Descubren ratones momificados en las cumbres de los volcanes de los Andes, el lugar de la Tierra más parecido a Marte
Se creía que habían sido transportados por los incas, pero un nuevo estudio sugiere que los roedores subieron allí por sí solos, lo que amplía los límites fisiológicos de la vida de los vertebrados en la Tierra
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Madrid
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Iniciar sesiónLas cumbres de los volcanes de la Puna de Atacama de Chile y Argentina son lo más parecido en la Tierra a la superficie de Marte. A más de 6.000 metros sobre el nivel del mar, las temperaturas son gélidas, la atmósfera ... es delgada, el oxígeno se reduce a la mitad y vientos huracanados azotan las rocas. Expediciones en los años 70 y 80 descubrieron algunos cadáveres de ratones en esas cimas inhóspitas, pero los arqueólogos concluyeron que los roedores habían llegado hasta allí ocultos en la leña u otros suministros llevados por los incas, quienes peregrinaban más de 1.600 km hasta lo que consideraban lugares sagrados. Las cimas de los Andes servían de altares para Capacocha, el sacrificio ritual de niños a varios de sus dioses.
La deducción de los arqueólogos era lógica, ya que en esas condiciones la vida de los mamíferos no parecía posible. Sin embargo, en 2020, Jay Storz, profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad de Nebraska-Lincoln, capturó un espécimen vivo de ratón de orejas de hoja en la cima del pico de Llullaillaco, un volcán a 6.700 metros a ambos lados de la frontera entre Chile y Argentina. Nunca se había encontrado ningún mamífero viviendo a una altitud tan extrema.
Además de la captura de más ejemplares vivos, Storz y sus colegas han informado en la revista 'Current Biology' del hallazgo de 13 ratones momificados en las cumbres de tres volcanes vecinos (Salín, Púlar y Copiacó), cada uno de los cuales se extiende casi 6,4 km sobre el nivel del mar. «Son básicamente ratones momificados y liofilizados», dice Stortz. Los investigadores creen que ascendieron a esos duros entornos solos, sin ayuda de los incas, ya que ninguno tiene una antigüedad suficiente para haber coexistido con ellos. Si es así, el hallazgo ampliaría los límites fisiológicos de la vida de los vertebrados en la Tierra.
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Tolerancia fisiológica
«Lo más sorprendente de nuestro descubrimiento es que los mamíferos podrían estar viviendo en las cumbres de los volcanes en un ambiente tan inhóspito, parecido al de Marte«, dice Storz. »Los alpinistas bien entrenados pueden tolerar elevaciones tan extremas durante un intento de cumbre de un día, pero el hecho de que los ratones vivan en tales elevaciones demuestra que hemos subestimado las tolerancias fisiológicas de los pequeños mamíferos«.
Storz y sus colegas descubrieron por casualidad el primer cadáver momificado de ratón en la cima del volcán Salín al borde de un montón de rocas. Pronto encontraron otros. «Cuando mi compañero de escalada y yo empezamos a buscar entre el resto de las rocas, encontramos siete momias más en la misma cima», recuerda el investigador.
Luego buscaron sistemáticamente en las cumbres de todos los volcanes andinos. Hasta ahora, han rastreado 21 cumbres, incluidas 18 con elevaciones de más de 6.000 metros. En total, han encontrado 13 ratones momificados en las cumbres de múltiples volcanes con una elevación de más de 6.000 metros. En algunos casos, las momias iban acompañadas de restos esqueléticos de muchos otros ratones.
La datación por radiocarbono mostró que los ratones momificados encontrados en las cumbres de dos volcanes tenían como máximo unas pocas décadas de antigüedad. Los de un tercer sitio eran más antiguos, 350 años como máximo. El análisis genético de las momias de la cumbre demostró que representan una especie de ratón con orejas de hoja llamado Phyllotis vaccarum, que se sabe que se encuentra en elevaciones más bajas de la región.
«El descubrimiento de momias de ratón en las cimas de estos volcanes helados y azotados por el viento fue una gran sorpresa», dice Storz. «En combinación con nuestros registros de captura viva de ratones en las cumbres y flancos de otros volcanes andinos de gran elevación, estamos acumulando cada vez más evidencia de que existen poblaciones de ratones residentes a largo plazo en elevaciones extremas».
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El hallazgo ahora plantea preguntas importantes, incluyendo cómo los mamíferos pueden vivir en un mundo infernal de roca, hielo y nieve. No está claro por qué los ratones habrían subido a tales alturas. Ahora, los investigadores quieren saber si los ratones de gran altitud tienen rasgos fisiológicos especiales que les permitan sobrevivir y funcionar en condiciones de bajo oxígeno. Para averiguarlo, están realizando experimentos fisiológicos en ratones cautivos que fueron recolectados en grandes elevaciones. También continúan sus estudios de montañismo de pequeños mamíferos en los altos picos andinos de Argentina, Bolivia y Chile.
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