Borja-Villel blinda a su equipo de confianza en el Museo Reina Sofía

Y, como ellas, otros cargos de responsabilidad que deben sus nombramientos al todavía director del museo: el jefe de Restauración, la responsable de Políticas de Público, la coordinadora de Exposiciones, la responsable del Programa Virtual, la asistente del Responsable del Programa Virtual, la jefa de Actividades Editoriales, la responsable de Patrocinio y Alquiler, el jefe de Actividades Culturales y el asistente del director de Actividades Públicas. La jefa de Prensa, puesto que también sale en esta convocatoria, es la única de esta relación que trabajaba en el museo antes de la llegada de Borja-Villel. (El actual jefe de Restauración también, pero ocupaba otro puesto).

Todo, señalan los sindicatos UGT y CSIF, gracias a un proceso de elección que tiene 'bicho', como se conoce en el argot a las convocatorias diseñadas para una persona en concreto. «Se trata de hacer fijos a puestos que fueron contratados a dedo o con un sistema parecido al de la hija de Pere Navarro en el Inaem –explica Ángel Núñez, de CSIF, en referencia a un 'enchufe' que ha indignado a oposición y sindicatos–. Entraron con un contrato temporal fuera de convenio que se ha prolongado a lo largo de los años, y ahora van a poder ser fijos en un proceso de consolidación específico para ellos. Seguirán fuera de convenio, con sueldos que van desde los 28.000 a los 54.000 euros [los que corresponderían a Peiró y Velázquez], cuando el salario más alto en esos puestos dentro de convenio es de 30.700 euros».

Para entender este movimiento, cabe señalar que en la administración hay dos regímenes de trabajadores: los funcionarios (consiguen su plaza tras aprobar unas oposiciones) y el personal laboral (tienen un contrato laboral con la Administración), y dentro del personal laboral los hay fijos o temporales. Este proceso de estabilización permitirá a este grupo de trabajadores, del núcleo de confianza de Borja-Villel, tener contratos laborales fijos fuera de convenio. No serán funcionarios, pero la condición de fijo les dará una gran estabilidad: salvo un ERE o causas disciplinarias graves, los puestos están garantizados, siempre que no llegue un nuevo director y decida prescindir de ellos. Pero con esas remuneraciones, apuntan los sindicatos, las indemnizaciones serían altas, y aún más grande sería el escándalo.

La convocatoria de estos puestos fue publicada el 30 de diciembre, con el objetivo de cubrir «las plazas vacantes de naturaleza estructural ocupadas de forma temporal por personal con una relación de esta naturaleza». Doce puestos que, al haber estado ocupados con carácter temporal de manera ininterrumpida con anterioridad al 1 de enero de 2016, podrán cubrirse de manera «excepcional» con un concurso de méritos; esto es, lo que se tendrá en cuenta para hacerse con la plaza no es un examen con temario, sino los puntos adquiridos por méritos profesionales y formativos. «Teóricamente, puede presentarse cualquiera, pero quienes van a tener más puntos son los que están ocupando el puesto que se oferta», dice CSIF. Según Javier Figueroa, de UGT, «estos puestos tienen nombre y apellidos».

Los méritos profesionales (hasta 60 puntos) miden la experiencia en puestos de trabajo del mismo grupo y como empleados públicos con funciones equivalentes. Dado que los trabajadores que ocupan ahora mismo las plazas que han salido a concurso las desempeñan en su mayoría desde hace diez años o más, se presume que obtendrán calificaciones muy altas, y desde luego mejores que las que obtendrían los candidatos que concurran desde fuera. Los méritos formativos (hasta 40 puntos) tienen en cuenta titulaciones adicionales a la exigida en la convocatoria, además de «haber realizado en los diez años anteriores a la fecha de publicación de la convocatoria» cursos, publicaciones, conferencias o mesas redondas «relacionadas con las funciones de las plazas a que se opta».

Varios de estos cargos entraron en el Reina Sofía «con un proceso de selección más de apariencia que otra cosa», con exámenes hechos a medida, apunta el sindicato CSIF, «y ahora van a estabilizar su situación con un contrato fijo en la Administración». Los candidatos tienen hasta final de mes para presentar sus solicitudes, y entonces se pondrá en marcha un mecanismo con unas normas fijadas en los últimos días de Borja-Villel, cuyo mandato expira el 19 de enero.