Los obispos crean una comisión de arbitraje para evaluar las indemnizaciones a las víctimas de abusos sin sentencia judicial

Así, los obispos de la Comisión Permanente han estudiado el plan de reparación integral de víctimas de abusos sexuales en el ámbito eclesiástico que aprobaron llevar adelante en la Asamblea Plenaria de noviembre. El nuevo borrador, estudiado ahora por la Permanente, incorpora las observaciones de los obispos «y las ideas recogidas en el Mensaje al Pueblo de Dios de la Plenaria, además de las indicaciones del Consejo Episcopal para Asuntos Jurídicos»; según ha explicado en una rueda de prensa el secretario general y portavoz de los obispos, César García Magán. El texto ha sido aprobado y pasará de nuevo a la Asamblea de marzo.

El objetivo de este plan, según el portavoz de los obispos, es «evitar que los casos de abusos a menores vuelvan a repetirse». Además, también plantea «cómo ofrecer a las víctimas una reparación integral y adecuada dando respuesta a la demanda que cada caso particular requiere». Como se aprobó en la anterior Plenaria, los obispos van a indemnizar a las víctimas sin necesidad de una sentencia judicial, siempre que exista «la convicción moral» de que ocurrieron los hechos.

De esta forma, la Iglesia también reconocerá los casos en que el juicio no es posible, por haber muerto el abusador, por haber prescrito el delito o por otras razones que hayan impedido la celebración de la causa judicial. Para atender estos casos, la Comisión Permanente ha aprobado la creación de la Comisión de arbitraje prevista en el Plan de Reparación Integral a las Víctimas. La comisión será de ámbito nacional y «tendrá como objetivo el estudio de las denuncias presentadas en las Oficinas de Protección de menores pero que, por diversos motivos no pueden tener recorrido en el ámbito judicial civil, canónico o penal», ha explicado el secretario general de la Conferencia Episcopal.

Los miembros de esta comisión serán nombrados por la Asamblea Plenaria, aunque la Permanente ha precisado un perfil. «Queremos que sean expertos reconocidos y especialistas con una pluralidad en su procedencia, del mundo legal civil y canónico, con médicos, psicólogos... que hayan trabajado sobre casos previos», ha apuntado García Magán. Además, ha explicado que la Plenaria de marzo también «va a crear una comisión para que haga un trabajo de baremación para todos estos casos que no tengan recorrido judicial»

Como complemento al trabajo sobre la cuestión de abusos a menores en el seno de la Iglesia, también han presentado el último informe actualizado de «Para dar Luz», en el que se integran las aportaciones y recomendaciones del informe del Defensor del Pueblo (presentado a finales de octubre) y del Informe-Auditoría elaborado, a petición de la propia Conferencia Episcopal, por el despacho de Cremades & Calvo Sotelo, que fue entregado formalmente en diciembre. Aunque no se ha especificado, el informe «Para dar Luz», también incorpora las versiones anteriores presentadas a los obispos por Cremades & Calvo Sotelo, que finalmente no fueron recogidas en el documento final.

Precisamente, con respecto a la auditoría encargada a Cremades, García Magán ha confirmado que «el asunto ya está cerrado desde el punto de vista económico» y que la Conferencia Episcopal ha pagado facturas «por valor de un millón doscientos veinticinco mil y pico euros», como ya adelantó ABC. Ahora, según ha podido conocer este diario, el importe total asciende a 1.225.605,35 euros, en un encargo que, en principio, era 'pro bono' salvo en los gastos de terceros.

De esta forma, la Conferencia Episcopal da por zanjada la polémica generada con el despacho en los últimos meses, tanto por los retrasos en la entrega, los contenidos del informe y las facturas presentadas a última hora, que según pudo conocer ABC rondaban el medio millón de euros. Ahora, y de acuerdo a la cifra que ha señalado García Magán, es muy probable que el bufete de abogados haya retirado algunas de estas facturas presentadas en el último momento.

García Magán, aunque ha reconocido que la auditoría «no ha salido barata», sí que ha defendido la profesionalidad del equipo que la ha llevado adelante y ha explicado que «es valiosa es en sí misma y se han incorporado apreciaciones en nuestro informe 'Para dar luz'». Además, ha justificado el encargo por el interés de los obispos «de clarificar y es signo de buscar la verdad y la justicia como prioridad, para establecer responsabilidades».

La Permanente también ha servido para aprobar por unanimidad una nota en que la Conferencia Episcopal expresa su «profunda comunión eclesial y adhesión al Santo Padre Francisco, sucesor del apóstol Pedro, así como a su magisterio como pastor de la Iglesia universal». Una cuestión tan obvia que sólo puede entenderse en el contexto de las críticas al Papa Francisco a cuenta de la declaración 'Fiducia supplicans', publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y que permite la bendición de «parejas irregulares», como las de los divorciados vueltos a casar o las de homosexuales.

Como hicieron en noviembre con la amnistía, sobre la que se pronunciaron en una equilibrada y medida declaración en la que ni siquiera nombraban la palabra, ahora han soslayado la polémica sobre la recepción intraeclesial del documento promovido por el cardenal Víctor Manuel 'Tucho' Fernández, con un texto que repite lo palmario: los obispos están en comunión con el Papa. Sin embargo, el texto no cita explícitamente 'Fiducia supplicans'.

Por contra, el texto señala que «como señala el Concilio Vaticano II, el sucesor de Pedro es principio y fundamento visible de la unidad de la fe y de la comunión eclesial», por lo que agradecen al Papa «sus enseñanzas al pueblo de Dios que, en continuidad con la tradición de la Iglesia, hacen que el Evangelio siga siendo buena nueva para todos los hombres y mujeres de hoy». Ahí introducen un matiz, el de la «tradición», que refuerza que las enseñanzas del Papa no pueden contradecir la doctrina secular de la Iglesia, y que probablemente ha permitido la aprobación unánime de la Comisión Permanente, en la que varios miembros ya se han pronunciado, tanto en público como en privado, contrarios al tipo de bendiciones que propone 'Fiducia supplicans'.

En ese sentido, y a preguntas de los periodistas sobre si el respaldo al Papa estaba relacionado con la situación generada por la 'Fiducia supplicans', García Magán ha explicado que «en derecho canónico decimos que está expreso tanto lo explícito como lo implícito. Lo implícito también es algo que está expresado en la ley, lo que se pone expreso es tácito. Y entonces yo creo que cuando hablamos que nos unimos a su magisterio, cuando hablamos que agradecemos las enseñanzas al pueblo de Dios, que bueno pues quieren actualizar que el Evangelio siga siendo buena nueva para todos los hombres y mujeres, pues bueno ahí está el mensaje de la Permanente.

En la misma línea, ha precisado que no han querido entrar a hacer una referencia explícita a la declaración porque desde la Conferencia Episcopal «un documento de la Santa Sede, no se comenta» sino que «se acepta» y se «acoge en ese espíritu de comunión con el Santo Padre». Antes ya había indicado que «no hay una Iglesia al margen de Pedro y mucho menos contra Pedro».

Además, preguntado por los periodistas ha calificado de «lamentable» la situación en la que se encuentran los migrantes que piden asilo en el aeropuerto de Barajas. «Se tiene a las personas hacinadas», ha apuntado. Precisamente, en la reunión de la Comisión Permanente el obispo de Astorga, Jesús Fernández, y el arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, han presentado el documento 'Comunidades acogedoras y misioneras. Exhortación pastoral sobre la identidad y marco de la Pastoral con migrantes', que será llevado a la Plenaria para su discusión y aprobación.

De esta manera, según ha explicado García Magán, los obispos quieren expresar su «compromiso» y «sensibilidad» con la situación de los migrantes que llegan a España y, en concreto, a las Islas Canarias. «Sin duda que esa pastoral de migrantes es una prioridad de la Iglesia», ha remarcado, recordando la reciente visita de los obispos de Canarias al Papa Francisco, al que invitaron a viajar a las islas para conocer la situación.

«Porque no solamente el mar Mediterráneo, 'Mare Nostrum', como dice el Papa, es una tumba de migrantes, sino que también el Océano Atlántico, al menos en ese tramo entre la costa occidental de África y el archipiélago canario, también está siendo tumba», ha destacado el secretario general de los obispos, para recordar que el asunto de las migraciones tiene «una pluralidad de dimensiones», desde la «humanitaria», hasta el problema de las «mafias».