Enterrar los túneles de la SE-40 tiene un coste de 110 millones de euros

Con ello todo el trámite vuelve a la casilla de salida, que es el momento anterior a 2001 cuando se aprobó la declaración de impacto ambiental que consideró viable el paso subterráneo de dos carriles por sentido bajo el Guadalquivir. Son casi veinte años de burocracia y 110 millones de euros de coste, de los que 80 ya se han invertido en la ejecución de obras , como avanzó Herrero y otros treinta que habría que desembolsar para la rescisión de los contratos a las constructoras, si se toma como referencia el criterio del sector público que aplica un 6% del valor de la adjudicación . Ese dato también lo ofreció el director de Carreteras del Ministerio en respuesta a preguntas de los periodistas tras su comparecencia.

La intención del Ejecutivo central es encargar ahora un estudio de alternativas para decidir entre otro paso subterráneo –que sería de mayor longitud y de cuatro carriles por sentido– y un puente , un trabajo que se demorará al menos otros dos años y medio, como apuntó Javier Herrero, quien visitó Sevilla para certificar la muerte del plan original, confirmando así la información de ABC acerca de los nuevos plazos que en su momento fue discutida por el Gobierno.

«Las dos soluciones están sobre la mesa, no quiero descartar ninguna sin analizarla, como se hizo en otro tiempo», dijo. Y tanto una como la otra precisará de nuevos estudios ambientales, un largo periodo de alegaciones y una licitación que retrasaría la ejecución de los trabajos a 2026 en el mejor de los casos. Así lo defendió el responsable enviado por el ministerio de José Luis Ábalos asegurando que «todo lo que respecta a este tramo es complejo, incluso seguir con la idea inicial supone introducir modificaciones sustanciales con respecto a lo autorizado», señaló.

El director general de Carreteras, que es ingeniero de caminos de profesión, argumentó que se pudo comprobar que el acceso era inviable cuando se empezaron a ejecutar las obras hace ya más de una década . En su explicación técnica dijo que los sondeos y estudios realizados para una obra que se adjudicó por 505 millones de euros apuntaban a que «la capa de margas situada en el subsuelo ofrecía un importante grado de impermeabilidad que luego en la práctica no se comportó de tal manera», a juzgar por la situación de los muros y recintos estanco que se construyeron al inicio de los trabajos y que están totalmente anegados.

Para salvar esta dificultad que presenta la situación geológica de la zona, precisó que s ería necesario prolongar el trazado del túnel pasando de los 2,7 kilómetros proyectados originalmente a unos cinco a una profundidad de cuarenta metros bajo el nivel del mar. Esta alternativa la definió como «más compleja y costosa que el puente». Aunque la opción exterior tampoco es sencilla. Supondría levantar un coloso de entre 55 y 58 metros de alto, con más gálibo que el Centenario para no afectar al tráfico de buques en el Puerto de Sevilla, especialmente ahora que pretende concentrar la actividad de carga en los muelles situados más al sur.

Para que la estructura tuviera esa altura sería necesario plantear un trazado de seis kilómetros desde que empieza la pendiente hasta que entronca con el resto de la circunvalación. Seis kilómetros para salvar un río, uno más de lo que tiene el segundo puente de Cádiz que está construido sobre una bahía .

Esta es la solución por la que más apuesta el Ministerio, aunque haya decidido estudiar ambas y la que ya ha presentado a alcaldes y responsables de instituciones con intereses en el río. La alternativa no gusta al regidor de Coria, Modesto González , quien sigue defendiendo la idoneidad de los túneles, como manifestó ayer tras conocer la noticia. Igualmente desconfió de la afirmación del director de Carreteras quien dijo que era el camino más rápido para desatascar el proyecto. A su parecer, esta nueva postura supone «posponer un mínimo de cinco o siete años la finalización de la obra apenas iniciada cuando llevamos décadas esperando». Para el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, Beltrán Perez , la convocatoria del Ministerio supone «enterrar el proyecto con el silencio cómplice del alcalde de la capital».

Por su parte, el portavoz de la plataforma Sevilla Ya, Miguel Rus , mantuvo la nueva postura de este lobby, creado precisamente para reivindicar esta infraestructura, asegurando que «el cierre del anillo de la SE-40 es prioritario y urgente y todos los estudios se tendrían que haber puesto en marcha antes».

Más duro se mostró el gerente de Gaesco, Juan Aguilera , quien consideró la decisión del Ministerio «un insulto a Sevilla», convencido de que «esto no se habría producido si se tratara de un proyecto para Cataluña o el País Vasco». « También es un desprecio al conocimiento y a la profesionalidad de los ingenieros de caminos que proyectan y ejecutan este tipo de obras en todo el mundo y en terrenos parecidos, zanjó.