Hoteles con vistas a la Alhambra de Granada: estos son sus precios
El Parador de San Francisco, el Áurea Washington Irving o el alojamiento Casa Juan Ranas son tres magníficas opciones para alojarse y disfrutar de uinas vistas geniales
Estos son los mejores hoteles de Granada de 2024, según Tripadvisor
Vistas inmejorables desde el alojamiento La Casa Juan Ranas
Una cosa debe quedar bien clara nada más empezar: hay muchos hoteles de Granada que se anuncian como establecimientos con vistas a la Alhambra y no las tienen. En guías y páginas web también se hacen afirmaciones de este tipo, que luego ... dan lugar a una decepción, la lógica de quien paga por una habitación pensando que desde allí podría ver una estampa inolvidable y luego se encuentra con algo muy distinto. Así que ojo con eso.
El repaso a los hoteles que sí tienen vistas a la Alhambra debe empezar forzosamente en uno que no puede dejar de tenerlas, porque está dentro del recinto monumental. Se trata del Parador de San Francisco, que este año cumple 80 años de vida aunque su historia es mucho más antigua, y también bastante interesante.
Porque ocupa una superficie en la que, nada más conquistar Granada los Reyes Católicos, se mandó construir un convento, el de San Francisco. Es decir, que está ahí desde finales del siglo XV. Ejerció esa función hasta finales del XIX, después fue un cuartel, no se cuidó nada, amenazaba con convertirse en una ruina y la idea de convertirlo en un parador lo salvó de una muerte segura.
En las tareas de construcción del actual hotel, además, se encontraron restos aún más antiguos. En concreto los de un hammam (baño árabe) de la época nazarí. Hoy no se utiliza, pero hay otros muchos lujos porque es un hotel de auténtica categoría. Allí no llegan coches, así que el silencio está casi garantizado. Tanto las habitaciones como las salas comunes son confortables y el trato es exquisito.
La noche de estancia puede costar desde los 120 hasta los 400 euros, aunque, como todos los paradores, ofrece una serie de ventajas y descuentos a quienes pertenecen al club Amigos de Paradores. Ah, sería difícil de perdonar no aprovechar la circunstancia para comer, porque su restaurante está a la altura de todo lo demás.
El Generalife, dentro del conjunto monumental, desde los jardines del parador
El Washington Irving, perteneciente a la cadena Áurea, es un cinco estrellas reformado hace pocos años que está a muy pocos metros de la entrada principal al recinto de la Alhambra, así que también tiene vistas aseguradas. Dispone de sesenta habitaciones con todas las comodidades, algo que también está garantizado en los salones y en el restaurante, especializado en gastronomía de la zona.
Los precios varían en función de los días –los domingos son más baratos, por ejemplo- y de la temporada, aunque eso último está cambiando: antes, en Granada, el verano traía pocas visitas por aquello del calor, pero el auge del turismo tiende a estandarizarlo todo. En cualquier caso, las habitaciones más asequibles al bolsillo pueden conseguirse a un precio entre los 80 y los 100 euros. Reservar para pasar el fin de año, por ejemplo, cuesta casi 300.
Un trozo de la Alhambra visible desde una habitación del Washington Irving
La Casa Juan Ranas siempre ha sido un referente gastronómico de Granada, un lugar donde se sirve una comida maravillosa, fuertemente influida por el producto local, y que tiene como ventaja añadida unas vistas inmejorables. Está situado justo debajo del famoso mirador de San Nicolás, así que la Alhambra está justo enfrente, con el Generalife un poco más arriba y, a la izquierda, Sierra Nevada.
Si alguien lo ha vivido, que lo cuente, porque es un auténtico privilegio: en verano, cuando el sol acaba de marcharse, los comensales están recién sentados en la mesa, se encienden las luces del local y entonces la sensación es como si les estuvieran iluminando la Alhambra únicamente para ellos. Un momento fascinante que hace que la experiencia gastronómica sea aún más completa.
Un lujo con sólo cuatro habitaciones
Pero Casa Juan Ranas decidió hace pocos años dar un salto y transformarse en un pequeño cobijo con encanto, con muchísimo encanto. Se define como «alojamiento exclusivo», sólo admite adultos y consta de cuatro habitaciones personalizadas –en la línea de hotel boutique- con nombres sugerentes y evocadoras: El Bañuelo, El Torno, El Cielo y Los Arcos.
Lo tienen todo, huelga decirlo. Entre otras ventajas, que se pueda gestionar un aparcamiento –obviamente en otra zona, porque esa parte del Albaicín es sólo para residentes- o conseguir entradas para visitar monumentos o ver espectáculos de todo tipo. El desayuno está incluido y se disfruta en ese salón antes descrito, el de las cenas y las comidas incomparables.
Los precios, ahí, no son ya tan ajustados. Como se suele decir, hay que pagar el sitio, las vistas, la tranquilidad, el embrujo del lugar… así que las habitaciones oscilan entre los 629 y los 702 euros, por regla general. Como sólo son cuatro, si se quieren reservar conviene darse prisa, porque el turismo de lujo tiene mucha demanda y vuelan.
Ver comentarios