El Bernabéu: bendición y castigo para el barrio que lo vio crecer

El remozado estadio afronta la recta final de sus obras y promete convertirse en un icono capitalino, no sólo para el fútbol. Con matices, pero los especialistas destacan la centralidad del recinto en la ordenación de la ciudad, como reflejaban antiguos planes de desarrollo urbano

El Bernabéu muda su piel y ya cubre de plata el viejo hormigón

Obras del estadio Santiago Bernabéu TANIA SIEIRA

La historia del Real Madrid es larga como paseo de mocita madrileña a Chamartín. Tiene algo de peregrinación, de impulso personal de los hermanos García Padrós hasta que el Madrid, como tal, adquiere la entidad jurídica de la época tras mucho pateo por ... descampados por los que sus antecesores, el Sky y el Madrid Football Club, practicaron tan saludable deporte en todo «aquello que se pareciera a un campo de fútbol». Así lo explican Ángel del Riego Anta y su hermana en su obra 'Historia íntima del Bernabéu', donde el madridismo figura como un largo milagro.

Mas esta historia es otra, aunque rayana, y consta también de su Templo de Salomón hoy metalizado en la nueva cara de la ciudad. Una historia que vence a la gravedad, moldea el acero, y que va desde la inauguración del Bernabéu en el 1947 a este cálido y largo verano en que las obras van viento en popa hasta diciembre.

Plan Bidagor

Aparte las glorias deportivas, antes de estas obras faraónicas donde el español se para a ver, grabar y comentar las maravillas constructivas, el estadio vertebró (este verbo es justo y necesario) y vertebra lo que en su día pudo ser el Madrid Nuevo Norte. A nadie le extraña que el estadio actual surgiese de un apéndice del de Chamartín. Ahí está la foto. Lo que interesa llegó después. Junto a la gloria compartida con la ciudad.

Eran, entonces, las afueras de la ciudad, claro. Pero por medio, tal y como recuerda el urbanista y arquitecto Salvador Moreno Peralta, pesaba y mucho el Plan Bidagor, «que proyectaba Madrid hacia el norte». No había más remedio y los domingos de fútbol empezaron a humanizar esa parte de la ciudad.

Recreación de las fases de la reforma del estadio REAL MADRID

Dicho estudio, el Plan Bidagor, reservaba «la manzana delimitada por Rafael Salgado, Concha Espina, la Castellana y Padre Damián como un gran espacio deportivo». Primero el ya mentado estadio de Chamartín, luego el Bernabéu como tal, después «la reciente reforma de Lamela y ahora esta última aún sin la guinda» decembrina. Sostiene Moreno Peralta que el estadio siempre ha sido -sobre todo en épocas no tan pretéritas- uno de los elementos que más han consolidado «esa gran área de gran centralidad entre Azca, el Palacio de Congresos y alrededores».

Es verdad que todo esfuerzo constructor en Madrid, cita el arquitecto, debe ser el de una ciudad poliédrica, pero frente a lugares de «macroeventos», el recinto de la Castellana es «el gran teatro de la ópera deportiva». Y esto conlleva una notoriedad zonal que no intensidad (de tráfico, de humanidad), que es otro problema sobre el que «Madrid debe actuar». Mismo aspecto que señala, con otras palabras, Miguel Lasso de la Vega, de la Fundación COAM: «Equilibrar la memoria del lugar, el turismo y el buen funcionamiento de la urbe».

Pero si se vuelve al citado Plan Bidagor, se comprueba que este modelo de desarrollo, basado en las concepciones falangistas del urbanismo, tampoco desdeñaba al Vicente Calderón como otro polo de desarrollo ciudadano al sur. Dicho plan estaba configurado por varios condicionantes: Madrid como capital, y la capital como símbolo en sus calles de las esencias patrias.

EL GRAN TEATRO DE LA ÓPERA DEPORTIVA

Su ubicación el en centro de la ciudad es en sí mismo un gran valor. Actuará como dinamizador, o locomotora económica

Un artículo de este periódico, fechado el martes 16 de diciembre de 1947 respecto a la inauguración del primer recinto, insistía asimismo en lo ejemplar de los éxitos deportivos «como ejemplo práctico y sugestionador» que sirviera de molde al resto de clubs españoles. En puridad, algo que no es nuevo: que los clubes doten a sus ciudades de los recintos que necesiten no sólo para fútbol. Vaticinaba el periodista que «este Chamartín, apenas estrenado, será pronto el germen de instalaciones» deportivas «indispensables» para que Madrid y Real Madrid, con «este ancho y decisivo paso» ofrezcan a «España una gran obra deportiva y patriótica». Y no erró. El estadio, tan vanguardista, sigue estos presupuestos en plena globalización.

La estructura del Santiago Bernabéu, que tras esta última obra prácticamente no va a poder crecer más, como el ciprés de Silos, tiene en Moreno Peralta un defensor desde el punto de vista de la sostenibilidad: gran parte del público llegará a pie, o en transporte público. Los años que lleva el estadio en un nuevo centro de la ciudad han generado una rutina en la que cada aficionado es dueño de sus tiempos para llegar al espectáculo. Café, copa, puro y cena postrera en el mismo sitio. Noches mágicas, les dicen.

Dentro de la ciudad

Pero hay más en el pasado que vuelve. Tal y como detalla el investigador del Real Madrid, Jesús Bengoechea, y sin salirnos de este enfoque, en los «estertores del Régimen, año 73, 74», Santiago Bernabéu pidió a las autoridades franquistas que se le «dejara construir un estadio a las afueras», un permiso que «se le denegó».

«Paradójicamente», mantiene Bengoechea, «esa decisión, que molestó mucho a Bernabéu, se ha demostrado como una bendición para el Real Madrid porque Bernabéu no calculó que algún día el estadio sería la principal fuente de ingresos para el club; no por taquilla, sino por otros ingresos extraordinarios«. Y abunda: »Si el Bernabéu estuviera hoy en las afueras no tendría las perspectivas de creación de ingresos que tiene el recinto actual o las que se plantean con las reformas. Se barajan muchas cifras, pero se estiman 200 millones de euros anuales de beneficios. Eso no sería posible si no estuviera en la ciudad«. Hay quien las extiende a 500 anuales.

La construcción del Bernabéu, en 1947 ARCHIVO ABC

En el cálculo hay que ponderar, lógicamente, los restaurantes y los establecimientos que harán que sea una visita complementaria con otros atractivos de la ciudad y que están pendientes, como contó este periódico, de los pertinentes trámites para iniciar su actividad. Es muy importante la situación del estadio en el centro de la ciudad. Es algo que no suele ocurrir; la mayoría están a las afueras y no forman parte del atractivo turístico; son algo distinto a Las Ventas o al propio Bernabéu, cuya ubicación en el centro de la ciudad es en sí mismo un gran valor.

'Skyline'

Hasta un fervoroso antimadridista como el periodista y exjugador José Antonio Martín Otín, alias 'Petón', reconoce que cualquier estadio, en una ubicación céntrica, es un «dinamizador o una locomotora» de actividades no necesariamente vinculadas de forma directa con el fútbol. Únase un mirador hacia el 'skyline', zonas ajardinadas, y la renovación hacia futuro de un hito de la ciudad. Y el sacrosanto hipogeo, un prodigio de la técnica que le dará al estadio mucho de Madison Square Garden.

Símbolo de la capital

+200

Son los millones de euros anuales que estiman que podría generar el nuevo Santiago Bernabéu tras las reformas

1947

Es el año en el que se inauguró el estadio que vertebra la ciudad y da «un poquito de cal y arena» al vecindario, explica Pablo Alalquiaga

81.044

Son las almas que podrá albergar el estadio cuando concluyan las obras, a finales de año

Marta del Riego Anta reseña que el estadio desdobló, y desdobla, en lo más interno a la ciudad. Por una parte «el casco antiguo, guardián de las esencias», y por otro el «eje moderno de la Castellana». Para la escritora e investigadora no hay duda en el papel central de los macrocomplejos deportivos en las polis. Cita, por ello, a Goethe cuando visita Verona en 1786: «Un anfiteatro se construye para que el pueblo se impresione de sí mismo y se ría de sí mismo».

Un adagio por el cual cuando Alemany y Soler junto a Fernández Casado ganaron el concurso del primer Bernabéu: lo suyo fue un «monumento a la verticalidad», que imposibilitara el recinto para otros usos aparte el espectáculo. Anótese, inciden los Anta, que «Fernández Casado», de pasado «republicano», fue resarcido en la construcción del estadio de su trabajo en el Valle de los Caídos. Nada fue ni es casual. Es el Madrid. Y es un estadio que trasciende al tiempo.

La profecía de Santiago

Son estas historias de la historia de un recinto que es atractivo de Madrid y que generará más. De un lugar que da un punto de referencia en la zona norte, de tradicional algo despersonalizada y que es ya otro polo del ocio; del ocio sin calificativos. Refiere el vicedecano del Colegio de Arquitectos de Madrid, Pablo Olalquiaga, que el nuevo Bernabéu tiene su poquito «de cal y su poquito de arena». Pensando, claro, en el vecindario.

Tristán López-Chicheri, de L35 e ideador del proyecto junto con Ernesto Klingeberg, Alejandro Lorca y Alejandro Barca, ha puesto el alma en eso mismo: una idea dónde resuenan el triunfo y hasta un Pritzker. Se hace carne la profecía de Don Santiago Bernabéu: que un estadio no sea una jaula. Y no lo será.

Actuarán, libres, Taylor Swift o Manu Carrasco ya confirmados. En la misma latitud donde galopaba Gento. El signo de los tiempos. «Una referencia», concluye el 'corazón tan blanco' de Alfonso Reyes, leyenda de la sección de baloncesto e ingeniero.

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