San Pablo, una pista hecha para los grandes colosos del aire

Esta infraestructura, que se terminó de remodelar por completo hace un año y medio con motivo de las obras de ampliación del aeródromo, es una de las razones por las que las tres compañías líderes de carga aérea operan en la capital andaluza, que son además las que suelen servirse de estos titanes. Otro de los que visita desde hace casi tres décadas la ciudad es el Antonov 124 , que vino por primera vez con motivo del montaje de algunos pabellones de la Expo 92.

Este avión ruso-ucraniano está considerado el segundo carguero más grande del mundo con una envergadura –que es la distancia entre ala y ala– de 73,3 metros , una longitud de fuselaje de 68,96 metros y capacidad para transportar hasta 150 toneladas de mercancía. Su llegada suele generar una pequeña revolución en el aeropuerto, donde hay que acotar una zona de la plataforma de estacionamiento para que se pueda realizar la operativa de carga y descarga. En una de las últimas visitas su misión fue el transporte de generadores eléctricos con destino a la ciudad taiwanesa de Taipei.

Uno de los eventos que suele atraer a grandes jumbos a Sevilla es el Gran Premio de Motociclismo de España, que se celebra en el circuito de velocidad de Jerez cada mes de mayo. Hasta cuatro Boeing 747-400 han llegado a aterrizar en San Pablo para la carga de vehículos y materiales que se utilizan en la competición. Estos aviones, de más de 70 metros de largo y casi 65 de envergadura, suelen ser fletados por la empresa organizadora, pero pertenecen a las compañías Sky Lease y Atlas Air que los tienen desde hace años en sus flotas. La descarga supone todo un espectáculo, pues se da acceso a pie de pista a una docena de camiones con plataformas elevadoras con las que se saca tan valiosa mercancía. A veces incluso hay directivos de las escuderías supervisando.

Algo más pequeño es el MD-11F utilizado en 2015 para el envío de toros de lidia a Venezuela. Esta es una de las cargas más llamativas que se realizan en el aeropuerto de Sevilla y que se repite cada año para la temporada taurina latinoamericana . La elección de esta aeronave, concebida en un principio para el tráfico de pasajeros, se debe a lo confortable que resulta, pudiendo instalas las jaulas de las redes en la bodega y al personal veterinario y mozos que las cuidan en el área de pasajeros.

En aquel envío se cargaron 27 ejemplares de las ganaderías de Victorino Martín, Juan Pedro Domecq, la Capea y Matilla y debido a la envergadura de la operación hubo que delimitar una zona delante de la terminal para que pudieran estacionar los cuatro camiones en los que llegaron los animales al aeropuerto. Por la cantidad de reses de la que se trataba –la carga sumaba cerca de 24.000 kilos– y el tratamiento que requieren, la operativa duró varias horas.

Un avión de similares características se utilizó aquel mismo año para otro transporte de toros de lidia, esta vez de las ganaderías de Miura, La Quinta, Zalduendo y Daniel Ruiz. Los 24 ejemplares, que pesaban 20.000 kilos, se enviaron desde Sevilla a Lima en un DC-10-30F de la compañía canadiense KF Cargo. El porte permitió ver de cerca este modelo, diseñado por el constructor estadounidense McDonnell Douglas , que se fusionó con Boeing en los noventa.

Esta aeronave tiene una longitud de fuselaje de más de 55 metros, que son casi los mismos que posee de envergadura. Es un avión que realiza numerosos vuelos transoceánicos y resulta muy confortable para el traslado de animales vivos .

El que ya no se espera en San Pablo es el Airbus A-380, el avión de pasajeros más grande del mundo, cuya producción se ha cancelado. Ese es precisamente el motivo por el que la compañía ha decidido cerrar la planta de fabricación y montaje de Puerto Real. El superjumbo dejó de recibir encargos hace ya dos años ante la fabricación de modelos más ligeros como el A-350 y el A-330 que permiten vuelos de largo radio con menos coste de combustible.

El A-380 tiene una longitud de 73 metros y casi ochenta de envergadura. El primer vuelo en pruebas lo hizo en 2005, pero no fue hasta 2007 cuando recaló en San Pablo , realizando su primer aterrizaje en un aeropuerto civil español. El motivo de la visita fue para someterse a una prueba de certificación de ruidos y hasta la capital andaluza llegó tras sobrevolar todas las plantas productivas en las que se fabricaban sus componentes. En año posteriores volvió a dejarse ver sobre la pista sevillana, aunque cada vez fueron menos frecuentes sus apariciones.

El siguiente gigante que se espera ver en el aeropuerto de Sevilla algún día es el que cubra la ruta directa con Nueva York, un vuelo muy deseado que se sigue resistiendo por el momento.