Psicología
Felicidad tóxica: descubre el lado oscuro del pensamiento positivo
El experto en teología y psicólogo Rafael Pardo explica en su libro que la presión social hacia una actitud siempre positiva contribuye a la infelicidad
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Iniciar sesiónNo hace muchos días me topé en Instagram con la ilustración de un libro en cuyo título se podía leer «Cómo hacer feliz a todo el mundo. Una guía práctica». La curiosidad me llevó a pinchar para poder seguir viendo el carrusel ... de imágenes donde aparentemente vendrían los consejos para tener contentas a todas las personas de mi alrededor, pero cuál fue mi sorpresa cuando al deslizar la primera imagen me encontraba con otra que rezaba «no se puede», y una página más en la que se leía «vive tu vida».
En esta lucha debe andar también Rafael Pardo, autor de «Felicidad Tóxica. El lado oscuro del Pensamiento Positivo». El doctor en teología y psicólogo ha creado un libro donde da argumentos suficientes para abandonar la búsqueda constante de la felicidad; la de los demás y la de uno mismo. « No hay ninguna necesidad objetiva de ser feliz siempre y a toda costa, como si los fracasos, tristezas, duelos o avatares de la vida nos tengan que impulsar siempre a acudir a un psicólogo», dice el experto.
Desde hace algunos años, numerosos psicólogos alertan sobre los peligros del Pensamiento Positivo, entendido aquí como un movimiento ideológico que produce tazas de café con eslóganes simpáticos, apps que miden tu felicidad a través del teléfono móvil, libros de autoayuda que prometen bienestar emocional, omnipresencia de emoticonos felices, abundancia de coaches, etc. ¿Acaso no tenemos derecho a quejarnos? Explica Rafael Pardo que la presión hacia una actitud siempre positiva «contribuye a la infelicidad, ya que algunas personas se sienten culpables o defectuosas cuando no consiguen sentirse bien». «La contrapartida de los libros que prometen felicidad viene a ser la idea de que, si usted no es feliz, es porque no quiere», dice Rafael Pardo.
En su libro «Felicidad Tóxica. El lado oscuro del Pensamiento Positivo» reflexiona acerca de qué es la felicidad y cómo la han entendido las diferentes culturas.
Hay tantas definiciones como culturas, y ese es el problema. Las culturas orientales, por ejemplo, tienen un concepto centrado en expectativas sociales; en América, en cambio, relacionan este sentimiento con el éxito y la funcionalidad, y uno de los engaños es tomar la felicidad como definición exacta, cuando en realidad no la hay ni se puede medir.
Simplificar los asuntos de la vida buscando continuamente eslóganes felices o trucos para sentirse bien es una actitud preocupante. Y el hecho de que nos aseguren que debemos ser nosotros mismos para ser felices, y que a la vez nos impongan cómo debemos ser nosotros mismos para ser felices, no deja de ser una paradoja irritante.
Entonces, ¿cuál es para usted el lado oscuro del pensamiento positivo?
Cuando tenemos una psicología de eslóganes fáciles: ser más de lo que crees ser. El lado oscuro se encuentra cuando estos mensajes positivos no dan a la tristeza u otros sentimientos tachados como "malos" y se impone socialmente ser y estar feliz y no dan la oportunidad de que alguien se encuentre mal. No olvidaré un caso en el que una bióloga estadounidense estaba mal por su enfermedad (le habían detectado cáncer) y se da cuenta de que los grupos sociales y los médicos le impiden decirle que se encuentre mal. Sus mensajes eran "vas a seguir estando bella", "de esta vas a salir"... Impiden de esta forma que sentimientos como la culpa o el desánimo aparezcan, cuando es algo lógico y normal que en determinados momentos nos encontremos así.
La rabia ahora se está dejando ver a través de manifestaciones, y esto aparece porque el sistema lucha por algo. A George Floyd, hombre afroamericano estadounidense que murió de asfixia a manos de la policia en Estados Unidos que le digan que las condiciones sociales no son importantes, cuando seguramente ahora estaría con vida de no haber sido víctima de racismo y xenofobia. Si estar bien se convierte en una dictadura social y no hay cabida para manifestar otros sentimientos, termina siendo un discurso perverso para muchas personas.
Habla en su libro sobre las toxicidades. ¿Considera tóxico el pensamiento de que si uno no es feliz es porque no quiere?
Sí, sería tóxico porque hay factores que algunos «superventas» pasan por alto. La psicología positiva nunca habla de las condiciones socioeconómicos, por ejemplo, cuando esto es un punto importante. Tienen un diálogo muy positivo, muy mindfulness, pero no puedes decirle a una persona con precariedad laboral que encuentre la felicidad porque el asunto no es como se tome la vida, sino las condiciones objetivas de cómo vive. Se trata de una psicología del servicio de poder: para ellos el problema es que no sabes vencer el estrés .
Por lo tanto usted defiende que, por ejemplo, la tristeza ha de abordarnos con total libertad en la misma medida que el resto de sentimientos porque son parte de nuestra vida.
Una de las cosas que hacen los «superventas» es vivir las emociones diferenciándolas como positivas y otras como negativas. Todas la emociones tiene una función, y para estas personas son las positivas las buenas y las negativas como que no sabes vivir. El yin y el yan acepta que lo negativo forma parte de la vida, pero hay muchas personas, en cambio, que parecen ver un problema por sentirte triste, a pesar de formar parte de nuestras emociones.
Dedica un apartado en su libro para distinguir dos tipos de felicidad: la extrínseca y la intrínseca. ¿Considera la intrínseca mucho más importante?
Es mucho más importante. Un niño al que le obligan a tocar la flauta por obligación, lo terminará dejando porque es algo que puede no apetecerle hacer; en cambio si es un instrumento que le gusta y lo hace por gusto, cuando sea adulto seguirá tocándolo. Lo que nace de ti, de tus valores, da mucha más energía y te hace preservar más en la actividad. Muchos defienden la importancia de hacer cosas que aportan bienestar pero curiosamente lo vinculan a lo exterior: vencer estrés, tener éxito, tener relaciones de amistad, buen puesto de trabajo... Existe incluso una aplicación que cuenta con más de cuatro millones de suscripciones donde aseguran que está diseñada por expertos para que en 8 semanas seas feliz. Dan las pautas para que en ese margen de tiempo logren la felicidad añorada. Pensemos en personas que están volcando sus datos en esta app para que un psicólogo dicte si eres más o menos feliz.
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