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Bardenas Reales

Un desierto de cine en España para huir de los problemas del mundo

Cómo organizar una próxima escapada a las Bardenas Reales, en Navarra, un paisaje bello por su crudeza y escasa vegetación

Castildetierra, la imágen más conocida de las Bardenas Reales PILAR ARCOS

Fernando Pastrano

Acabamos de estar en las frondosas huertas que hay pegadas al río Ebro a su paso por Tudela y a menos de 20 km., en Arguedas, el paisaje ha dado un vuelco. Entramos en el Parque Natural de las Bardenas Reales y parece que lo hagamos en un decorado intemporal que puede servir (y de hecho ha servido) para el rodaje de películas del Oeste o de ciencia ficción en algún planeta deshabitado, también para muchos anuncios.

La Comunidad Foral de Navarra tiene tres regiones bien diferenciadas, la montañosa (Pirineos) al norte, la de ambiente atlántico (aunque no tenga costa marina), y la de clima mediterráneo, al sur , en la que predomina la llanura que se extiende desde las verdes huertas y los viñedos a las zonas desérticas de impresionante color ocre. Pues estamos en esta última. El Parque Natural de las Bardenas Reales (ojo, pronunciar Bardenas con acento en la «e», que si no se enfadan los navarros).

Pegados a la linde de la provincia de Zaragoza, en esa berruguita que le sale al mapa navarro por el sur, nos rodea un paisaje especialmente bello por su crudeza y escasa vegetación. Suelos arcillosos con yesos, gravas y areniscas. Barrancos horadados por las aguas que caen pocas veces pero que cuando lo hacen se desbocan a través de un suelo impermeable. Mesetas áridas y cerros solitarios que por aquí llaman cabezos. Ayer fue uno de esos días de lluvia y hoy hay charcos. A simple vista podríamos creer que aquí no existe la vida ni los virus, pero agudizando la mirada encontramos algunas orquídeas (sí orquídeas) minúsculas pero bellísimas (el guía nos dice que son de la especie Ophrys speculum) y unos caracoles blanquecinos (Iberus alonensis) que en tiempos fueron de gran aprovechamiento culinario y hoy están protegidos por su escasez.

Por aquí han pasado desde siempre los pastores en época de trashumancia de ovejas . En 1999 las Bardenas fueron declaradas Parque Natural y un año después Reserva de la Biosfera.

Teniendo en cuenta su paisaje, las Bardenas presentan también tres zonas bien diferenciadas, El Plano, la Bardena Blanca y la Bardena Negra . La primera es la más septentrional, plana y utilizada para cereales (trigo y cebada) en barbecho, es decir, un año se cultiva y el otro se descansa. Es quizá la zona menos atractiva para el turista.

La Bardena Blanca erosionada por la lluvia PILAR ARCOS

La Bardena Blanca está en el centro y es la más árida. Se llama así por las sales existentes en la superficie. Parajes bastante llanos fuertemente horadados en profundos barrancos. Aquí está la Pisquerra (o Piskerra), tierra que fue refugio de bandoleros , especialmente Sancho Rota (siglo XV), apodado Sanchicorrota. Dicen las crónicas que «era muy cortés con los que robaba», es decir con los ricos, pues actuaba como un Robin Hood tomando el dinero de los acaudalados para dárselo a los menesterosos.

Y aquí está Castildetierra , una curiosa formación caliza con forma de embudo invertido o chimenea que se ha convertido en el icono de todo el parque. En su punta superior luce un sombrerete de piedra arenisca, más duro, que han esculpido la erosión pluvial y los fuertes vientos del Cierzo . Sin embargo de año en año Castildetierra va cambiando su fisonomía, va menguando, y dicen los expertos que en poco tiempo (no más de dos décadas) acabará por derrumbarse. Así que todavía estamos a tiempo de ser testigos de su grandeza.

Los paseos no tienen ninguna dificultad en la Bardena Negra PILAR ARCOS

Al sur vuelve a cambiar el paisaje, la Bardena Negra tiene mucha más vegetación, especialmente de oscuros pinos carrascos, de ahí su nombre.

Si tuviera que elegir una zona me quedaría con la Blanca.

Nuestro guía de la Compañía de Guías de las Bardenas [http://turismobardenas.com/] nos lleva en todoterreno y a pie por vericuetos que solo conocen los expertos, pero accesibles para todo tipo de personas. Desde lo alto de un otero no es difícil ver el majestuoso vuelo de los buitres leonados, incluso del alimoche. El silencio es total, casi extraterrestre, solo el viento nos susurra al oído. En medio de esa ensoñación nos sobrecoge un fuerte estampido . Es uno de los cazas Eurofighters que día sí y día también hacen prácticas (a veces con fuego real) en el Polígono de Tiro que hay entre la Barcena Blanca y la Negra.

Ya es hora de regresar a Tudela, no sin antes pasar por , un food truck (camión de comida) situado en un extremo del parque. Allí Carlos y Silvana han conseguido crear un ambiente relajado y amable (buen rollo) en el que se puede tomar una cerveza artesanal Ipa Santa Ana con alguna tapa casera. Y encima tienen Wifi gratis.

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