de Yemen destrozase varias refinerías de Jeddah. Situación que ha puesto en alarma al gran premio, aunque los dirigentes de la F1 han decidido que el show debe continuar.

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