Hablan los finalistas de la Copa Chenel: «Es un poco lamentable el tema de los avisos»

«Ahora me preparo mentalmente, pues físicamente mucho ya no puedo hacer, porque todo viene de mucho trabajo detrás. Estoy concentrado en lo que quiero conseguir, cómo lo tengo que hacer en el ruedo, y sobre todo, el experimentar, hacer cosas diferentes en el ruedo el siguiente domingo, y eso me lleva a estar preparado mentalmente», dice Fonseca a cerca de su preparación. A este respecto, cuenta Juan del Álamo: «Con mucha intensidad, como empecé la temporada, como empecé el año ya desde octubre. La preparación ha sido muy intensa, y de cara a la final total con una concentración máxima de preparación del físico de los entrenamientos, de salón y en los tentaderos, e intentaré estar lo más concentrado posible, y dar la máxima intensidad en todo lo que hago. Pero, sobre todo, a estas alturas ya uno tiene que tener la conciencia tranquila. Ya está todo el trabajo hecho, y afronto la tarde con las ideas claras de que estoy preparado y con la ilusión suficiente para afrontar un reto tan importante».

El ganar este certamen supone, además de reconocimiento, la oportunidad de torear en Las Ventas el próximo 12 de octubre, como ya ocurrió con Francisco de Manuel, ganador de la última edición, que toreó el día de la Hispanidad en Madrid, alternando con figuras, y logró abrir la Puerta Grande de la Monumental. Para Isaac Fonseca el hacer el paseíllo ese día sería «un logro a nivel personal, y también obviamente profesional, porque me quedé con ganas de dar más en Madrid, y creo que esta es una buena oportunidad para poder estar anunciado, y, sobre todo, cumplir mis objetivos con los aficionados de Madrid». Del Álamo piensa más en el presente: «Ahora mismo no lo pienso mucho, prefiero ir día a día y paso a paso. Pero el estar el 12 de octubre en un cartel que va a ser rematado, para mí es un reconocimiento grande como torero, y un reconocimiento absoluto a las cosas bien hechas, al esfuerzo y sería el premio al triunfo. Si salen las cosas sería un sueño que, si Dios quiere, se cumpliría. Pero, como he dicho al principio, esto es tarde a tarde, y ahora lo que tengo por delante es el domingo y ahí vamos a poner todo lo que pueda y todo lo que tengo dentro. Mi principal preocupación es esa, no dejarme nada por dar. A partir de ahí, que sea lo que Dios quiera».

Noticia Relacionada

La Copa Chenel y la polémica por el petardo de los avisos

Rosario Pérez

Recados mal cronometrados han dejado fuera del certamen a Borja Jiménez, que debería ocupar su sitio en la final de este domingo

El salmantino explica que esta Copa «ha sido un reencuentro conmigo mismo como torero. Llevaba año y medio casi dos sin ponerme el traje de luces, y ha significado volver a lo que es mi vida, a lo que siento de verdad, que es el toreo, y un volver a nacer. Ha sido un encuentro con mi vida real, que es el toro». Fonseca lleva menos de un año como matador de toros, por lo que tiene otra perspectiva: «La Copa Chenel ha supuesto una proyección importante, y también de cara a que me conozcan muchos más aficionados de la Comunidad y de fuera de España. También va a suponer que me dé en el futuro en contratos, y el prestigio de seguir evolucionando en diversas fases. Si se gana la final, con mayor razón».

La polémica sobre los avisos, que dejaron fuera del mano a mano final a Borja Jiménez, sigue salpicando la corrida del domingo. A este respecto, Fonseca opinaba que «es un poco lamentable el tema del tiempo, que no sonara el aviso en el otro y demás. Creo yo que me pongo en su lugar y claro que sí estaría con la cabeza pensando. Pero creo que es lo que me corresponde a mí como Isaac Fonseca es estar mentalizado para el domingo en el mano a mano». Juan del Álamo, al que el presidente no te tocó ningún aviso en los 13 minutos que estuvo en el toro (mientras que Jiménez escuchó uno a los 10 minutos y 40 segundos), declaró: «Es algo en lo que prefiero no entrar. Es asunto del jurado, y yo no tengo nada que ver en ello. Yo soy torero, sabía a lo que me afrontaba desde el primer momento en el que me anuncié en esta liga de corridas de toros, sabía que me podía quedar la primera, en la segunda, la tercera o en la final. Es algo que sabía desde el principio, y en este caso para mi compañero, que es un grandioso torero, ha sido así. Le ha tocado a él, pero es una contestación que yo no puedo dar, porque prefiero no entrar en ese juego. Yo no puedo decir más que cosas buenas de la organización de la Fundación del Toro de Lidia, porque a mí me ha dado la oportunidad de volver a renacer, de estar otra vez en el sitio en el que siento y quiero estar quiero estar».

Otro aspecto comentado del otro día fue el modo en el que el salmantino entró a matar al cuarto de la tarde: desde el estribo: «Fue fruto de la improvisación, lo sentí en ese momento de esa manera. En ese momento no pensé que me iba a subir hasta el estribo, pero sí que le iba a dar un poco de distancia porque el toro estaba agarradito al suelo y le iba a venir bien que se viniera un poco de lejos para que se soltara y se moviera un poquito, y fue fruto de la improvisación del momento. Le di distancia, y lo vi de esa manera. Así lo sentí y de esa forma lo hice. Que saliera mejor o peor son las cosas de esta profesión, que nunca se sabe. Lo que sí es verdad es que no me arrepiento, porque también hay que hacer cosas distintas. A mí me salió así de esa manera y contento, porque hay que hacer lo que uno siente, y delante del toro más».