Cómo elegir un psicólogo: por dónde empiezo y qué debo preguntar
Atender a su formación, su experiencia y su profesionalidad y evitar a los que ofrecen fórmulas sencillas, rápidas y mágicas es la clave para iniciar la búsqueda de un psicólogo
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Iniciar sesiónCuando nuestro malestar y las emociones incómodas que sentimos (ansiedad, miedo, ira o tristeza) influyen en algún área importante nuestra vida (pareja, trabajo, ocio, amistades, familia...) es el momento de buscar ayuda, pues es probable que, tal como indica el psicólogo Jesús Matos, director de ' ... En equilibrio mental ', hayamos atravesado una de las líneas rojas que indican que necesitamos orientación para gestionar lo que estamos viviendo. Llegar a la conclusión de que necesitamos acudir a terapia es una decisión valiente y suele ser el paso más difícil, pero una vez que se ha tomado la decisión algunas personas se enfrentan a otro escollo: ¿cómo y dónde busco un psicólogo?
Lo más habitual es preguntar a las personas de nuestro entorno cercano que hayan acudido alguna vez a terapia para que nos faciliten un contacto de confianza. Esto es algo que, según explica la psicóloga Aída Rubio, Head of Clinical Content de TherapyChat , puede ser una buena práctica, al igual que preguntar si en la empresa en la que se trabaja cuentan con un servicio de atención psicológica.
A la hora de pedir referencias a nuestro entorno cercano, no obstante, también existen salvedades, según matiza la psicóloga Carolina Lozano, de mundopsicologos.com , pues trabajar con pacientes del mismo lazo familiar genera un preconcepto entre ambas partes que llega a anular la efectividad de la terapia, complica la objetividad e imposibilita los roles requeridos para el tratamiento.
Tampoco es aconsejable acudir al mismo profesional que nuestra pareja o nuestros amigos cercanos si éstos no han recibido el alta o aún están en tratamiento, según explica la psicóloga Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos .
Formación y experiencia
Lo más importante, tal como explica Jesús Matos, es que nos aseguremos de que se cumplen unos «mínimos» relacionados con su formación y su orientación terapéutica pues, según asegura, hay mucho intrusismo en el mundo de la salud mental. «Debe ser un psicólogo colegiado y debe estar habilitado por el Ministerio de Sanidad para el ejercicio de su profesión. Además siempre recomiendo buscar profesionales que trabajen bajo el amparo de la evidencia científica . Es algo que recoge el Código Deontológico de los Psicólogos, pero desgraciadamente no siempre se cumple», explica.
Comparte esta opinión el psicólogo Carlos Sánchez Polo, del Instituto Psicológico Cláritas , quien invita a desconfiar de aquellos perfiles que venden soluciones sencillas y rápidas. «La terapia es un proceso, por lo general, lento y muy cuidado por lo que, si nos encontramos con alguien que venda soluciones mágicas a un problema, lo mejor es pasar de largo y seguir buscando», afirma.
Diferentes corrientes y técnicas
En cuanto a la formación , la psicóloga de Therapychat apunta que en el caso de que surgieran dudas en torno a la corriente psicológica con la que trabaja ese profesional o a las técnicas concretas en las que tiene maestría sería aconsejable contactar con el Colegio Oficial de Psicólogos para pedir orientación.
Sobre este punto la directora de Avance Psicólogos, explica que, para poder definir qué tipo de terapia necesitamos es importante determinar si lo que nos está generando malestar es algo puntual o si suele reaparecer cada cierto tiempo con disfraces diferentes y si queremos aprender recursos sin profundizar demasiado en las causas o si, por el contrario, tenemos la necesidad de conocernos mejor y profundizar en nuestras emociones porque así será posible definir si necesitamos una terapia de pareja, una terapia sistémica o familiar o una terapia especializada.
La terapia cognitivo-conductual y las terapias de tercera generación son, según apunta Palomares, técnicas eficaces con las dificultades centradas en el momento presente; mientras que las terapias humanistas como la Gestalt o la ' Terapia Centrada en la Persona ' atienden los aspectos emocionales profundizando en ellos y en sus causas, pero sin olvidar el presente y el contexto de la persona. Eso sí, en su opinión, la mejor opción es un profesional ecléctico e integrador que esté especializado en varias corrientes y en constante formación pues éste podrá atendernos de una manera más completa y profesionalizada.
A la hora de valorar el tipo de terapia que nos puede resultar más adecuada la experta de Therapychat propone que el paciente se haga las siguientes preguntas:
- ¿Mi problema es personal o de pareja ? Esto determinará si se requiere un especialista en sexualidad o de pareja o no.
- ¿Mi problema afecta a todo mi núcleo familiar y deseamos trabajarlo juntos? Si es así, lo mejor será buscar un terapeuta sistémico o un terapeuta de familia.
- ¿Tengo un diagnóstico previo ? Si existe un diagnóstico previo y es el que te hace regresar a terapia, puedes optar por buscar un especialista en tu problema. Si no, podrás elegir un generalista.
- ¿Tengo disponibilidad para acudir presencialmente o prefiero hacerlo online? Esto determinará el profesional que elijas. La oferta online es más amplia, ya que las barreras geográficas no serán un problema para encontrar a tu psicólogo.
¿Tengo una corriente psicológica de preferencia? Si has tenido una experiencia previa con alguna corriente y te ha funcionado, puedes optar por repetir. Si no es así, la psicóloga de TherapyChat asegura que las corrientes más extendidas y con más avales en la actualidad son la cognitivo-conductual y la contextual o de tercera generación , si bien explica que la mayoría de los profesionales hoy en día se consideran eclécticos, pues suelen integrar en su trabajo técnicas y conocimientos de múltiples corrientes. Además apunta que hoy en día está en boga la técnica EMDR que, aunque se utiliza en innumerables problemáticas, está indicada sobre todo en casos en los que haya habido un trauma.
Otro aspecto que debemos preguntar está relacionado con la experiencia del psicólogo con problemas similares a los que le vamos a consultar.
También resultará útil, según apunta Lozano, fijarse en las recomendaciones y en las valoraciones que otros pacientes han dejado sobre el profesional en distintas plataformas. Si además es un psicólogo que lleva a cabo algún tipo de divulgación en las redes sociales, podrá valorarse la forma en la que se dirige al público y el contenido que expone.
Buen 'feeling' y 'hacer equipo'
Una vez que tenemos la información básica a nivel profesional tendremos que valorar si tras un primer contacto pensamos que podremos congeniar o si, dicho de otro modo, podemos tener buen 'feeling' con ese profesional pues, como aclara Matos, para que una terapia funcione es necesario establecer una relación terapéutica sana.
Este punto también es importante para Sánchez Polo, quien argumenta que el paciente tiene derecho a conocer el enfoque terapéutico del profesional: «Es fundamental que, tras una evaluación exhaustiva el psicólogo sea capaz de darnos una hipótesis sobre nuestra problemática, así como una metodología de trabajo. No se trata de ir a terapia y navegar a ciegas. Hay que formar equipo y conocer qué estamos haciendo y por qué», argumenta Sánchez Polo.
Saber qué profesional es óptimo para nosotros es en realidad m´ sencillo de lo que parece pues la clave está, según explica Aída Rubio, en que sea una persona con la que conectemos . «Está demostrado que el buen vínculo psicólogo-paciente es una condición 'sine qua non' para que el plan de tratamiento aplicado suarte efecto. Si ese vínculo no aparece en las primeras 2-3 sesiones, ese terapeuta no es para ti», explica. De hecho la experta asegura que ya en la primera sesión se puede detectar si un profesional es un 'no' rotundo para nosotros, al igual que sucede en otro tipo de relaciones.
Si esto sucede, es decir, si sentimos que no conectamos con el psicólogo, es aconsejable hacérselo saber a dicho profesional (puede comunicarse en el periodo entre sesiones, no es necesario pedir una nueva cita), en lugar de «desaparecer» o dejar de acudir a la consulta.
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