Seis trucos para preparar una auténtica hamburguesa americana

La carne es la parte más importante de la hamburguesa perfecta. por lo que hay que acudir a un carnicero de confianza y pedirle materia prima de primera calidad. Tan importante como la calidad de la carne es su corte, ya que «una buena picada potencia el sabor al tiempo que se consigue una melosidad agradable en boca».

La barbacoa es el mejor sitio donde cocinar la carne frente a las «sartenes para “freír”, ya que siempre se logra un mejor resultado a la parrilla». Si no tenemos, se puede usar una sartén con base dentada que preserva mejor el sabor de la carne.

El universo de panecillos para hamburguesa es casi infinito y los hay para todos los gustos, desde integrales, con semillas de sésamo o amapola, foccacia acompañada de romero y aceite o hasta de cereales, pero lo fundamental que destacan desde «New York Burger» es que el pan tenga «una miga blanda que se empape del jugo de los ingredientes y que permita que éstos se entremezclen».

«Frescor y dulzor» son las máximas que buscan al añadir vegetales a una buena hamburguesa. Los básicos han sido siempre el tomate y la cebolla y ésta en todas sus modalidades, tanto la plancha, cruda, caramelizada, morada o chalota… Aunque hay otras opciones más exóticas como el aguacate, en formato guacamole, o de una salsa casera de arándanos o frutos rojos, que «combinan muy bien con quesos con cuerpo».

Aunque en España no está tan extendido, el queso americano es el ideal para una buena hamburguesa porque «incluir una rebanada de queso americano genera untuosidad». Pero con la gran oferta que existe en el mercado cualquier combinación es válida. Desde un queso más fuerte como el azul o parmesano hasta uno más suave como philadelphia o mozzarella, son algunas de las sugerencias que nos ofrecen.

Las «salsas deben acompañar, pero sin eclipsar», es la máxima que nos ofrecen desde «New York Burger». El kétchup, la mayonesa, la barbacoa o la mostaza ayudan a potenciar el sabor de los ingredientes. No obstante, «hay que agregarlos de forma racional, ya que un uso excesivo de la salsa puede homogeneizar todos los sabores y perder la esencia de la receta».