Glenn Gould, de su puño y letra
La Fundación Juan March presenta hoy a las 12 horas, y por primera vez en España, algunas de las composiciones del mítico pianista canadiense
Glenn Gould, de su puño y letra
Glenn Gould (1932-1982) pasó a la historia por su talento como pianista -comenzó su carrera concertística a los 15 años-, pero sobre todo por sus personalísimas reinterpretaciones de compositores como Bach - sus «Variaciones Goldberg» cosecharon una legión de seguidores- y Schoenberg. Sus ... excentricidades dentro y fuera del escenario (años después de su muerte se le diagnóstico síndrome de Asperger, una forma de autismo), así como su atípica trayectoria, le convertirían en un mito.
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En el cénit de su carrera, cuando contaba solo 32 años, ofreció su último concierto en público -consideraba que sobre el escenario se distorsionaba el sonido-, refugiándose en los estudios de grabación. Sin embargo, el uso de las tecnologías le abrió a Gould un mundo de nuevas posibilidades dentro de la creación radiofónica. Retomaba así una vocación temprana, la de compositor, abandonada tras reunir un pequeño catálogo de obras, recibidas con desigual entusiasmo por la crítica de la época.
Vocación temprana
Son algunas de estas partituras las que sonarán hoy, por primera vez en España -«y tal vez en Europa»-, en la Fundación Juan March de Madrid , dentro del ciclo «El intérprete como compositor» . Se trata de las obras «Cinco piezas breves», «Dos piezas breves», «Sonata para piano», «Sonata para fagot y piano» y la más conocida de todas, el «Cuarteto Op. 1».
«Sus pilares fueron la segunda Escuela de Viena, Bach y el tardorromanticismo»«Glenn Gould empezó a componer cuando era muy joven», explica a ABC Miguel Ángel Marín, responsable del departamento de música de la Fundación Juan March, para quien el pianista canadiense es uno de los pocos artistas «que se han convertido en una figura fascinante no solo por sus interpretaciones, que lo son, sino por su personalidad, complejísima. Gould, a su manera, fue también un visionario, pues consideró las grabaciones no como un sucedáneo, sino como una obra de arte “per se”, con un estatus similar al de una película », apunta.
En cuanto a su trayectoria como compositor, la califica de «irregular. Empezó con cierto interés. La composición fue su vocación temprana, casi desde niño, pero renunció pronto. De hecho, su corpus como creador fue pequeño, y aquí se van a presentar casi todas sus obras. Su cuarteto, de 1955, es la partitura más importante», señala. En cuanto a sus influencias, se refiere a la segunda Escuela de Viena. «Schoenberg, Berg..., también Krenek, Hindemith; junto a un tardorromanticismo, y, por supuesto, Bach. Sus tres pilares fueron esos. Podríamos decir que Glenn Gould es el músico del contrapunto», subraya Marín.
Producciones radiofónicas
El músico canadiense recuperaría su faceta creadora años después a través de sus producciones radiofónicas. «Sufría el síndrome de Asperger, una forma de autismo, y tanto aquellos que le conocieron bien como sus biógrafos afirman que la radio le permitó comunicarse con el mundo, ante la imposibilidad de socializar de manera habitual. Gould escribió una composición vocal muy irónica -recuerda-, una fuga, en la que explicaba cómo se componía una fuga. Y él mismo cantaba las cuatro voces, y se grababa. Para él la radio tenía componentes de creación artística, y en eso también fue pionero».
«Aún siendo obras de juventud se nota ya su fuerte personalidad»Los encargados de interpretar estas partituras esta tarde serán el cuarteto inglés Sacconi y el pianista español Mario Prisuelos , que define la música de Gould como «compleja. Resulta curioso que, conociendo su faceta como pianista, uno no deja de notar su sello como intérprete en sus composiciones. Hay una gran influencia de Bach. Aun siendo obras de juventud se nota ya su fuerte personalidad y que tiene las ideas claras. Me hubiera gustado que hubiera seguido componiendo, porque en algunos momentos sus partituras son más cerebrales que intuitivas y creo que con el tiempo habría ganado más la parte de la intuición», indica Prisuelos.
Furtwängler, compositor
Dentro de este mismo ciclo, la Fundación Juan March acogerá el próximo 1 de marzo otro estreno en España, la «Sonata para violín y piano nº 2 en Re mayor», escrita por Wilhelm Furtwängler, que comenzó su carrera como compositor, aunque se convertiría en un mito de la batuta. «Su catálogo incluye casi cuarenta títulos, que abarcan música instrumental, sinfónica..., en la estela de un posromanticismo germánico un poco pomposo, al estilo de Bruckner, Brahms, Strauss, dentro todavía de la tonalidad -explica Marín-. Su obra no terminó de circular, por lo que Furwängler acabaría decantándose más por la dirección de orquesta, aunque nunca dejó de componer».
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