Suscribete a
ABC Premium

POR CARRETERAS SECUNDARIAS

El ruido, la furia y la nada

Seguro que en Valencia de las Torres hay vidas decentes y admirables dignas de ser contadas, pero sus dos bares son el ejemplo palmario de la degradación de un país que adora ensordecerse para no tener que pensar en qué carajo nos estamos convirtiendo

corina arranz

alfonso armada

«Digamos la verdad: la tierra nos proporciona el remedio de los males, nosotros lo convertimos en el veneno de la vida. ¿Acaso no utilizamos también de un modo semejante el hierro del que no somos capaces de prescindir? Tampoco nos quejaríamos con razón aunque ... ella lo hubiera producido para hacernos daño. Desde luego que somos desagradecidos precisamente con esta parte de la naturaleza . ¿En qué gozos o en qué males deja de estar al servicio del hombre? Se la arroja a los mares o se la hiende para abrir estrechos; se la maltrata a todas horas con agua, hierro, fuego, madera, piedra y grano, y mucho más para que sea esclava de nuestros caprichos que de nuestro alimento». No hay más que contemplar los incendios que devoran España este verano ardiente (de bosques repoblados pensando más en la codicia que en el beneficio de la propia tierra y por lo tanto de nuestros nietos y sus nietos), cómo se quedan exhaustos los mares sin pensar que hay que dejar que las especies se repongan para que no llegue un día en que en las redes vuelvan vacías de atunes y chicharros, cómo acentúan su estiaje los ríos que hemos encajonado para que nos den toda la luz que podamos desear y así enfriar la atmósfera que con nuestra actividad frenética hemos recalentado hasta el punto de ebullición… Llevar a Plinio el Viejo en la maleta implica tener tiempo para parar el reloj de jugador de ajedrez que a veces somos sin saberlo, desviarse del camino principal y sentarse en un banco que dé a las montañas (como las de Peñalba de Santiago), a la sombra de un chopo (como los que crecen a la orilla del río Luna en Villafeliz de Babia), en un hotel fuera del espacio y del tiempo (como el del antiguo Poblado del Salto de Saucelle), abrir la Historia natural por cualquier página y leer, leer, leer.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia