ESCAPADAS
Acinipo, el innegable encanto de Ronda la Vieja
Esta antigua ciudad romana se ubicaba en un promontorio que dominaba el entorno desde casi 1.000 metros de altitud
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Alberto Flores
Ronda
En un enclave de una belleza fuera de toda duda, muy cerca de lugares muy conocidos como puede ser la ciudad de Ronda, Setenil de las Bodegas o las maravillas propias de la Sierra de Grazalema, se encuentran las ruinas de la antigua ciudad ... romana de Acinipo. Un lugar cargado de atractivos, de misterios y que aparece como una sorpresa muy agradable que agradará a los viajeros más exigentes.
Más allá de la trascendencia histórica que tiene este enclave, que es realmente apabullante, lo primero que va a llamar nuestra atención es la espectacular situación geográfica en la que se encuentran estas ruinas, que han sido también denominadas en muchas ocasiones como 'Ronda la vieja'.
Para caminar por lo que en su día fue la ciudad de Acinipo tenemos que subir a una meseta de piedra caliza que va buscando el cielo hasta rozar los 1.000 metros de altitud. Los primeros pobladores que se establecieron en este lugar, lo hicieron principalmente por razones estratégicas, para dominar desde las alturas toda el área de influencia. Y es que desde este punto, nuestra vista se extenderá por todo el horizonte, sobre diferentes zonas de las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla.
Un lugar perfecto para que haya estado poblado desde los orígenes de la historia, ya que en el interior de esta imponente meseta existe una importante riqueza en cuanto a manantiales y recursos acuíferos se refiere. Desde aquí era posible dominar las importantes cuencas de ríos de la zona como el Gudalhorce y el Guadalete. Si a todo esto le unimos que en el entorno existen destacadas minas de hierro, plomo y cobre, pues resulta más que lógico que nos movamos en tierras muy codiciadas por todas las civilizaciones que han caminado por Andalucía.
Las investigaciones realizadas en este yacimiento arqueológico han demostrado que la parte superior de esta especie de colina fue poblada por primera vez en torno al 3.000 a.C., teniendo posteriormente en su seno pobladores de origen fenicio e íbero.
La edad dorada de Acinipo comienza en el año 206 a.C., cuando empieza a hacerse cada vez más patente la presencia romana. Son los momentos en los que comienzan a levantarse destacados edificios en este promontorio desde el que se dominaban de una manera espectacular las montañas de toda la comarca. Es el nacimiento de la ciudad de Acinipo, que llegó a acuñar moneda propia y que se convirtió en una auténtica referencia en los siglos siguientes.
El teatro
La joya de la corona de Acinipo ha sido siempre su magnífico teatro, que fue levantado con maestría en torno al siglo I a.C., y que desde entonces es uno de los monumentos de este estilo más impresionantes y singulares de toda la antigua Hispania romana. Situándose en el lugar en el que se encuentra este teatro, que en la actualidad se encuentra en un interesante grado de conservación, no resulta difícil hacer volar la imaginación y trasladarse hasta los tiempos en los que los vecinos de Acinipo disfrutaban de diferentes obras de teatro en este entorno privilegiado, con la presencia del aire fresco de la sierra como un espectador más.
El teatro tiene un diámetro aproximado de 62 metros, mientras que su graderío se construyó de una manera muy original, aprovechando la roca caliza que es propia del terreno. Un teatro que disponía además de una rica decoración en forma de columnas, esculturas y altares, que lamentablemente fue expoliada cuando la ciudad fue abandonada.
Además de este teatro, cuyo perfil es el auténtico símbolo de Acinipo, también es posible visitar las ruinas de una antigua vivienda señorial, una domus que se construyó sobre uno de los manantiales que surtía de agua a la ciudad y que pudo levantarse en torno al cambio de era. Un lugar curioso, ya que además también muestra los restos de una antigua 'palestra', el lugar donde que los romanos –por influencia de la cultura helénica-, destinaban a la realización de actividades físicas. Los amantes de la arqueología también podrán dar un paseo por las antiguas termas, otro de los atractivos de esta ciudad tan especial.
Los buenos tiempos para Acinipo duraron relativamente poco, ya que a partir del siglo III de la era cristiana comenzaron los problemas, y se inició el abandono de este espectacular enclave, que fue perdiendo importancia en favor de otras ciudades romanas de la zona que disponían de una situación geográfica más práctica. El bello teatro sufrió diferentes expolios, la domus dejó de ser una residencia de los señores de la ciudad para adoptar un uso artesanal y las antiguas termas se convirtieron en un espacio de uso industrial. El control administrativo y comercial de la zona pasó a la ciudad de Arunda, la actual Ronda, y esa bella ciudad encaramada a casi mil metros de altura, fue convirtiéndose poco a poco en una sombra de lo que fue. Es a finales del siglo XVI cuando Acinipo comenzó a conocerse con el sugerente nombre de 'Ronda la vieja'.
Además de los problemas históricos que hicieron que Acinipo perdiera su hegemonía en la comarca, en la época contemporánea este yacimiento arqueológico también ha tenido que lidiar con diferentes problemas, destacando el abandono y la desprotección a la que ha sido sometida por las administraciones públicas durante muchos años, lo que sin duda ha dañado su imagen. En la actualidad parece que esos tiempos han quedado atrás, y el yacimiento cuenta con la protección adecuada, y la infraestructura necesaria para poder disfrutar con su visita de un auténtico viaje a través de la historia.
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