Los motivos que han convertido a Warren Buffett en el sexto hombre más rico del mundo

Así lo explica en algunas de sus frases más célebres: “Si no encuentras una manera de ganar dinero mientras duermes, trabajarás hasta que te mueras”. También insiste en contar siempre con un plan B en los negocios teniendo en cuenta todos los escenarios posibles para salir airosos ante cualquier situación, para él “predecir la lluvia no cuenta, construir arcas sí”.

Dicha cantidad le ha hecho ascender puestos en la lista de los hombres más ricos del mundo hasta llegar a la sexta posición, por detrás de otros magnates como Jeff Bezos, Elon Musk, Bill Gates (con quien comparte además una estrecha amistad) o Mark Zuckerberg.

La clave residiría en las acciones 249.000 acciones de Clase A que posee en su empresa, Berkshire Hathaway (que le dan una participación del 38% en el conglomerado, según FactSet), y que han subido casi un 15% este año. Uno de los motivos de dicho ascenso se debe a la compra hace apenas dos meses de participaciones en Chevron y Verizon. Y es que, aunque las acciones de Verizon han bajado casi un 3% en lo que va de año, las de la petrolera ha subido actualmente un 31%, con lo que el balance ha resultado bastante positivo.

No hay que olvidar que el magnate es un hombre hecho así mismo y sabía que se enfocaría a los negocios, por eso desde que era bien joven empezó a trabajar para conseguir sus propios ahorros. De hecho, su primer contacto con el mundo laboral fue con 13 años repartiendo periódicos del New York Post.

Se estima que si Buffet no hubiese donado gran parte de sus ganancias a la filantropía ahora ascendería a los 200.000 millones de euros, y es que desde el 2006 invierte gran parte de su tiempo y dinero en The Giving Pledge , la organización para millonarios que fundó junto a Bill Gates a través de la cual recaudan dinero destinado a causas solidarias (en concreto, él ha destinado más de 40.000 millones desde entonces). Para entrar a formar parte de la misma, uno de los requisitos consiste en comprometerse a donar como mínimo el 50% de la propia fortuna.