Nacidos para correr... detrás de Bruce Springsteen
El autor de 'Born To Run' regresa a España, y sus fans nos cuentan algunas de las gestas de una vida bajo el influjo del de Nueva Jersey: desde retrasar una boda para no perderse un concierto a conducir contradirección para pescar unas entradas
Springsteen y Barcelona: un idilio en veinte actos
David Morán y Javier Villuendas
Barcelona
Como el agua, algo tendrá Bruce Springsteen para que lo bendigan. «Representa una actitud ante la vida, unos valores», reflexiona el crítico musical Jordi Bianciotto. Sabe bien de lo que habla, ya que además de periodista y autor de los libros 'El fenòmen ... Springsteen. Parlen els fans catalanas' y 'Bruce Springsteen en España', Bianciotto también milita en la legión de apasionados seguidores del Boss: lo ha visto 20 veces en directo, la última hace pocas semanas en Nueva York, y llegó a cambiar la fecha de su boda para poder ir al concierto del Camp Nou de 2016. «No podía no ir», asegura. «Sus fans, aunque muy variados, son personas que creen en la vida, que no se dejan llevar por el fatalismo y sintonizan con esa intensidad», añade. Personas, cabría añadir, extremadamente fieles y devotas. Tanto como pasarse media vida corriendo detrás del autor de 'Born To Run'.
Esto es lo que explica que a las puertas del Estadio Olímpico de Barcelona, donde Springsteen abre gira europea este viernes, se haya ideado un sistema de turnos para que los fans más madrugadores, los que quieren estar a los pies del Boss, puedan acceder los primeros sin necesidad de pasarse una semana acampados. O que un diminuto pueblo de Guadalajara, Peralejos de las Truchas, haya nombrado a Springsteen hijo adoptivo de la localidad y abandere su candidatura al Premio Princesa de las Artes. O que incluso Barack y Michelle Obama, acompañados de Steven Spielberg, vengan a la ciudad a verle.
O, ya puestos, imaginen el acontecimiento, que en el Palau Robert de Barcelona se haya inaugurado una exposición dedicada única y exclusivamente a una única gran gesta: el debut del estadounidense en España. Fue el 21 de abril de 1981 y, desde entonces, la armada de fans de Springsteen no ha hecho más que crecer y multiplicarse. «Ese concierto representó para mí el final de la adolescencia y de un estilo de vida», asegura Loquillo en uno de los plafones.
«Fue algo increíble. Un artista en su plenitud», subraya ahora Juan Cervera, jefe de redacción de la revista 'Rockdelux'. Desde entonces, no se ha perdido ni uno de los conciertos de Springsteen en Barcelona. «Cada vez que viene es una mezcla de rutina y ritual. Crees que vas porque toca, pero cuando estás ahí te arrolla», reconoce. Él fue, también, uno de los que peregrinó a Montpellier en 1985: la gira de 'Born In The USA' no pasó por España y, ya se sabe que si Mahoma no va a la montaña… «Alrededor de seis mil fieles cruzaron la frontera para ir a postrarse al santuario galo», recogía ABC en su crónica del 25 de junio. «Las mejores noches son las que no se recuerdan», diría, parafraseando a Keith Richards, nuestro Manuel de la Fuente.
Esperanza contra el dolor
Más de 100 veces lo ha visto en directo el humorista y presentador Manel Fuentes, egregio fan del Boss, con un exitoso grupo tributo a su mando (Manel Fuentes & the Spring's Team), y que le conoció en la adolescencia gracias a su tío. El flechazo final aconteció cuando le vio por primera vez en directo, en el Camp Nou en 1988, en la gira del 'Tunnel of Love': «Desde ese día tuve claro que había encontrado algo importante en mi vida». Coincide en su luz: «Es alguien a quien recurres cuando las cosas no van tan bien. Es una música que te inspira, una voz que te llega, unas letras con una profundidad que, sobre todo, tienen una voluntad de generar esperanza por encima del dolor o ponerle un ritmo animado a los momentos más apesadumbrados que pueda tener la vida».
¿Y en persona qué tal? «He tenido la fortuna de entrevistarle varias veces y te sientes un particular hablando con Dios. Primero muy nervioso porque 'a ver si se me va a caer el mito'. Y la verdad es que no. Para mí que lo agranda más, con una naturalidad en el trato… Aparte sabe que tenemos la banda tributo y, últimamente, cuando me ve, me dice: 'How are we?' (¿Cómo nos va?'). Y digo: 'Tú de puta madre y yo hago lo que puedo'». ¿Y alguna locura por verlo? «En 'Crónicas Marcianas' teníamos la obligación contractual de trabajar 4 noches por semana en directo, pero se sabía que cuando había un concierto de Bruce, yo tenía la bula para decir: 'Ya sabes que este día no voy a ir'. No voy a traer una tarjeta de que estoy enfermo ni nada de eso, me voy a ver a Bruce Springsteen. No estaba en el contrato pero siempre se cumplía a rajatabla».
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Pero si alguien es una autoridad en devoción 'springstiniana' es Joan Colet, que, junto a Xavier Agut, fundó en 1989 el Stone Pony Club, el club de Bruce Springsteen en España. Hasta 64 números de una revista han lanzado, llegando a tener un pico de 2500 miembros en los 90. Colet ha visto a Springsteen en directo unas pocas 283 veces antes de estos dos 'shows' en el Estadio Olímpico de Barcelona. Además, nos informa de que está en un estado de forma «espléndido», pues le ha seguido por 14 fechas recientes en Estados Unidos.
No habrá muchos mejores termómetros en España, aunque en Estados Unidos alguno de sus legionarios de Nueva Jersey le han podido ver más de mil veces. Una vida consagrada la de estos fans del autor de 'Nebraska' que tienen incluso fama de ser pesados en su idolatría, como también le ocurre a los de U2. ¿Cómo lo ve? «Sí, seguramente somos un poco irracionales en nuestra defensa. ¿Sabes qué pasa? Que él nos ha aportado mucho durante tanto tiempo, su manera de pensar, de ser… Para muchos miembros del club es como si fuera casi parte de su familia. A lo mejor algunos tienen nietos y les dicen: 'Mira, el tío Springsteen'».
¿Alguna anécdota curiosa para verlo? «Hay gente que ha viajado a Nueva York y ha vuelto el mismo día. Barbaridades muchísimas. Gente que se ha tatuado, o personas que para ser los primeros en el concierto de este domingo renunciarán al concierto del viernes. Nosotros sabemos que a Bruce le gustan mucho los rosarios. Entonces, compramos y, si tenemos suerte de estar cerquita en el escenario, se lo lanzamos. Nos ha cogido varios. Una vez tuvimos la fortuna de dárselo en mano en el 96. Y en uno de los ocho viajes que hicimos a Broadway para verle (durante su estancia en el Walker Kerr Theatre durante poco más de un año entre 2017 y 2018), una chica le compró uno y Bruce lo cogió muy contento… Y le dijo a la chica la tienda en la que lo habíamos comprado. Sabía cuál era, una tienda que se llama 'La Malinche'».
Todo por una entrada
Hace unos años, un programa de TV3 organizó un concurso para encontrar al fan número 1 de Springsteen, competición que podría haber ganado el doctor Daniel Fuster, médico adjunto de Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona y socio 130 del Stone Pony. En el zurrón, casi una treintena de conciertos y el recuerdo imborrable de lo que ocurrió en 1996, cuando la gira de 'The Ghost Of Tom Joad' pasó por el Teatre Tívoli. Dos noches y sólo 3.000 entradas para un artista que venía de llenar estadios. «Se sabía el día que salían las entradas a la venta, pero no el punto de venta», recuerda. De hecho, no se supo hasta media hora antes, cuando se anunció por la radio. «Lo normal era quedarse a las puertas de Discos Gong la noche antes de que salieran, pero ese día con conocidos nos repartimos por posibles puntos de venta… Gong Discos, Virgin, el Corte Inglés…», explica.
Al final, el lugar escogido fue Planet Music, una tienda entonces relativamente nueva. «En cuanto se anunció, se desató el caos», recuerda Fuster. Locura colectiva, gente corriendo en tropel por la calle Balmes, motos en contradirección… 'Locos por Springsteen', tituló 'La Vanguardia' en portada. «Si buscas fotos de ese día puede que hasta salga yo con flequillo», bromea Fuster, que al final consiguió entradas para los dos días. «Fue un milagro que ningún fan enloquecido muriera aplastado por un coche», recordaba hace unos días el periodista Guillem Vidal.
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¿Y qué pasará cuándo se retire?, le preguntamos a Colet, el presidente del club de fans. «No lo sé, no me gusta pensar en esto. Bruce ha dicho claramente que nunca va a anunciar una última gira. La gente se lo encontrará. Cuando ocurra, ya veremos».
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