VIAJAR HUELVA
El fandango: La ruta del 'quejío' más profundo del Andévalo
Las comarcas del interior de la provincia de Huelva guardan como un tesoro cultural único su fandango y un amplio atractivo paisajístico para los visitantes
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A. Barea
Huelva
«Alosno, calle Real del Alosno/ con sus esquinas de acero/ es la calle más bonita/ que rondan los alosneros/ calle Real del Alosno»… El fandango con su quejío, su profundidad y el sentimiento roto de sus voces es el cante del corazón de ... Huelva. Una forma musical genuina que tiene su origen en el interior minero y andevaleño onubense. Seguir sus pasos es hacerlo por las comarcas más desconocidas pero a la vez con más atractivo por descubrir de la zona.
El fandango de Huelva es el cante del Andévalo y la Sierra onubense. Tiene su capital en Alosno, a la que cantaron entre otros Camarón con Paco de Lucía a la guitarra. Estudios recientes hablan de 32 estilos de fandangos de Huelva repartidos en nueve localidades: Almonaster la Real, Alosno, Cabezas Rubias, Calañas, Encinasola, El Cerro de Andévalo, Huelva, Santa Bárbara de Casas, Valverde del Camino. Además, hay autores que citan los Fandangos de Cumbres Mayores, Paymogo, Puebla de Guzmán, Villanueva, Cortegana y El Almendro. Por lo tanto si bien está extendido hasta la Sierra es en el Andévalo minero donde tiene su mayor presencia.
Alosno como capital mundial del fandango debería ser el final de nuestro camino. Una ruta que siga el camino del fandango nos permitiría recorrer la mayor parte del oeste onubense. Podemos trazar una línea recta siguiendo la carretera nacional 435 desde Valverde del Camino pasando por Zalamea para terminar en Encinasola y tendríamos el límite oriental de nuestra ruta. Esta comarca presenta una variedad paisajística sorprendente: la dehesa de encinas y alcornoques, zonas deforestadas y las minas a cielo raso, veteadas de tonalidades ocres, naranjas, amarillas y negras que escenifican un impresionante museo natural de la arqueología minera. Pasaremos por las puertas de Riotinto y su parque minero, que si bien siempre se ha dejado fuera del territorio del fandango su impronta en un cante con ligado a la mina es indudable.
El cante acompaña a la celebración
Esta es una tierra de fronteras, un cruce de culturas y civilizaciones desde la más remota antigüedad, de las que son testimonio los monumentos funerarios que jalonan la comarca. Un buen momento del año para recorrer la ruta del fandango es hacerlo en primavera, cuando la dehesa muestra todo su esplendor vegetal y en los pueblos de la zona sus habitantes se vuelcan con sus romerías. Hay verdaderas joyas culturales esperando al visitante. El Cerro de Andévalo tiene en San Benito la más antigua de Andalucía, con sus típicos trajes de jamugueras es un espectáculo visual único. Puebla de Guzmán ofrece la imponente virgen de la Peña con sus gabachos y gabachos así como su danza de espadas. También bailan con sus metales al viento en Piedras Alba en El Almendro Villanueva de los Castillejos. En todas ellas el cante acompaña a la celebración y éste es fundamentalmente fandango. Las espadas también forman parte del ritual en San Antonio de Padua de Alosno.
El patrimonio monumental de estos municipios es importantes. Los restos de su pasado minero son visitables. Las rutas para hacer senderismo abundan con recorridos tan destacados como el de los Molinos en el entorno de Calañas y Sotiel Coronada. Hay alternativas para todas las edades y condición física, con la garantía que ofrecerán los contrastes de colores por las riberas que cruzan el terreno y los restos del imponente pasado minero del territorio. Es una buena forma de recorrer el Andévalo.
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Y tras la caminata es obligatorio reponer fuerzas. En la gastronomía el producto más emblemático de la comarca es el jamón de pata negra, sin olvidar las carnes de caza, como jabalíes, perdices y conejos, así como los gurumelos, deliciosas setas que crecen en la comarca en temporada.
Hemos dejado para el final Alosno precisamente por todo ello. No hay mejor lugar para coronar nuestro descubrimiento del Andévalo que en la localidad del rey del fandango. Las calles alosneras suenan a Paco Toronjo y su voz inigualable. Allí no hay mejor mesa para rematar nuestra excursión que la del Cerrojo Tapas. Toda una institución gastronómica. A disfrutar de la buena cocina y el mejor cante.
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