Valeria Sabater, psicóloga: «Los perfiles narcisistas recurren más a la venganza»

Por ejemplo, la inmensa mayoría de quienes hemos visto 'Carrie' o 'Kill Bill' empatizamos con sus protagonistas. Sin entrar en 'spoilers', en ambos 'films' estamos de acuerdo con los actos de ambas mujeres. Han sufrido, les han hecho daño y han decidido actuar. Vemos justo lo que hacen y, sin embargo, en la vida real cuesta hablar de nuestros sentimientos de venganza cuando alguien nos ha herido. ¿El motivo? Nos avergüenza y, por tanto, sigue siendo un tema tabú.

La venganza y el perdón tienen un propósito concreto en la biología y en la historia de la humanidad del que no podemos zafarnos. Buscamos permanentemente la justicia personal, condicionados por una resaca de necesidades, anhelos, miedos o frustraciones que pueden afectar por igual al vecino, a un niño, a nuestra pareja o al político que rige los destinos de un país.

¿Hasta qué punto es la venganza una expresión innata de nuestra naturaleza? ¿Es sobre todo un fenómeno moldeado por el contexto y la cultura? ¿De qué modo se instrumentaliza la venganza para impartir justicia? La psicóloga Valeria Sabater, antes tantas preguntas y tan poca información sobre ello, publica 'La neurociencia de la venganza' (Espasa), un libro en el que aprendemos más sobre este sentimiento y donde hace una accesible y completa radiografía de la venganza y de sus componentes más peligrosos: la ira, el odio y el rencor.

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¿Qué pasa cuando nos hacen daño?

Es un atentado contra nuestra propia identidad. Es decir, un golpe en nuestra construcción del mundo. Mientras unos sufren ese daño hay personas que tienen un impulso de querer devolver lo que han experimentado y es completamente normal porque la venganza es una emoción reactiva. Si nos hacen daño y no reaccionamos, nuestra mochila se va llenando de experiencias dañinas a las que no hemos reaccionado. Es cuando aparecen los traumas. Por ejemplo, ante situaciones de acoso laboral, son muchos los que tienen un deseo de venganza. Muchas veces recurren a la justicia y ese juicio no funciona y queda trauma y esas personas lo expresan en terapia. Hay que trabajar la impronta del odio, el rencor, la ira… esto impulsa el deseo de hacer algo malo y queda esa pronta traumática.

¿En qué ámbitos se lleva más a cabo la venganza?

Sin duda, en el ámbito laboral y en la pareja. En este último casi son muchas personas las que usan las redes sociales para publicar fotos comprometidas o para dejar en evidencia a quien les ha hecho daño.

¿Es un tema que tratas en terapia o nos avergonzamos de buscar venganza y no lo hablamos?

La gente lo cuenta en terapia pero lo cierto es que el deseo de venganza es un tema tabú. Sin embargo, fantasear con ello es normal y la realidad es que las emociones te impulsan a que resuelvas ese conflicto. Eso sí, hay que resolverlo de manera pacífica porque la venganza intensifica el daño. Como he dicho, un escenario donde se ve mucho la venganza es la red social. La expareja quiere vengarse publicando fotos privadas, lo que se llama pornovenganza.

¿Nos cuesta hablar de venganza?

Nos da vergüenza y nos cuesta hablar de este tipo de emoción y lo vemos como una conducta horrible cuando realmente es una emoción que te impulsa a hacer algo. Lo camuflamos y no lo expresamos. Cuando un compañero o un jefe se ha portado mal con nosotros queda ese poso de querer hacer algo al respecto pero cuando lo sentimos lo necesario es aceptarlo y regularlo. Esta emoción tiene como intención que lo resuelvas: que se hable, que se denuncie... Si lo callamos se incrementa el rencor y se puede convertir en un trauma psicológico que no hemos resuelto. Cuesta admitir que queremos venganza. Es curioso.

¿Por qué nos da vergüenza hablar del sentimiento de venganza que hemos desarrollado en algún momento?

Hay un estigma asociado a la venganza, sentimos reticencias a la hora de hablar con nuestro entorno de esta sensación/emoción porque tememos que nos van a ver como personas violentas o malas personas por el simple hecho de experimentar esa realidad interna, de decir en voz alta: «Me ha pasado esto y ahora mismo estoy fantaseando con hacerle algo a X". En estos casos optamos siempre por el silencio como mejor opción. Cuando lo mejor seríam sin duda, explicar cómo nos sentimos ante determinada injusticia.

¿Somos vengativos por naturaleza?

La venganza forma parte de la conducta violenta del ser humano. Las personas somos vengativas, aunque evidentemente unos mucho más que otros. Muchos regulan esta emoción de buena manera y otros en cambio mucho peor. La venganza tiene mucho que ver con la cultura. Especialmente en EE.UU. y en Oriente Próximo tienen un contexto de venganza mucho más extendido: si alguien te hace daño o ataca tu integridad tienes derecho a vengarte.

¿Nuestro concepto de venganza está relacionado, por tanto, con nuestro lugar de nacimiento?

Va a depender donde nazcas pero también cómo te han educado, lo que ves en televisión... Es muy complicado. Tendríamos que cambiar el mundo y hacerlo de nuevo.

¿Qué características tienen en común las personas que más buscan venganza?

Se han hecho estudios y se sabe que existe la mentalidad T.R.U.M.P., que son muy impulsivos, con problemas emocionales y son personas que ven peligros en todas partes y creen que tienen que defenderse.

Los perfiles narcisistas son más recurrentes a vengarse, y suelen ser personas con cargos altos en las empresas. Ellos sienten que has hecho algo contra ellos y eso les da pie de hacer algo contra ti. Son perfiles mas peligrosos.

¿La venganza está relacionada con la justicia?

Son esferas diferentes aunque tendemos a confundirlas. La justicia es racional y quiere reparar para que no surjan los ciclos de violencia. Llegar a la pena de muerte. La violencia es emocional y no repara. Cuando una persona piensa que no se ha hecho justicia es cuando va más allá. Cuando la justicia no te repara y no te ha solucionado es comprensible llegar a la violencia por tu cuenta.

¿Puede alguien justificar su deseo de venganza por el hecho de querer hacer justicia?

Hay casos muy llamativos. Por ejemplo, en los 90 en la India un hombre violaba a las niñas y mató a muchas personas y las mujeres en vista de que no se hacía justicia acararon matando a este hombre. Es normal que las personas, si la justicia no funciona, recurran a la venganza. No es justicia recurrir a la venganza pero sí es comprensible.

¿Se pueden prevenir las conductas vengativas?

Está en la naturaleza del ser humano ser violento y vengativo. Hay que cambiar el mundo y crear entornos que faciliten la convivencia. Mejor regulación emocional, tener líderes más éticos y humanos... Es complicado prevenirla.

¿Dirías que la venganza nos hace sentir bien?

Es agridulce a largo plazo. Puede que en unos días te sientas bien pero siempre nos arrepentimos. Eso sí, los psicopáticos sí que no se arrepienten y para ellos la venganza sí es dulce. Somos producto de la evolución y al final te conviertes en la misma persona que te ha hecho daño.

¿Todos experimentamos venganza en algún momento?

Como emoción la experimentamos todos y no hay que tener reparo ni vergüenza. Llevarla a cabo y sentirla es el primer paso de que te han agredido y hay que resolverlo y si tú lo llevas a los sótanos de la mente el día de mañana no te va a quedar otra que sacarlo.

Debería hablarse más de esto, ¿no es así?

Es curioso que nos hemos pasado tanto tiempo hablando de la inteligencia emocional que nos hemos olvidado de los sentimientos oscuros como es el odio, rencor, venganza... y esa paleta también forma parte del ser humano. No somos ángeles y el sentimiento de venganza hay que canalizarlo para evitar conductas violentas. Eso sí, esas áreas oscuras no nos deberían hacer sentir malas personas.

Valeria Sabater es psicóloga, tiene un máster en neurocreatividad, es técnico especialista en psiquiatría y experta en trastornos emocionales. Ha trabajado en el área de la psicología social y es una apasionada de la neurociencia. Su carrera en el ámbito de la salud mental se orienta también a la divulgación de la psicología en diversos medios digitales como La mente es maravillosa. Ha publicado varios libros en esta materia y su propósito es hacer llegar a las personas la ciencia del comportamiento humano de forma práctica e interesante.