Castillos y palacios embrujados de Europa (incluido uno en el centro de Madrid)

La plata forma de reserva de actividades Musement ha seleccionado nueve fortalezas y palacios embrujados, que van desde la Torre de Londres con el ilustre fantasma de Ana Bolena, hasta el castillo que inspiró a Bran Stoker para la novela de Drácula, donde los adictos al miedo podrán poner a prueba su valor.

Noticia Relacionada

Diez castillos medievales para disfrutar de la historia al otro lado de la frontera

Rocío Jiménez

La región del Alentejo (Portugal) atesora un puñado de fortalezas bien conservadas que nos permiten a viajar en el tiempo para conocer su rico pasado

La Torre de Londres, situada en la ribera norte del Támesis, en el centro de la ciudad, es una enorme fortificación que a lo largo de su historia ha funcionado como residencia real, arsenal, fortaleza y prisión. Construido bajo el reinado de Guillermo I en la década de 1070, este edificio, por el que pasan más de tres millones de visitantes al año, alberga en su interior las Joyas de la Corona. En su interior destacan, también, la Torre Blanca, el Palacio Medieval y la capilla real de San Pedro y Vincula, lugar en el que se conservan los restos de los prisioneros más famosos que fueron ejecutados en la torre. Los residentes vivos más llamativos de este lugar son los cuervos. Según cuenta la leyenda si estos desaparecieran se desplomaría la torre y con ella el reino. Así pues, para evitar esta catástrofe uno de los guardianes que protege el complejo cuida de los cuervos y les corta los extremos de una de las alas para evitar que se escapen.

Su fantasma más ilustre es el de Ana Bolena. La segunda esposa de Enrique VIII fue decapitada en este lugar y según cuentan desde entonces se pasea por sus pasillos sin cabeza. Pero este no es el único. Durante la Guerra de las Rosas Enrique VI fue asesinado mientras rezaba en la capilla privada del rey en la Torre Wakefield y los hijos de Eduardo IV desaparecieron entre sus muros en 1483 por lo que se dice que también sus espíritus vagan por sus dependencias.

Imponente se alza sobre la colina de Castle Hill el castillo de Edimburgo, una de las principales atracciones de la capital escocesa. De este se puede observar claramente su función militar, ya que por tres de sus lados limita con acantilados. Para ver esta joya es necesario dedicarle bastante tiempo ya que en su interior se presentan varias exposiciones y museos entre los que destacan: los honores de Escocia, donde se ubican las joyas de la corona de Escocia, la capilla de Santa Margarita, el edificio más antiguo de Edimburgo, el cañón de las trece horas, que se dispara todos los días a la una del mediodía para mantener viva la tradición, y el Memorial Nacional de la Guerra de Escocia, un edificio construido para honrar la memoria de los caídos en los conflictos acaecidos desde la I Guerra Mundial.

Cuenta la leyenda que los antiguos guardas del castillo excavaron túneles subterráneos a modo de pasadizos secretos para conectarlo con diferentes lugares de la ciudad. Para descubrir a dónde llevaban ordenaron a un gaitero de la ciudad que explorara los túneles mientras tocaba la gaita, así de esta forma podrían localizarle donde estuviera. La música dejó de sonar repentinamente y por más que buscaron al hombre nunca llegaron a encontrarlo. Así pues, se dice que todavía hoy se puede escuchar bajo los muros de esta fortaleza el sonido de su gaita, así como lamentos.

Situado a 25 kilómetros al noreste de Brasov (Rumanía) está el espeluznante castillo de Bran. A pesar de que Bram Stoker no conocía este destino y de que Vlad Tepes –el personaje en el que se basó el escritor para crear Drácula– nunca llegó a vivir en este lugar, su parecido con el descrito en la novela es tal que se ha ganado el apodo de 'el castillo de Drácula'. Esta fortaleza construida entre 1377 y 1388 alberga unas 60 habitaciones a las que se llega a través de sinuosas y estrechas escaleras y muchas de ellas están conectadas por pasajes subterráneos. De 1920 a 1957 sirvió como residencia real, ya que el pueblo de Brasov se lo regaló a la reina María de Rumanía. En la actualidad es un museo abierto a los turistas.

Los amantes de las emociones fuertes pueden verse las caras con las criaturas de la noche más populares de la mitología rumana, incluyendo fantasmas y hombres lobo en la cuarta planta del edificio donde hay una exposición.

Declarado Patrimonio de la Humanidad, el palacio de Versalles es una de las obras más hermosas del arte francés del siglo XVII. Este antiguo pabellón de caza de Luis XIII –transformado y ampliado por su hijo Luis XIV para traslada a su corte y su gobierno en 1682– fue la residencia de los reyes de Francia hasta la Revolución Francesa (1789). Con 2.300 estancias y 63.154 metros cuadrados, el palacio se transformó en Museo de Historia de Francia en 1837 por iniciativa del rey Luis Felipe. En el siglo XX recuperó, en todo el cuerpo central, su aspecto de residencia real. Destacan, también, sus jardines, un auténtico museo al aire libre compuesto por 220 esculturas y 55 fuentes y estanques.

Esta joya arquitectónica también cuenta con su lado terrorífico. Se dice que en este palacio se puede ver a los fantasmas de María Antonieta y su corte. Al parecer, tras ser guillotinada en la plaza de la Concordia, el espíritu de la reina se trasladó hasta Petit Trianon, un palacio edificado dentro de Versalles que ocupó en vida.

El conjunto arquitectónico de Mafra, formado por un palacio, un convento y una basílica, es el monumento barroco más importante de Portugal. Frederico Ludovice, autor del proyecto, utilizó un lenguaje arquitectónico y decorativo inspirado en los modelos italianos. Habiendo sido residencia de verano de la familia real, el palacio posee varias colecciones de origen portugués, italiano y francés ejecutadas por encargo real, incluyendo pintura y escultura barrocas, adornos e instrumentos litúrgicos y pinturas murales. En la basílica existe un conjunto de seis órganos único en el mundo y dos carrillones de 114 campanas fabricados en Amberes en el siglo XVIII. Por su parte, el convento cuenta en su ala oriental con una magnífica biblioteca con 40.000 volúmenes.

Aquí no se encuentran fantasmas, sino que se dice que en los subterráneos del edificio habitan ratas gigantes, de hasta noventa centímetros de longitud, que se alimentan, según cuenta la leyenda, de carne humana. Dicen que los militares las han estado alimentando a lo largo de los años por temor a que el hambre les haga escapar y salir al exterior.

Desde hace 800 años se encuentra en una pared rocosa de 123 metros la increíble fortaleza de Predjama que está inscrita en el libro Guinness de los Récords por ser el castillo más grande dentro de una cueva. Su actual fisonomía es de 1570 obra de una reconstrucción por parte del barón de von Cobenzl que amplió su tamaño original y que lo mantuvo con un estilo gótico centro-europeo. Bajo este hay una cueva con cuatro pisos de altura que sirvió, antiguamente, como valioso escondite.

Uno de sus habitantes más ilustres fue Erasmo de Predjama, caballero que resistió durante un año el asedio de las tropas del imperio austríaco gracias a que podía salir y entrar sin ser visto a través de la cueva. El ejército tan solo consiguió vencerlo porque un criado lo traicionó. Desde entonces se dice que su fantasma ronda el castillo en busca de venganza.

Construido entre 1767 y 1785 por orden del III duque de Berwick y de Liria, don Jacobo Fitz-James Stuart y Colón, el palacio de Liria es una de las residencias privadas más importantes de Madrid. En la visita a su interior se puede vivir la historia de uno de los más distinguidos linajes de España a través de documentos, cuadros, esculturas, tapices y otras obras allí conservadas. Entre las diferentes estancias que se pueden ver están la biblioteca, el Salón de baile, la sala del Gran Duque, el salón Estuardo o el Italiano. Pero, además de esto hay quienes también se han topado con una presencia sobrenatural. Se dice que por sus pasillos todavía vaga el fantasma de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, quien falleció en el palacio a los 94 años de edad por un ataque de uremia.

La historia del Palacio Vecchio, uno de los principales lugares de interés de Florencia situado en la plaza de la Señoría, se remonta al año 1299. Este edificio se construyó para servir como sede del gobierno de la República de Florencia y luego se convirtió en la sede del Estado bajo la dinastía de los Médici. Diseñada por Arnolfo di Cambio, esta fortaleza representa una forma cúbica, con una alta torre del reloj construida en el lateral. Dentro del edificio destaca el patio de Michelozzo, decorado con hermosos frescos, y la Sala de los Quinientos, una estancia que, con 54 metros de longitud, 22 de anchura y 17 de altura, es la sala más grande de Florencia.

Baldaccio d'Anghiari fue un noble medieval y guerrero que fue traicionado, acusado erróneamente de un complot y asesinado dentro del palacio en 1441. Tras arrojar su cuerpo por la ventana, el cadáver fue decapitado en la plaza de la Señoría y desde entonces su espíritu ronda por las estancias de este edificio esperando que se haga justicia.

El castillo de Muiderslot, situado muy cerca de Ámsterdam, fue construido en 1285. Desde 1878 funciona como museo nacional siendo uno de los primeros de los Países Bajos. Su colección gira en torno a dos épocas: la Edad Media y el siglo XVII. Pero, esta preciosa fortaleza también tiene una truculenta historia detrás. Según cuenta la leyenda, el conde Floris V, quien ordenó la construcción del castillo, fue capturado y encarcelado por sus supuestos amigos en este edificio para posteriormente ser ejecutado. Desde entonces su fantasma vaga por las estancias cual alma en pena.