Estos son los 15 destinos turísticos más siniestros del mundo

John Lennon y Malcolm Foley, investigadores de la Universidad Caledoniana de Glasgow en Escocia, acuñaron el término 'turismo oscuro' en 1996. Lennon dijo que está en la naturaleza humana fascinarse por sitios siniestros.

Netflix incluso lanzó una serie documental sobre el tema en 2018, 'Dark Tourist', pero a pesar de su popularidad, el turismo oscuro es controvertido. Muchos defensores destacan la importancia histórica de estos destinos, mientras que otros ven la tendencia como poco ética, particularmente cuando se vincula con la cultura de las selfis y la búsqueda de emociones.

Antes de la invasión rusa de Ucrania, la planta nuclear de Chernóbil, lugar del peor desastre nuclear del mundo, y la zona de exclusión circundante era uno de los destinos turísticos oscuros más populares del mundo.

Treinta personas murieron después de que uno de los cuatro reactores de la planta de energía explotara en 1986: dos en la noche del accidente y 28 por envenenamiento por radiación aguda en las semanas siguientes, aunque el número final de muertos puede ser mucho mayor, según algunas estimaciones. La explosión liberó materiales radiactivos al medio ambiente, y se registraron mayores niveles de radiación en lugares tan lejanos como Suecia y Reino Unido. En 2019, 124.423 personas visitaron Chernóbil, probablemente influidas por la exitosa serie de HBO del mismo nombre. Los visitantes pudieron realizar una visita guiada a Pripyat, donde se vivían los trabajadores de la planta y que se había convertido en un pueblo fantasma.

Uno de los seis lugares que inmortalizan el genocidio de Ruanda, el Murambi Genocide Memorial alberga los restos de 50.000 miembros de la comunidad tutsi que fueron masacrados allí durante la Guerra Civil de Ruanda. El grupo se refugiaba en una escuela técnica en construcción cuando fue invadida el 21 de abril de 1994.

Inaugurado un año después de la masacre, el museo exhibe los cuerpos parcialmente descompuestos de 800 víctimas, que fueron exhumadas, momificadas en cal y expuestas, incluidos bebés y niños.

Cuando Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, 80.000 personas murieron instantáneamente y el 70% de los edificios de la ciudad quedaron destruidos. Miles más sucumbieron a lesiones y envenenamiento por radiación en las semanas siguientes.

El Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima se concibió cuatro años después, cuando la ciudad había comenzado a recuperarse, y exhibe el caparazón de la Cúpula de la Bomba Atómica (anteriormente Sala de Exhibición de Productos) y una Pagoda de la Paz. El sitio tiene más de un millón de visitantes al año y sirve como un monumento a las víctimas y un recordatorio de los efectos devastadores de la guerra nuclear.

El museo y monumento del 11-S rinde homenaje a las víctimas de los ataques de 1993 y 2001 a las Torres Gemelas. Ubicado en el antiguo lugar ocupado por el World Trade Center, el museo utiliza artefactos, imágenes y vídeos auténticos para contar la historia de los ataques, así como para compartir historias personales de pérdida y recuperación de las familias de las víctimas y los sobrevivientes.

Más de 10 millones de personas han visitado el museo desde que abrió en 2014, pero los turistas acudieron en masa al sitio mucho antes de que se estableciera el monumento; en los años posteriores a los ataques, se estima que siete de cada 10 turistas en la ciudad de Nueva York visitaron las ruinas del complejo.

Uno de los campos de exterminio más grandes de la historia, más de un millón de personas murieron en Auschwitz entre 1940 y 1945. Alrededor de 960.000 de esas personas eran judías, mientras que otras víctimas fueron hechas prisioneras por orientación sexual, creencias políticas, religión o etnia. Unos 155 edificios y 300 ruinas todavía están en pie en el sitio cerca de Oświęcim, Polonia, con dos de los tres campos, Auschwitz I y Auschwitz II-Birkenau, abiertos a los visitantes. La guía de visitantes del antiguo campo de concentración recomienda un guía turístico y se pide a los turistas que se comporten con «la debida solemnidad y respeto».

El Memorial Choeung Ek en Camboya contiene las fosas comunes de las víctimas del régimen de los Jemeres Rojos. Ubicado a 10 kilómetros de la capital, Phnom Penh, Choeung Ek fue solo uno de los muchos campos de exterminio creados durante el genocidio de Camboya.

Entre 1975 y 1979, 17.000 civiles fueron asesinados en el sitio, con 8.985 de los cuerpos exhumados en 1980. Una contrucción budista de vidrio de 17 pisos alberga 8.000 cráneos, y aunque 43 de las 129 tumbas permanecen intactas actualmente, fragmentos de huesos humanos y ropa pueden verse dispersos por los cementerios.

Placas informativas colocadas por todo el sitio explican el viaje que habrían realizado las víctimas durante sus últimos días, así como descripciones detalladas de lo que se descubrió en las distintas fosas funerarias.

Pompeya no solo es un importante destino de turismo oscuro, sino uno de los puntos culturales más populares de Italia, con casi 4 millones visitantes en 2019. Pompeya, que alguna vez fue una próspera ciudad romana, quedó sumergida bajo metros ceniza volcánica cuando el Monte Vesubio entró en erupción en el 79 d.C. Aproximadamente 2.000 ciudadanos murieron en el desastre, pero los millones de toneladas de cenizas preservaron muchos de los edificios y obras de arte de la ciudad, junto con la forma de los cuerpos de las víctimas. Aunque a un turista le tomaría tres días explorar completamente el sitio, los lugares de interés clave incluyen el Anfiteatro, el Foro y la Villa de los Misterios.

La conocida prisión federal de máxima seguridad situada en San Francisco fue el hogar durante sus 29 años de todos, de reos tan famosos como Al Capone, y muchas de sus celdas permanecen tal como estaban cuando la prisión estaba abierta, ofreciendo un vistazo de las dificultades que tuvieron que soportar sus inquilinos. Muchos dijeron que lo peor de estar encarcelado allí era poder ver el continente y la gente haciendo su vida cotidiana, algo que muchos de los presos nunca volverían a hacer nunca.

Las catacumbas son una de las atracciones más espeluznantes de la capital francesa, hogar de los huesos de aproximadamente seis millones de personas y más profundas que el metro y los sistemas de alcantarillado de la ciudad. Se crearon para albergar lo restos que provenían de cementerios desbordados en el siglo XVIII.

No conviene desviarse de la ruta turística: en el verano de 2017, dos adolescentes se perdieron en la red cavernosa durante tres días.

Esta hermosa isla tiene un inquietante pasado: una vez fue una zona de cuarentena para los enfermos de peste a fines del siglo XVIII. Más tarde, en la década de 1920, se convirtió en un asilo para enfermos mentales.

Supuestamente, la isla está encantada por los espíritus de los pacientes del hospital psiquiátrico. La leyenda dice que un médico, atormentado por visiones de los pacientes a los que había torturado, se arrojó desde el campanario.

En 2014 estuvo a punto de convertirse en un hotel de lujo, pero el acuerdo fracasó y sigue siendo un macabro recordatorio de su terrible pasado.

Un cráter en lo profundo del desierto de Turkmenistán que ha estado ardiendo durante los últimos 40 años. Oficialmente llamado Darvaza Crater, este increíble lugar también recibe el sobrenombre de 'Puerta del infierno'.

No hay un registro concreto de lo que sucedió exactamente, lo que hace que la caverna de fuego sea aún más intrigante. Se dice que se formó en 1971, cuando los geólogos soviéticos que buscaban petróleo se dieron cuenta de que habían tropezado con una caverna de gas natural. Le prendieron fuego para evitar la propagación del gas metano.

Ahora es una vista increíble, en un desierto, y una verdadera atracción turística, incluso si Turkmenistán no es el lugar más fácil para viajar, debido a las estrictas políticas.

La Isla de las Muñecas es la creación increíblemente morbosa de un hombre llamado Julián Santana, que vivió como ermitaño en una isla durante unos 50 años hasta su muerte en 2001.

Durante su tiempo allí, acumuló una colección impresionantemente espantosa de muñecas rotas y desmembradas y las colgó en las ramas de los árboles alrededor de la isla, donde cuelgan hasta el día de hoy, como sacrificios.

Parece cruel e inquietante, pero la historia de fondo es sorprendentemente dulce. Aunque existen varias versiones de la leyenda, todas convergen en la idea de que don Julián dedicó las muñecas al espíritu de una niña que se había ahogado en el canal para que pudiera jugar con ellas.

Si se comunicó con el espíritu o si la niña ahogada realmente existió, son todos puntos de discusión. Pero don Julián solo quería darle a su amiga fantasmal algunos juguetes.

La isla deshabitada se encuentra a 29 kilómetros de la Ciudad de México, México, en el lago Teshuilo, cerca de los canales de Xochimilco.

La gente ha estado colocando cruces en esta colina en el norte de Lituania desde el siglo XIV. A lo largo del período medieval, las cruces expresaron un deseo de independencia lituana. Luego, después de un levantamiento campesino en 1831, los lugareños comenzaron a agregar más cruces al sitio en memoria de los rebeldes muertos.

La colina se convirtió nuevamente en un lugar de desafío durante la ocupación soviética de 1944 a 1991. La colina y las cruces fueron demolidas por los soviéticos tres veces, pero los habitantes de la zona siguieron reconstruyéndolas. Ahora hay más de 100.000 cruces amontonadas allí.

Si quieres visitar a los muertos en Sagada, tendrás que mirar hacia arriba, en lugar de dos metros bajo tierra. La gente de esta región es conocida por enterrar a sus muertos en ataúdes unidos a los lados de los acantilados. La tradición se remonta a miles de años: talla tu propio ataúd, muere y sé izado junto a tus antepasados. Muchos de los ataúdes junto al acantilado tienen cientos de años y todos son diferentes, ya que fueron hechos especialmente por la persona que ahora descansa dentro de ellos.

El increíble Osario de Sedlec es una pequeña capilla ubicada debajo de la Iglesia del Cementerio de Todos los Santos, conocida mundialmente por su decoración macabra. A principios del siglo XIII, un abad del Monasterio de Sedlec trajo tierra sagrada de Jerusalén y la esparció por el cementerio de la iglesia, y de repente todos querían ser enterrados en ese suelo. Sin embargo, la superpoblación comenzó y los cuerpos antiguos tuvieron que ser desenterrados para dejar espacio a los cadáveres nuevos. A un tallador de madera checo local llamado František Rint se le asignó la abrumadora tarea de organizar la colección de más de 40.000 restos humanos de una manera visualmente impresionante, y claramente la cumplió. Las estructuras óseas incluyen cuatro candelabros, un escudo familiar y varias hileras de huesos que caen en cascada desde el techo. La exhibición más impresionante es probablemente el enorme candelabro de la iglesia, que contiene casi todos los huesos que se encuentran en el cuerpo humano.