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Obama ordena la congelación de salarios de altos cargos como medida para mejorar la transparencia

El presidente Obama firma las primeras medidas de transparencia de su Gobierno bajo la atenta mirada del vicepresidente Biden. / Afp

Un día después de asumir el cargo, el nuevo presidente de Estados Unidos se ha puesto a trabajar. No ha madrugado excesivamente: pasadas las 08.30 horas (14.30, hora peninsular) se ha presentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Allí ha permanecido diez minutos, en los que ha leído la carta de despedida que le dejó Bush. Después ha acudido a un acto religioso en la catedral. La agenda se completaba con una cita con sus asesores económicos y con la cúpula del Pentágono. Para entonces ya estaba en marcha su primera medida: suspender los jucios en Guantánamo, tal y como ordenó anoche. Las siguientes afectan de lleno a su Gobierno.

Barack Obama ha firmado una serie de órdenes ejecutivas que regulan el comportamiento ético de su administración y pretenden fomentar la transparencia. "La transparencia y el Estado de Derecho serán la base de mi presidencia", ha asegurado el presidente en la ceremonia de firma, en la que ha prometido "una nueva era de apertura en nuestro país".

Entre las medidas suscritas en su primer día de trabajo figura una orden para congelar el sueldo a los funcionarios de la Casa Blanca que cobren más de 100.000 dólares anuales (77.700 euros) -aproximadamente un centenar de ellos-, en momentos en los que el país atraviesa una dura crisis económica. "Las familias se están apretando el cinturón, y lo mismo debe hacer Washington".

Obama también ha anunciado una iniciativa para fomentar la transparencia del Gobierno, que exigirá que todos los organismos gubernamentales vean las peticiones de información que se les presenten bajo la Ley de Libertad de Información. Los funcionarios "no sólo tendrán que obedecer su letra sino también su espíritu", insistía. Acto seguido criticaba las prácticas "de un excesivo secreto" de la Administración anterior, que según Obama, "si había un argumento plausible para no proporcionar información, no la daba".

Los gestos del primer día

El recién estrenado presidente ha suscrito también una orden ejecutiva que establece rígidos límites a los representantes de grupos de presión o de empresas ante las entidades políticas. A partir de ahora, los presidentes de 'lobbys' no podrán ocupar puestos en el Gobierno relacionados con áreas que ellos hayan representado durante los últimos dos años.

Además, tras ocupar un cargo en la Administración tampoco podrán ejercer como representantes de grupos hasta que Obama haya dejado la Presidencia, ni podrán intentar ejercer influencia sobre sus ex colegas durante dos años. El servicio público "es un privilegio" y no debe "servir para ayudar a los amiguetes, a los intereses de las empresas o para promocionar un programa ideológico", ha apuntado el presidente en otra aparente crítica al Gobierno anterior.

Todo son gestos en este primer día de presidencia. Antes de ponerse a trabajar, Obama y su esposa, Michelle, han acudido a un oficio religioso en la Catedral Nacional, en el noroeste de Washington. Ambos se han sentado en el banco delantero. Les han acompañado el vicepresidente, Joe Biden, y su esposa, Jill, así como la candidata a secretaria de Estado, Hillary Clinton, y su marido, el ex presidente Bill Clinton.

La ceremonia religiosa, una tradición de los presidentes en su primer día de trabajo desde los tiempos de George Washington, ha incluido una oración por el país, la interpretación del himno de Estados Unidos, el canto de obras religiosas y la lectura de pasajes evangélicos.

"Señor, concede al presidente de EEUU, Barack Obama, y a todos aquellos en el poder tu gracia y tu buena voluntad. Bendícelos con dones divinos, concédeles sabiduría y fortaleza para captar y para acatar tu voluntad", ha dicho el reverendo Andy Stanley en su oración. Obama no ha pronunciado ninguna alocución durante el servicio religioso.

Obama se pone a trabajar

El portavoz del presidente, Robert Gibbs, ha explicado que Obama comenzó el día en el Despacho Oval a las 08.35 hora local (13.35 GMT), donde permaneció durante diez minutos y leyó la carta que le había dejado su predecesor con el mensaje "del (presidente) 43 para el 44". Luego llegó la misa y después, cita con el equipo económico para discutir el plan de estímulo promovido por el ex senador. El mandatario norteamericano pretende que el Congreso apruebe un plan de recuperación económica que prevé la inversión en infraestructuras y nuevas tecnologías y que en principio estará dotado con unos 825.000 millones de dólares.

La crisis es uno de los retos a los que se enfrenta; otro, la situación en Afganistán, donde podrían ser enviados más destacamentos militares para hacer frente al recrudecimiento de los combates con los talibán. En la actualidad Estados Unidos 33.000 soldados en ese país.

Otros 142.000 están en Irak y de su futuro no deja de hablarse. Por eso el recién investido presidente ha querido discutir con el secretario de Defensa, Robert Gates, y el jefe del Estado Mayor, Mike Mullen, la posibilidad de acelerar la retirada. Obama ha prometido que se hará en los próximos 16 meses. En el caso de cumplirse el plan del presidente, Estados Unidos dejará de tener presencia militar en Irak en mayo de 2010, cumpliendo así con el acuerdo alcanzado con el Gobierno iraquí, según el cual las tropas norteamericanas deben abandonar el país antes de 2012.

La primera orden, Guantánamo

Con ellos también ha abordado su primera orden. Aún no había pasado un día desde que tomó el mando del país más poderoso del mundo, y Obama ya adoptó su primera decisión . Pidió la suspensión, durante cuatro meses, de los juicios a las personas retenidas en la prisión de la base militar de Guantánamo (Cuba).

La solicitud formal fue presentada anoche a los jueces de la fiscalía militar de Estados Unidos que llevan los casos de Guantánamo, en cumplimiento de una orden de Obama -que se ha comprometido a cerrar la prisión, cuya existencia ha sido ampliamente criticada por organizaciones defensoras de los derechos humanos y por otros países-, transmitida oralmente por Gates.

La agenda de Obama ha comenzado a funcionar ya de forma frenética sin dar respiro al recién investido presidente, que ayer juro sobre la Biblia, y ante más de dos millones de personas, "desempeñar con fidelidad el cargo y defender la Constitución". El presidente, que ha prometido un nuevo estilo de Gobierno, ha querido incluir en su agenda de hoy una "jornada de puertas abiertas" en la Casa Blanca para recibir a decenas de ciudadanos de a pie.

Fiel a su lema de cambio, el nuevo mandatario ha roto con algo que se había convertido en una norma durante los ocho años de mandato de Bush: en el Despacho Oval hay que estar con la chaqueta puesta. En sus primeras imágenes en el despacho presidencial tomadas esta mañana, Obama ha sido fotografiado en mangas de camisa mientras hablaba por teléfono. Ha empezado una nueva era.

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