Descubriendo la Sierra de Aracena: Valdelarco, el bello rincón de las solanas
A la entrada de un hermoso valle rodeado de montañas se encuentra este pequeño pueblo de la serranía onubense, que por su situación y atractivo paisajístico está incluido dentro de las rutas más visitadas por los amantes del senderismo y turismo rural
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J. M. Brazo Mena
Huelva
En pleno corazón del parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, a la entrada de un hermoso valle rodeado de montañas se encuentra Valdelarco, pequeño pueblo onubense que por su situación y atractivo paisajístico está incluido dentro de las rutas ... más visitadas por los amantes del senderismo y turismo rural, ya que cualquiera de los caminos de su entorno puede proporcionar al viajero momentos de quietud y serena belleza.
Después de cruzar la aldea de Navahermosa (Galaroza), y dejar atrás el área recreativa del Talenque, la carretera se adentra tortuosamente en una masa de pinos, chopos y castaños, para terminar en el fondo de un valle en el que Valdelarco aparece casi oculto, recostado entre el verdor de la sierra. Al pueblo se puede acceder por la carretera HU-8117, que conduce a la parte alta, o por la HU-8116, que lleva al barrio bajo, a través de la calle Bomba.
El conjunto urbano, está considerado conjunto histórico-artístico de indudable interés, que conserva hasta nuestros días un magnífico estado de pureza serrana. El caserío muestra una serie de calles estrechas y empinadas que se organizan escalonadamente en la ladera, con un entramado de casas encaladas en cuya planta alta destacan las características solanas, especies de terrazas cubiertas, muchas de ellas del siglo XVIII.
Galerías porticadas para secar los productos agrícolas
Como la función de estas galerías porticadas o corredores era servir de secadero para los productos del campo, la mayoría de ellas se encuentran orientadas hacia el sur, pudiéndose contemplar desde la plaza baja del pueblo, una arquitectura irregular que desciende suavemente hasta el valle y se abre en forma de semicírculo, con balconadas y miradores que parecen asomados a las huertas y a los manantiales que las riegan.
En medio de la ladera sobresale la parroquia del Divino Salvador, fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII por Pedro de Silva, maestro de obras del Arzobispado de Sevilla que mandó levantar el templo después de que el anterior quedara arruinado por un terremoto. Cerca de la iglesia y delante del nuevo Ayuntamiento se encuentra el monumento dedicado al colmenero, oficio que tuvo relevancia en épocas pasadas y que dio lugar al gentilicio popular de los valdelarquinos.
Aunque el conjunto homogéneo del caserío y su integración con el entorno natural es el principal legado y lo que adquiere valor en Valdelarco, existen algunas edificaciones de interés como el antiguo molino de agua de la calle Estrados, por donde discurría el cauce de un arroyo, en la actualidad entubado, o la casa corredor junto a la iglesia, haciendo esquina en la calle Atocha. Todo el casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1983.
Privilegiados miradores naturales
El magnífico emplazamiento del Valdelarco facilita que el municipio posea de amplias posibilidades para disfrutar de la naturaleza. Para acceder a los miradores privilegiados de la sierra, el viajero puede dirigirse hacia el este por el camino del Regajuelo, donde se encuentra el Risco de la Fuente de la Manzana, a unos dos kilómetros , presidiendo la puerta natural del valle que da nombre a la localidad.
Otro de los balcones privilegiados que cuenta con un atractivo plegamiento de pizarras es el Puerto Lanchar, localizado hacia el norte, donde los romanos explotaron algunas minas, hoy cegadas. El acceso se establece en vehículo por una pista situada a 800 metros de la población, mientras que a pie el trayecto se puede realizar por el camino de herradura de Hinojales. El paraje alberga una ermita en honor del Divino Salvador y un área recreativa.
Fuente de las Alberquillas
Una de las riquezas naturales del pueblo es la abundancia de agua, por lo que no hay que dejar de visitar la Fuente de las Alberquillas, en el camino de Navahermosa. El entorno lo componen un conjunto de albercas que se alimentan de un manantial natural de agua fresquísima y donde, en épocas de sequía, lo lugareños hacen cola para llenar sus garrafas. Son conocidas también las lievas, pequeños canales de agua que se utilizan para regar las huertas.
En el camino de las Alberquillas, los senderistas pueden disfrutar de un bonito recorrido con alto valor ecológico y paisajístico, que discurre entre huertas, manzanos y nogales, hasta llegar al barranco de Navahermosa, donde se puede contemplar el típico bosque galería, para continuar atravesando arboledas centenarias de alcornoques, encinas y castaños y concluir en el frondoso espacio de las casas del Talenque.
Esta ruta, recomendable para el excursionista en cualquier época del año, puede continuarse por un camino señalizado (GR 42.1) hasta Galaroza y Jabugo, en total seis kilómetros de recorrido por un terreno bastante quebrado, hasta llegar el polideportivo jabugueño. Otros senderos conducen hacia La Nava (PR A-39), o a Cortelazor, de igual distancia, con salida de la calle Doctor Adame y llegada a la carretera, junto a la calle Rosas.
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En el acceso principal de Valdelarco, los amantes de la ornitología pueden contemplar colonias de abejarucos que han ido horadando los taludes que flanquean la carretera para formar sus nidos en el fondo de largos túneles. Cuando llega la primavera, se puede disfrutar en los alrededores de la población con la presencia de estas aves migratorias africanas de vuelo alegre y colores vistosos.
Gastronomía colmenera
Además de la excelente calidad de la chacina y demás productos derivados del cerdo ibérico, entre otros el jamón de bellota, el viajero podrá disfrutar en este pequeño enclave serrano de la renombrada exquisitez de sus quesos de cabra, así como de la miel procedente de sus colmenas; de las setas de temporada y de los dulces caseros, como piñonates, meloja con calabaza, perrunillas y tortas de chicharrones, sin olvidar uno de los postres más sabrosos, como los huevos nevados.
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