«Un cambio estético puede motivar para comer sano y ejercitarse a diario»

Es cierto que, a pesar de que nuestra vida social se ha reducido, las mejoras estéticas siguen interesando mucho pero para Paloma Cuenca, psicóloga y directora de Clínica Golden (Medicina Estética, Cirugía y Odontología), ahora es más importante que nunca que esos cambios en el cuerpo o el rostro vayan ligados a un deseo por cuidarse en otros aspectos como la nutrición , la práctica de ejercicio , el descanso y el bienestar emocional . «Quizá acudan a nosotros buscando un tratamiento reductor o una lipoescultura pero lo que se llevan es un cambio de vida. Además de enseñarles a mejorar sus hábitos les ayudamos, a través de la psicoestética , a conectar con su belleza interior de modo que se sientan únicas y que se vean bien tanto por dentro como por fuera», explica. Y no solo eso, sino que cuando se sienten bien o se ven bien, ya no quieren volver a verse como antes y convierten en hábitos lo que se les sugiere como recomendaciones. «En muchos casos hemos observado que un cambio estético puede motivar a que esa persona decida llevar, por su propia iniciativa, una vida más saludable, comer sano y ejercitarse a diario», asegura Cuenca.

A través de este concepto, al que denomina psicoestética, se busca que cada paciente encuentre el balance entre la imagen y su estado anímico mejorando la sensación de bienestar emocional y además sea consciente, tal como explica Cuenca, de que las cuestiones psicológicas influyen a nivel físico más de lo que se cree, especialmente en un momento en el que la mayoría vivimos rodeados de incertidumbre y de miedos debido a la pandemia. La experta de Golden Clinic asegura que sentir armonía interior es importante para que esos cambios estéticos sean el motor que impulse su bienestar emocional y además logren motivar a la persona para que se cuide más a través de la alimentación, la actividad física, el descanso o incluso la gestión del tiempo. «Lo primero que preguntamos es cómo sería más feliz o qué le gustaría conseguir. Y a veces esa persona empieza hablando de que quiere ponerse botox o corregir las ojeras y acaba contando las razones por las que no consigue dormir por las noches. Lo que buscamos es que, además de un tratamiento para corregir sus ojeras, reciba consejos y herramientas que le ayuden, por ejemplo, a organizarse mejor, a gestionar bien el tiempo y a dedicar un rato de su vida a lo que le permita sentirse mejor como la meditación», revela Cuenca.

Uno de los aspectos que más preocupa a la experta de Golden Clinic es la imagen que, en ocasiones, se ofrece a través de los medios de comunicación, especialmente en la televisión, de los efectos de la cirugía estética. «Si ves a una famosa que antes era de una manera y después es de otra, es lógico pensar que los cambios estéticos puedan llevarnos a tener crisis de identidad o problemas psicológicos», comenta. Sin embargo explica que la buena praxis por parte de un profesional estético consiste en aconsejar al paciente para que conozca cuáles son las mejores opciones para satisfacer sus necesidades. «Si una mujer acude a la consulta acomplejada con el tamaño de su pecho y quiere aumentarlo de una forma desproporcionada, se le orienta para que podamos trabajar en un pecho acorde a su cuerpo, bello y armonioso. Y lo mismo sucede cuando acuden a hacerse una intervención en la nariz, pues el profesional perseguirá siempre la armonía y además hará una simulación para que esa persona sea consciente de cuál sería el efecto de ese cambio», aclara.