El claustro más antiguo de Andalucía está escondido en un conocido pueblo de Huelva

El Monasterio de Santa Clara fue fundado en 1337 por Alonso Jofre Tenorio, Almirante Mayor de Castilla, y su esposa Elvira Álvarez. Este emblemático edificio, que se extiende por aproximadamente 10,000 metros cuadrados, se construyó para albergar a monjas Franciscanas Clarisas, convirtiéndose rápidamente en un centro vital de la vida social, económica y religiosa de la comarca. Su influencia perduró durante siglos, y sus patronos, la familia Portocarrero, jugaron un papel fundamental en su desarrollo y mantenimiento.

La ubicación del monasterio, en una zona conocida como 'Campo de Santa Clara', fue estratégica. A medida que la villa crecía, el convento se integró en el paisaje urbano, reflejando las tendencias arquitectónicas que emergían a finales del siglo XV y el auge demográfico de la región. Este monasterio no solo fue un lugar de retiro espiritual, sino también un foco de expansión que inspiró la fundación de otros conventos en Andalucía, fortaleciendo la red de monasterios de la orden en el sur de España.

Uno de los aspectos más notables del Monasterio de Santa Clara es su arquitectura mudéjar, un estilo que combina elementos cristianos e islámicos. La iglesia del convento, considerada la parte más noble del edificio, es un magnífico ejemplo de templo gótico-mudéjar. Esta iglesia cuenta con tres naves separadas por arcos apuntados, con un ábside poligonal que la distingue. A los pies de la iglesia, el doble coro, tanto alto como bajo, alberga una impresionante sillería nazarí del siglo XIV, que destaca por su singularidad y belleza.

El claustro de las Madres es la joya del monasterio, siendo el más antiguo de Andalucía. Su arquería baja, datada en el siglo XIV, rodea espacios que eran utilizados por las monjas para su vida diaria y sus oraciones. Alrededor del claustro, se encuentran varias dependencias, como el dormitorio, el refectorio y la cocina, cada una con características arquitectónicas que reflejan la riqueza de su historia. La cocina, por ejemplo, conserva una enorme chimenea del siglo XIV, un testimonio de la buena conservación y la adaptabilidad de las monjas a lo largo de los siglos.

El Monasterio de Santa Clara no solo ha sido un refugio para la vida monástica, sino también un lugar de encuentro cultural. A lo largo de su historia, ha sido testigo de momentos significativos, como la visita de Cristóbal Colón, quien rezó en su iglesia la noche del 16 de marzo de 1493, tras su regreso del descubrimiento de América.

Y es que la influencia del monasterio se extiende más allá de sus muros, ya que ha inspirado la fundación de otros conventos en España y América. Sor Inés Enríquez, una de las abadesas del monasterio, jugó un papel crucial en la aceptación del viaje de Colón por parte de los Reyes Católicos. Además, la carabela 'La Niña', que fue construida en Moguer, está vinculada al monasterio, ya que fue bautizada con su nombre, aunque en la historia se la conoce por el apellido de sus propietarios (la familia Niño).

El patrimonio artístico del Monasterio de Santa Clara es vasto y variado, incluyendo obras significativas que datan desde el siglo XV hasta el siglo XVIII. Entre las piezas más destacadas se encuentran el retablo mayor, obra de Jerónimo Velázquez del siglo XVII, y los sepulcros de los Portocarrero, tallados en mármol y alabastro. Estas esculturas representan a varios miembros de la familia y están consideradas de excepcional calidad.

La decoración pictórica es igualmente notable, con murales y retablos que embellecen el interior del monasterio. La Virgen del Amor Hermoso y el Niño Jesús de las Lágrimas son algunas de las imágenes religiosas que adornan este espacio sagrado, complementadas por un conjunto de dalmáticas y libros de coro del siglo XV.

Desde 1963, el Monasterio de Santa Clara ha sido objeto de importantes obras de restauración y conservación, asegurando su sostenibilidad y promoción cultural. Además, en el marco del Plan Colón 92, impulsado por la Junta de Andalucía, se han llevado a cabo esfuerzos para recuperar integralmente los edificios vinculados al descubrimiento de América.

Hoy en día, el Monasterio de Santa Clara se erige como un símbolo de la vida monástica que ha perdurado a lo largo de los siglos. Su importancia no solo radica en su arquitectura, sino también en el valor histórico y cultural que este convento del siglo XIV ostenta.

Para aquellos interesados en descubrir este fascinante lugar, el Monasterio de Santa Clara está abierto al público de martes a domingo. De martes a sábado, el monasterio puede visitarse en las sesiones de las 10:00, 11:00, 12:00 o 13:00 horas por la mañana, así como a las 16:00, 17:00 y 18:00 horas por la tarde. Los domingos, solo está disponible en horario matutino, con visitas a las 10:00, 11:00, 12:00 y 13:00 horas.

En cuanto a las tarifas, la entrada general tiene un costo de 3,50 €, siendo la opción más común para quienes visitan de forma individual. Para estudiantes y jubilados, existe una tarifa reducida de 2,50 €, que puede disfrutarse presentando la documentación correspondiente. Las familias, por su parte, pueden beneficiarse de un precio especial de 9 € para padres e hijos menores de 18 años, siempre que sean al menos tres personas. Asimismo, los grupos organizados de veinte personas o más pueden acceder con una tarifa de 2,50 € por persona.