La planta pintada por Van Gogh que es a la vez veneno y medicina
La dedalera se ha utilizado desde tiempos remotos como remedio cardiaco y como veneno, debido a uno de sus componentes químicos, la digitalina
Pedro Gargantilla
Los guerreros inées , una tribu de Gabón, untaban las puntas de sus flechas con estrofanto ( Strophantus kombe ), una planta natural del África tropical, para provocar la muerte de sus víctimas. Este vegetal contiene un compuesto químico llamado ouabaína ... o estrofantina capaz de provocar una parada cardiorrespiratoria. Este efecto, común a todos los glucósidos cardiacos, se debe a que inhibe una bomba enzimática que se encarga de regular la salida de sodio y la entrada de potasio a nivel celular.
Un primo de la ouabaína es la digitalina , el principal componente de la dedalera, chupamieles o digital ( Digitalis purpurea ), una planta silvestre que podemos encontrar con facilidad en nuestras latitudes. Una especie herbácea que, por cierto, aparece representada en uno de los cuadros más famosos de Vicent Van Gogh , el ' Retrato del doctor Gachet '. Este galeno, que también hizo las veces de mecenas, prescribió durante largas temporadas infusiones de dedalera al pintor holandés para tratar su depresión.
Una planta cargada de magia
La dedalera es especialmente llamativa, tanto por su tamaño, puede sobrepasar el metro setenta de altura, como por sus flores, que forman racimos de campanillas rosadas a lo largo del tallo, una tentación que resulta irresistible a los insectos, los cuales repartirán su polen y semillas por doquier.
Durante siglos esta planta estuvo asociada al mundo de la magia negra y lo sobrenatural, no en balde uno de sus nombres en inglés es ' fairy caps ', que puede ser traducido como sombreritos o capuchones de hadas. Se decía que allí donde crecían las dedaleras se congregaban las brujas para bailar durante las noches de luna llena.
En algunas zonas de nuestro país esta planta se ha utilizado como amuleto para ahuyentar a las brujas, por lo que no era infrecuente observarla sobre los dinteles de las puertas. Además, se la atribuía una acción terapéutica como potente antídoto frente a las mordeduras de serpiente.
Tan bella como venenosa
La dedalera –en inglés 'foxglobe'- ya se era conocida por los antiguos egipcios y aparece recogida en algunos papiros, en donde se describen sus efectos medicinales. Tras el ocaso de esa civilización fue relegada a un segundo plano, al de las plantas ornamentales, de donde la sacó en el siglo dieciséis el médico alemán Leonard Fuchs (1501-1566). Fue precisamente él quien la bautizó como digitulus –dedo pequeño- al tiempo que la atribuyó virtudes medicinales en su obra 'De Historis Stirpirum Commentarii'.
Unos efectos que serían corroborados, casi doscientos años después, por el científico inglés William Withering (1741-1799). Al parecer su curiosidad por la planta comenzó cuando descubrió que una curandera del sur de Inglaterra la empleaba, junto con otra veintena de ingredientes, para mejorar los problemas cardiacos de los pacientes.
Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.
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