Las calas más bonitas de Menorca (y entre las más bellas del Mediterráneo)
Un recorrido detallado, con pistas y consejos, por los pequeños arenales del sur de la isla, cerca de Ciudadela
JAVier carrión
Menorca es una isla de grandes contrastes paisajísticos que nos muestra su historia, sus gentes, sus fiestas y su patrimonio arquitectónico, además de sus magníficas calas y playas que hay que disfrutar en verano. Nuestro recorrido arranca en Ciudadela para recorrer el sur menorquín ... con decenas de zonas de baño, siempre con arena finísima y blanca y aguas turquesas y cristalinas, y lugares para admirar las puestas de sol. Por las mañanas, en cambio, tomen nota: conviene madrugar para acceder a las playas de este hermoso litoral mediterráneo al abrigo del viento de la tramontana.
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Cala Blanca, a un paso de Ciudadela
A solo cinco kilómetros de Ciudadela se encuentra Cala Blanca, que toma el nombre de su característico color de arena. Se trata de una cala de reducidas dimensiones, 45 metros de longitud y 140 de anchura, que suele estar muy concurrida por los turistas de los hoteles cercanos y los vecinos de Ciudadela que se pueden plantar en esta playa en diez minutos de viaje en coche. Hay una oferta amplia de bares, restaurantes y terrazas junto al mar desde las que se disfrutan muy buenos atardeceres.
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Macarella, símbolo de la isla
Siguiendo por el litoral sur de Menorca, surge Macarella, una playa paradisíaca que está considerada una de las más hermosas de la isla y símbolo de la lucha por la protección de las playas vírgenes en el entorno de Ciudadela. Se ubica en un lugar tranquilo, con fondo de arena y lados rocosos, y en su entorno se forman dos calas pequeñas, una al norte y otra al este denominada Macarelleta. La espesa vegetación de pinos llega hasta los arenales y a una pequeña zona donde antes vivían las tortugas, todo junto a un barranco que le proporciona una imagen salvaje, de ahí que durante la temporada veraniega el vehículo privado no está permitido para evitar atascos en esta zona natural protegida. Como alternativa se puede alcanzar Macarella desde Cala Galdana, a unos tres kilómetros por la costa, andando por el Camí de Cavalls empleando unos 40 minutos, o tomando un autobús (http://mout.cime.es/portal.aspx) desde Ciudadela, a 14 kilómetros.
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Los miradores de Cala Galdana
A una sola milla de Macarella se halla Cala Galdana o Cala Santa Galdana, denominada 'Guad-al-Ana' durante la dominación musulmana, con un gran hotel que preside esta playa muy urbanizada desde los años 70 junto a un pinar que llega hasta la orilla del mar. Es una playa muy familiar con una amplia oferta de actividades náuticas (alquiler de kayaks y barcas a motor, centro de buceo, excursiones en barco…) y ofrece buenas vistas a partir de sus miradores, desde el río y parte del barranco de Algendar y también desde Sa Punta.
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Mitjana, una piscina natural
Cala Mitjana está a siete kilómetros de Ferreries y se sitúa entre Penyal Alt de s'Anglès y Pont de n'Aleix, y muy cerca de la urbanización Cala Santa Galdana. Es esta cala una de las más apreciadas de la isla por su arena fina y sus aguas limpias y cristalinas y por la inexistencia de edificaciones en sus alrededores. De hecho el acceso con vehículos a Cala Mitjana no está permitido, por lo que resulta recomendable dejar el coche en un aparcamiento público emplazado a unos 20 minutos a pie de la playa. Cala Mitjana se abre al mar en un entrante de 190 metros de anchura que forma otra cala pequeña en su lado oeste, llamada Cala Mitjaneta, más resguardada del viento. Las dos componen una auténtica piscina natural de aguas poco profundas en esta área protegida que se prolonga hasta la Playa de Binigaus, una zona donde puedes admirar murciélagos, ranas, sapos, halcones peregrinos y musarañas.
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Son Bou, la playa más extensa
Junto a la desembocadura del torrente de Son Boter, en la Punta de Atàlix, comienza la playa más extensa de Menorca con más de dos kilómetros y medio de longitud y todo tipo de servicios, incluido uno de los dos campings abiertos en la isla. A Son Bou se le considera también la segunda zona húmeda de Menorca, aprovechada antaño para el cultivo del arroz, y cuenta con una basílica paleocristiana que está catalogada como uno de los edificios religiosos más antiguos de la isla. Sorprende la cercanía al mar de este conjunto y en su interior destaca una pila bautismal formada por un monolito cilíndrico al exterior y en forma de cruz en el interior, que por sus dimensiones parece poco probable que pudiera entrar por la puerta del templo. En la carretera que une Son Bou con Alaior, a siete kilómetros de este largo arenal, hay otro monumento prehistórico, Torre d'en Galmés, el poblado talayótico más grande de Menorca con más de 66.000 metros cuadrados. Durante las excavaciones arqueológicas de 1974 se descubrió en este yacimiento una figura egipcia de bronce del dios Imhotep que puede contemplarse en el Museo de Menorca junto a otros objetos rituales del recinto.
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Cala en Porter, gran puesta de sol
Encajonada entre dos acantilados que evitan la entrada del oleaje, Cala en Porter es otra playa familiar donde también fondean muchos barcos, separados por una barrera de boyas de seguridad para proteger a los bañistas. Está a doce kilómetros de Alaior. De la cala se dice que parten las mejores excursiones en kayak de la isla para explorar varias cuevas marinas, pero curiosamente las más visitada es Cova d'en Xoroi, probablemente el lugar más concurrido de Menorca, una cueva localizada en un acantilado que cuenta con bar, discoteca y varias terrazas y miradores que regalan la más mágica puesta de sol de este destino, siempre ambientada con música 'chill out'. Sus dueños organizan por las noches, en verano, fiestas temáticas.
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Cala Binibeca en San Luis
El tour por estas playas de Menorca puede concluir en el suroeste de la isla dentro del término municipal de San Luis para visitar Binibeca y la cala del mismo nombre. El pueblo destaca por su cuidada arquitectura y el blanco inmaculado de las fachadas de las viviendas que recuerdan a los antiguos pueblos pesqueros. Ya no hay hombres de la mar en sus casas, solo unas doscientas familias y algunos restaurantes en esta laberíntica urbanización. La cala es una playa semiurbana y su chiringuito ha alcanzado cierta fama por sus pescados.
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