El presidente catalán, Artur Mas, sigue sin cambiar una coma de su discurso soberanista y ha asegurado este viernes que el proyecto soberanista «sigue adelante» de forma «pacífica y democrática» y ha expresado su deseo de llegar a un entendimiento con el Gobierno, pese a la posición de «enroque» que, en su opinión, ha mantenido hasta el momento.

Durante su participación en el XXV Encuentro Empresarial en el Pirineo de La Seu d'Urgell, el presidente catalán ha reconocido que está «preocupado y esperanzado» ante este proceso y ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a los empresarios, subrayando que el objetivo de Cataluña es seguir formando parte de Europa y de la zona euro, informa Efe.

Mas ha explicado que Cataluña tiene en estos momentos un proyecto,que es la celebración de una consulta soberanista, fijada para el próximo 9 de noviembre, para que los catalanes puedan decidir su futuro encaje en España.

Ha remarcado que este proyecto «no es para negar nada ni ir en contra de nadie», pero da respuesta a un porcentaje «muy significativo» de gente que ha entendido que Cataluña no saldrá adelante «por la vía tradicional» y ha de entrar en un nuevo marco político que «tiene que ser completamente diferente», sin negar la relación con el Estado español.

El presidente de la Generalitat ha lamentado que cuando Cataluña «ha llamado a la puerta» del Gobierno para negociar la consulta nunca ha obtenido respuesta, más allá de una posición permanente de «enroque». «Nosotros seguiremos insistiendo en esta manera de hacer, porque consideramos que todo se puede hacer mejor si hay un clima de entendimiento y de relación más positiva», ha remarcado.

Ante el temor que le han trasladado algunos empresarios sobre la situación en Europa en la que quedaría Cataluña en caso de una hipotética independencia, Artur Mas ha sostenido que el objetivo es seguir formando parte de Europa y que si no fuera así sería porque «alguien nos vetaría».

«Lo normal para Cataluña -ha dicho- sería su pertenencia en la UE, en el euro, en el espacio Schengen y en la OTAN». Aún así, ha reconocido que «las seguridades absolutas en estos procesos no existen» y que «si se quieren certezas absolutas, mejor no pensar en ello, porque no las tiene nadie en nada».