La trampa de la madre perfecta: así te afecta su influencia tóxica

El psicólogo Tomás Navarro explica por qué es importante protegerse emocionalmente de algunas personas. Es una de las claves de su libro 'Tus líneas rojas', cuyas ideas comparte cada 15 días en ABC Bienestar

Cómo poner límites para protegerse emocionalmente de los perfiles tóxicos

La trampa de la madre perfecta: así te afecta su influencia tóxica

MADRID

09/06/2023
Actualizado 11/06/2023 a las 02:39h.

Un factor que tienen en común muchos perfiles tóxicos, abusivos o narcisistas es que son de una manera para todo el mundo y de otra muy diferente para ti y la verdad es que es toda una faena.

¿Quién va a entender que ... te quejes de esa madre perfecta? ¿Quién te va a apoyar cuando intentes dejar a ese marido perfecto? ¿Cómo te van a ayudar a salir de una familia tan perfecta? ¿Cómo vas a explicar a la gente que has dejado un trabajo perfecto?

Pues sí, esa perfección aparente lo complica todo. Yo siempre he defendido que vistos de cerca nadie es perfecto, pero es que algunos perfiles tóxicos son expertos en presentarse como personas encantadoras, incluso buenas. Si me aceptas un consejo, desconfía de las personas que invierten mucha energía en presentarse como buenas personas, como perfectas o como víctimas.

Esa madre que se presenta como una mujer abnegada y entregada, dejando en nada al buen samaritano de la parábola, tal cual entra en casa y cierra la puerta se convierte en el diablo, en la máxima expresión de la crueldad y en todo un cúmulo de actitudes psicopáticas que provocan dolor a diestro y siniestro. No olvidemos que se trata de un perfil tóxico, no de un idiota.

A menudo, cuando trabajo con hijos e hijas de madres o padres tóxicos me suelo encontrar con un sentimiento de culpa completamente delirante: ¿Seré yo que le provoco? ¿Seré yo que no la sé entender? ¿Seré yo que veo lo que no es?

Pues no, lo siento en el alma, pero no. Es importante hablar claro, abrir el melón del maltrato en la familia y tener claro que algunas personas saben disimular perfectamente sus desviaciones tóxicas, crueles, abusivas, dominantes o psicopáticas para completa desgracia de sus víctimas.

¿Pero cuál es su verdadera personalidad? ¿La tóxica o la afable? Pues la tóxica y lo tienen tan claro y son tan conscientes de lo inapropiado de su conducta y actitud que ya se cuidan mucho de no mostrarlo en público.

A veces se culpa a los hijos de todos los males y se procede a castigarlos y maltratarlos. A veces se machaca a uno de los hermanos con el consentimiento y la permisividad de los padres. A menudo se abusa del equipo sabiendo el interés que todo el mundo tiene por competir en determinado club deportivo. Frecuentemente se abusa del empleado amparados por la necesidad y dependencia que tiene de su trabajo. Infinidad de personas maltratan a su pareja de puertas para adentro sabiendo que dependen de ellos a nivel económico, social o emocional.

Es más, esa madre tóxica, podría ser una hermana tóxica, una pareja tóxica, una entrenadora tóxica y una jefa tóxica. La personalidad se caracteriza por ser una estructura estable formada por comportamientos, pensamientos y actitudes en diferentes situaciones.

«Algunas personas saben disimular perfectamente sus desviaciones tóxicas, crueles, abusivas, dominantes o psicopáticas para completa desgracia de sus víctimas»

Tomás Navarro

Psicólogo

Pero ya hemos dedicado demasiado tiempo al perfil tóxico, hablemos un poco de la víctima. Sí, víctima, a pesar de que algunas personas se empeñen en pedirles que se responsabilicen de lo que está pasando y se empoderen, no podemos perder de vista que son víctimas de un perfil abusivo que se encuentra en una situación en la que tiene un poder explícito sobre la víctima. ¿De qué otro modo iba a retenerla si no?

La víctima de una madre, una pareja, una familia o un trabajo «aparentemente» perfecto de puertas para afuera, es una persona que a menudo no es consciente del abuso que está tolerando, que cree que no tiene más opciones, que da por normal lo que no es normal, que está aislada de un entorno sano y a la que le han alterado su percepción de la realidad generando inseguridad, una duda sin fin y una especie de síndrome de Estocolmo con la persona que le maltrata.

La víctima de una madre aparentemente perfecta tiene dos barreras que superar para poder recuperar una vida normalizada: la de la inseguridad que le incapacita y la de la incomprensión de las personas más cercanas.

Si te sientes identificado con lo que acabas de leer quiero que te quites de encima el peso de la duda, de la culpa y la inseguridad. Quiero que sepas que otra vida es posible y te animo a que des los pasos que necesites dar para poder vivir una vida plena en calma y desde el respeto.

Puedes descubrir otros consejos de Tomás Navarro ( @tomasnavarropsi en instagram) para poner límites a aquellas personas que nos hacen daño en su obra 'Tus líneas rojas' . Y además, puedes leer aquí otros artículos de Tomás Navarro en ABC Bienestar.