Atlético, ni un mes de competición y ya con urgencias

Tras pinchar en sus dos primeros partidos, los de Simeone visitan al Alavés obligados al triunfo para no 'perder' en agosto el tren por el título

Royal Saint Gilloise, rival y curioso espejo bruselense del Atlético de Madrid

Entrenamiento del Atlético de Madrid de este viernes EFE

El Atlético de Madrid afronta en Mendizorroza el partido de la tercera jornada y lo hace en unas circunstancias impensables antes del comienzo de la Liga, un solo punto en la caja fuerte de los seis disputados. Ningún colchonero habría podido imaginarlo bajo la ... sombrilla y más revisando los rivales que aparecían en el inicio del calendario. Por eso, con menos de un mes de competición, Simeone y su tropa se encuentran en este último fin de semana de agosto con la primera 'final' del curso 2025-26 y llegan a Vitoria obligados a amarrar el triunfo que fueron incapaces de celebrar en el estreno ante el Espanyol (2-1) y hace siete días en el Metropolitano contra el Elche (1-1).

Necesidad de tres puntos para evitar la tormenta que podría desatarse en las tribunas del Metropolitano si el Atlético tuviera que encarar septiembre a ocho puntos del Madrid y Barça o a siete, en el caso de que el encuentro ante el Alavés acabe de este sábado en empate y los dos grandes favoritos ganen sus respectivos compromisos. La afirmación puede parecer desproporcionada, puede ser tildada de alarmista o incluso puede sonar simplemente a exageración periodística, pero las matemáticas son las que son y esa hipotética diferencia de puntos sería un lastre no imposible de revertir, aunque sí realmente complicado de recortar. Jamás el Cholo se ha visto en una escenario tan inquietante a las puertas de septiembre. La fuerte pitada al término del duelo ante los ilicitanos fue síntoma del nerviosismo que ha aflorado en el mundo atlético.

Simeone no eludió el viernes responsabilidades y reconoció que aún «no» ha «dado con la tecla» para hacer funcionar a un equipo con siete caras nuevas. «Se ha construido para soñar en grande, todos soñamos, y después está la realidad, que es que el entrenador no ha dado en la tecla en estos últimos dos partidos», afirmó en rueda de prensa. «Todo lo que no sea sumar puntos no es positivo, está claro, y menos para el lugar que ocupamos nosotros», añadió.

Esta es la realidad del nuevo Atlético, un equipo que a pesar de los casi 200 millones invertidos este verano en fichajes no ha conseguido carburar en sus dos primeras citas. Un frenazo en seco a la ilusión de una parroquia que tiene la mosca detrás de la oreja porque los tropiezos fueron ante un Espanyol que la pasada temporada luchó por la salvación hasta la última jornada y contra un recién ascendido como el Elche. Ganar este sábado es una obligación, sí o sí, para calmar las aguas, aunque Vitoria y el Alavés no son históricamente una visita cómoda para los rojiblancos. Los de Coudet saben de las urgencias del equipo rojiblanco e intentarán sacar provecho de ello.

Fichajes que generan dudas

Es verdad que no es la primera vez que el Atlético comienza un curso con dudas, pero nunca a esta escala. Con Simeone jamás se perdió un partido en la jornada inicial ni se sumó un solo punto en las dos primeras fechas. Fin al hechizo precisamente en uno de los veranos en los que el club se ha gastado más dinero para convencer a unos fichajes que, en casos como los de Ruggeri o Raspadori, no terminan de llenar el ojo a la afición. Pese a la cuantiosa inversión, la sensación es que ambos futbolistas italianos eran segundas o terceras opciones, que la plantilla está descompensada y sigue teniendo importantes carencias defensivas, y que falta un jugador con desborde y regate en la vanguardia. El lunes se cierra el mercado y parece difícil que pueda producirse un movimiento de última hora, aunque Simeone no pierde la esperanza. «Puede ocurrir cualquier cosa, en salidas y entradas. Estoy abierto a que pueda llegar o irse alguno, siempre con tensión. Hablo diariamente con Carlos (Bucero) y Miguel Ángel (Gil) para cerrar la plantilla como la tenemos que cerrar», afirmaba ante los medios en la previa al duelo contra el Alavés.

Por presupuesto e historia, al Atlético de Madrid se le exige luchar por la Liga hasta las últimas jornadas del campeonato, una meta que no consiguió en temporadas en las que, tras malos resultados, vio escapar el título a finales de octubre y en algunos casos incluso ya en los últimos días de septiembre. La amenaza se adelanta ahora al último fin de semana de agosto, aunque desde el club se transmite un mensaje de tranquilidad y se recuerda, sin ir más lejos, que el pasado año el equipo llegó a tener una desventaja de diez puntos respecto al líder Barcelona y acabó siendo el campeón de invierno de la Liga. Ganar en Vitoria para tomar impulso antes del parón de selecciones es el objetivo para iniciar otra remontada.

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