El Papa dice que «quienes protestan con vehemencia contra las bendiciones a parejas gais pertenecen a pequeños grupos ideológicos»

El periodista Domenico Agasso Jr le pregunta durante el diálogo «cómo está viviendo el levantamiento» de quienes se oponen a esta decisión. «Quienes protestan con vehemencia pertenecen a pequeños grupos ideológicos. Un caso diferente son los obispos africanos, pues para las personas de este continente la homosexualidad es desde el punto de vista cultural algo 'feo', y no la toleran», ha respondido el Papa.

Ha asegurado que no teme «un cisma» a causa de su decisión de autorizar bendiciones informales a «parejas irregulares». «Siempre en la Iglesia ha habido pequeños grupos que manifestaban reflejos color cisma... hay que dejarlos ser y pasar... y mirar hacia adelante», ha asegurado. «Confío en que poco a poco todo el mundo vaya comprendiendo el espíritu de la decisión: se trata de incluir, no dividir. Invita a acoger, y luego a confiarse, a Dios», pues «si alguien 'entra de contrabando', es Dios quien se ocupa de ellos, quien muestra el camino».

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Agasso retoma un comentario que hizo Francisco hace dos semanas en una televisión italiana y le pregunta de nuevo si se siente solo. «La soledad es tan variable como la primavera: en esa estación puedes tener un día precioso, con sol, cielo azul y una brisa agradable; y 24 horas después quizá el tiempo se oscurezca», ha explicado Francisco con tono poético. Significa que «todos experimentamos la soledad. Quien diga 'no sé lo que es la soledad' es una persona a la que le falta algo». Ha añadido que «cuando me siento solo, lo primero que hago es rezar. Y cuando percibo tensiones a mi alrededor, intento con calma establecer el diálogo y la confrontación. Pero siempre sigo adelante, día tras día».

Sobre su salud, el Papa ha explicado que tiene «algún achaque, pero va mejor». Ha dicho que no le molesta que le pregunten por «su posible renuncia» cada vez que se pone enfermo, «pues la renuncia es una posibilidad para todo pontífice». «Pero ahora no lo pienso. Cuando ya no pueda más, empezaré a pensar y a rezar sobre eso», ha aclarado.

Ha dado nuevos datos sobre sus planes para este año. Viajará a Bélgica, para conmemorar los 600 años de la universidad de Lovaina. También irá en agosto a Timor Oriental, Papúa Nueva Guinea e Indonesia. Ha mostrado dudas sobre el posible viaje a su patria, y ha dicho que es una «hipótesis, pero por ahora la mantengo 'entre paréntesis': la organización de la visita aún no ha empezado». Sí ha confirmado que se reunirá el 12 de febrero con Javier Milei en el Vaticano, «estoy listo para iniciar con él un diálogo, palabras y escucha, como con todos».

En la conversación, dedica amplio espacio a hablar de las guerras, tanto de Israel y Palestina, como la invasión de Ucrania. «Si unos ladrones entran en tu casa para robarte y te atacan, te defiendes. Pero no me gusta llamar a esta reacción 'guerra justa', porque es una definición que se puede instrumentalizar. Es justo y legítimo defenderse, sí. Pero, por favor, hablemos de legítima defensa, para evitar justificar las guerras, que siempre son un error», ha solicitado.

Sobre Oriente Medio, ha repetido que le preocupa «una escalada militar», pero que cultiva «cierta esperanza, porque se están celebrando reuniones confidenciales para intentar llegar a un acuerdo. Una tregua ya sería un buen resultado».

Elogia al cardenal Matteo Zuppi, que está intentando construir un clima de reconciliación entre Ucrania y Rusia; y al cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca de Jerusalén, pues «está intentando con determinación mediar. Los cristianos y el pueblo de Gaza, no me refiero a Hamás, tienen derecho a la paz».

Francisco ha recordado también que en mayo acogerá en el Vaticano la «Jornada Mundial de los Niños», y que «el objetivo es provocar que se medite y que nazcan iniciativas preguntándonos juntos qué tipo de mundo queremos dejar a los niños que están creciendo, y con qué perspectivas».

Por otra parte, el Papa Francisco se ha reunido este lunes con los directivos del Real Club de Tenis Barcelona, responsables del trofeo Conde de Godó, quienes han visitado el Vaticano como parte de las celebraciones por su 125 aniversario.

«Hoy tenemos que felicitar a los italianos porque ayer ganaron en Australia», ha comenzado entre bromas el Papa, recordando la victoria de Jannik Sinner en el Open de Australia.

El Papa ha mezclado tenis, religión y experiencia de vida, y ha subrayado que «ni en el tenis ni en la vida podemos ganar siempre, pero será un combate enriquecedor si, jugando de forma educada y según las reglas, aprendemos que no es un combate sino un diálogo que implica nuestro esfuerzo y nos permite superarnos». «En el campo de juego como en la existencia, a veces nos sentimos solos, otras veces sostenidos por quien juega con nosotros este partido de la vida. Pero, incluso cuando jugamos en «individuales», estamos siempre en la presencia del Señor que nos enseña lo que significa el respeto, la comprensión y la necesidad de una comunicación constante con el otro», ha dicho.

«Ustedes han formado figuras del tenis internacional, y es un gran reto», les ha dicho evocando que aunque no han asistido al encuentro, en este centro se han formado también Carlos Moyá, Rafa Nadal, Arantxa y Emilio Sánchez Vicario y Conchita Martínez. «Pero cuando trabajamos con estos niños, que sueñan con un porvenir deportivo de excelencia, las exigencias del entrenamiento no pueden estar por encima de su crecimiento integral; no hay nada más importante que su desarrollo humano y espiritual», les ha recordado.

«El deporte tiene que ayudar a este desarrollo, no ser el centro, sino que ayude a esto. Por eso les pido: cuiden a los niños, cuiden de aquellos que pueden beneficiarse de los valores del deporte en ámbitos sociales complejos y también de quienes podrían llegar a triunfar en la alta competición. ¡Que no dejen de ser niños!», les ha rogado.