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ABC Viajar

Tras la crisis sanitaria del Covid-19, este verano se presenta distinto: con la movilidad reducida y los viajes en avión vistos como una opción de mayor contagio, se prevé que los trayectos en coche y el turismo local a zonas menos concurridas se impongan. Por ello, SEAT ha seleccionado 10 rutas en coche por algunos de los rincones más especiales de Europa. Solo, en pareja, en familia o con amigos, estas rutas garantizan una experiencia inolvidable sobre ruedas siguiendo las normas de distanciamiento social.

1. España: paisaje calizo

Riaño

El Parque Nacional de Los Picos de Europa, entre las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria y Castilla y León, en España, es un punto de interés natural en todo el mundo. Cumbres altas y despuntadas, lagos de agua cristalina y distintas tonalidades de verde son los rasgos distintivos de este paraíso en la Tierra. Proponemos empezar la ruta en Riaño y recorrer la carretera hasta los Lagos de Covadonga, pasando por Soto de Sajambre y Cangas de Onís, para después desplazarse a Potes y así visitar las tres comunidades. Entre sus atracciones más llamativas, los Fiordos Leoneses, el Desfiladero de los Beyos y numerosos miradores. Se trata de un viaje por la naturaleza ideal para hacerlo en familia.

2. Alemania: un camino de ensueño

La Romantische Strasse de Alemania es uno de los lugares más especiales de Europa para visitar y conducir. La riqueza paisajística y los monumentos y castillos medievales de sus pueblos son característicos de esta ruta de 460 kilómetros que va de Füssen, en la frontera sur de Alemania con Austria, hasta Wurzburgo, entre Fráncfort y Núremberg. Todo el camino está señalado con letreros de color marrón, por lo que es difícil perderse para llegar a alguna de las 29 ciudades o pueblos que componen la Romantische Strasse.

3. Portugal: de norte a sur por carretera

Abrantes, uno de los destinos de la Ruta 66

En Portugal se encuentra una de las mayores carreteras del mundo, la Estrada Nacional 2: 738 kilómetros que atraviesan el país de norte a sur pasando por 11 distritos, 8 provincias, 4 cordilleras, 11 ríos y 32 municipios, empezando en Chaves y finalizando en Faro. Por el camino, termas, santuarios, castillos y miradores amenizan una ruta de asfalto gris que muchos renombran como «la Ruta 66 portuguesa». En una carretera como esta, el placer de conducir, el confort y la seguridad no tienen por qué estar reñidos.

4. Reino Unido: de los caballos a la tabla de surf

En Reino Unido, una buena opción de viaje en coche empieza en Horsham, una ciudad mercado al sur de Inglaterra famosa por ser lugar de comercio de caballos en la Edad Media. Una vez visto su castillo, el camino prosigue a través del impresionante Parque Nacional de South Downs hasta Winchester, donde se puede visitar su gran Catedral y la Gran Sala, en las paredes de la cual está colgada una réplica de la mesa redonda del Rey Arturo. Desde allí, la reconocida carretera A303 sigue y pasa por el imponente monumento megalítico de Stonehenge por Devon hasta llegar al pueblo córnico de Newquay. Situado en la punta extremo oeste de Inglaterra, el mar se funde con la tierra y el surf es el deporte por excelencia.

5. Italia: el mar de compañero

Otranto

Por Puglia, el tacón de Italia, discurre una de las carreteras más pintorescas y desconocidas de todo el país, la SP 81, una ruta litoral de 47 kilómetros que va de Otranto a Santa Maria di Leuca por la costa del Mar Adriático. En Otranto se puede ver el Castello Aragonese, la Cattedrale y la Basilica di San Pietro para después continuar por la costa pasando por el faro de Punta Palascia (el punto más al este de Italia), Porto Badisco y sus aguas de color turquesa, los olivos centenarios de Santa Cesarea Terme y la gruta Zinzulusa de Castro. Al llegar a Santa Maria di Leuca, al sur del tacón de Italia, solo queda acercarse a su faro y a la Basilica Santa Maria de Finibus Terrae, donde el mar y el cielo se confunden.

6. Suiza: espíritu rural y acogedor

Berna

El coche es uno de los medios de transporte más cómodos para desplazarse por tierras suizas, ya que permite pararse a admirar sus bucólicos paisajes en todo momento. Partiendo de la capital, Berna, después de visitar su casco histórico rodeado de las aguas del río Aar, se puede llegar al verde valle de Grindelwald, un paisaje alpino con numerosos senderos y miradores. De aquí, pasando por Interlaken, una comuna que debe su nombre a los dos lagos que la rodean, llegamos a Lucerna, donde se encuentra el Spreuerbrücke, un centenario puente de madera, el Monumento al León, tallado en mármol, y el entretenido Museo del Transporte. Finalmente, la ruta acaba en la pequeña localidad de Stein am Rhein y su apariencia medieval, pasadas las cataratas del Rin.

7. Francia: maravillas de agua y arena

Gorges-du-Tarn-Causse

En la Occitania francesa, la ruta discurre entre la región de Lozère y l’Aveyron. Saliendo de la localidad de Ispagnac y su puente del siglo XIV, llegamos al pueblo medieval de Gorges-du-Tarn-Causses, una mezcla de naturaleza e historia, para después desplazarnos hasta La Malène y la espectacular carretera zigzagueante y empinada desde la cual se puede observar el valle del río Tarn. Massegros-Causses-Gorges y Le Rozier son puntos perfectos para remojarse en sus gargantas. Finalmente, en el viaducto de Millau se puede disfrutar de un atardecer inigualable.

8. Croacia: Patrimonio de la Humanidad

Varazdin

Empezando en Varazdin, también conocida como la «pequeña Viena» por sus edificios barrocos y rococós, nos deplazamos en coche hasta la capital, Zagreb, una combinación de tradición y modernidad. Continuando hacia el sur se levanta el Parque Nacional de Plitvice, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con sus 16 lagos unidos por cascadas. Finalmente, la ruta acaba en Sibenik, la ciudad de las fortalezas, con calles laberínticas y dos atracciones principales: la Catedral de Santiago y el Fuerte de San Nicolás, ambas también declaradas Patrimonio de la Humanidad.

9. Rumanía: curvas, verde y adrenalina

Sibiu

La carretera de Transfăgărășan (DN7C), en Rumanía, aparte de un nombre impronunciable tiene 90 kilómetros de curvas y en algunos tramos supera los 2.000 metros de altitud. El verano es el mejor momento para recorrerla, puesto que hasta mediados de junio puede presentar nieve en el pavimento. Partiendo de la ciudad de Sibiu, un referente cultural con hasta 12 museos, la carretera pasa por la cascada y el lago Balea en forma de asfalto zigzagueante y desnivelado. Unos kilómetros más al sur se encuentra el lago Vidraru y el Castillo de Poineari, que perteneció al verdadero Vlad Tepes (en quien se basa el personaje de Drácula de Bram Stoker) y al final de la ruta llegamos a Curtea de Arges, una de las ciudades más antiguas del país, con un monasterio de forma peculiar y entorno ajardinado.

10. Noruega: el camino de los Trolls

La ruta deTrollstigen «el camino de los Trolls», es una carretera de 106 kilómetros que atraviesa el oeste de Noruega pasando por pendientes pronunciadas, laderas escarpadas, cascadas y valles verdes. Por las complicadas condiciones meteorológicas de la región, solo se puede circular por ella en los meses de verano. Con 18 curvas de 180º, se adentra en los fiordos noruegos y cuenta con un mirador en su punto más alto.

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